Diccionario de enfermedades

Trastorno por estrés postraumático

¿Puede prevenirse el trastorno por estrés post-traumático?
El trastorno por estrés post-traumático consiste en el desarrollo de ansiedad tras haber estado expuesto a una situación traumática, como puede ser la muerte de una persona querida o una situación en la que se ha tenido miedo a morir o a ser herido (un abuso, una situación de violencia doméstica, una guerra, una catástrofe natural, etc.).

La reacción puede acontecer inmediatamente después de la situación traumática, lo que se denomina trastorno por estrés agudo, o aparecer tiempo después de forma repetitiva (en general meses pero a veces años), lo que se denomina trastorno de estrés post-traumático. En ambas circunstancias los pacientes desarrollan síntomas asociativos de indiferencia o desapego y falta de respuesta emocional.

Los pacientes suelen:
  • Revivir mentalmente los hechos traumáticos. Puede ser en forma de imágenes del pasado que regresan, pesadillas, alucinaciones, etc.
  • Evitar cualquier cosa que les recuerde el trauma. Tanto situaciones, lugares, personas u objetos. Este hecho les lleva a alejarse y aislarse de personas y de lugares antes queridos y a perder interés por actividades que antes les eran placenteras.
  • Estado de agitación permanente que les dificulta la relación con los demás y el mostrarles afecto. Este estado favorece el insomnio, la irritabilidad, la aparición de episodios de rabia o furia y la dificultad para concentrarse.
El trastorno por estrés post-traumático es una enfermedad grave. Estos pacientes están en riesgo de desarrollar otras enfermedades relacionadas con la ansiedad, con el estado de ánimo o con el abuso de alcohol o drogas.

Entre un 5 y un 10 por ciento de la población desarrollarán en algún momento de su vida un trastorno de estrés post-traumático, con más frecuencia las mujeres. Los factores de riesgo para su desarrollo son la presencia previa de enfermedades psiquiátricas y determinadas características de la personalidad, como ser extrovertido o tener rasgos neuróticos.

Causas del trastorno por estrés postraumático


Las causas del trastorno por estrés post-traumático son desconocidas, si bien hay factores genéticos implicados dado que la enfermedad aparece más frecuentemente entre familiares. No todas las personas que asisten a un evento traumático desarrollan la enfermedad.



¿Cuáles son sus síntomas y criterios diagnósticos del trastorno por estrés post-traumático?


Los síntomas y criterios diagnósticos varian en función del tipo de estrés post-traumático. 

Criterios para el diagnóstico de trastorno por estrés agudo

A.    La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han existido las dos circunstancias siguientes:
  1. La persona ha experimentado, presenciado o le han explicado, uno (o más) acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de persona cercanas.
  2. La persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos.
B.     Durante o después del acontecimiento traumático, el individuo presenta tres (o más) de los siguientes síntomas disociativos:
  1. Sensación subjetiva (sentida por el propio paciente) de embotamiento, desapego o ausencia de reactividad emocional.
  2. Reducción del conocimiento de su entorno (por ejemplo, encontrarse aturdido).
  3. Desrealización (se trata de una alteración de la percepción en la que se ve el mundo como extraño o irreal).
  4. Despersonalización (cree que las cosas que pasan a su alrededor no tienen que ver con él, ve el mundo como si fuera una película).
  5. Amnesia disociativa (por ejemplo, incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma).
C.    El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente en al menos una de estas formas: imágenes, pensamientos, sueños, ilusiones, episodios de flashback repetitivos o sensación de estar reviviendo la experiencia, y malestar al exponerse a objetos o situaciones que le recuerdan el acontecimiento traumático.

D.    Evitación acusada de estímulos que recuerdan el trauma (pensamientos, sentimientos, conversaciones, actividades, lugares, personas).

E.     Síntomas acusados de ansiedad (dificultades para dormir, irritabilidad, mala concentración, hipervigilancia, respuestas exageradas de sobresalto, inquietud motora).

F.     Estas alteraciones provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo, o interfieren de forma notable con su capacidad para llevar a cabo tareas indispensables. Por ejemplo, obtener la ayuda o los recursos humanos necesarios explicando el acontecimiento traumático a los miembros de su familia.

G.    Estas alteraciones duran un mínimo de 2 días y un máximo de 4 semanas, y aparecen en el primer mes que sigue al acontecimiento traumático.

H.    Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (drogas, fármacos) o a una enfermedad médica, y no se explican mejor por la presencia de un trastorno psicótico breve.

Criterios para el diagnóstico del trastorno por estrés postraumático


A.    La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han existido las dos circunstancias siguientes:
  1. La persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más) acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de personas cercanas.
  2. La persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos. En los niños estas respuestas pueden expresarse como comportamientos desestructurados o agitados.
B.     El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una (o más) de las siguientes formas:
  1. Recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. En los niños pequeños esto puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos del trauma.
  2. Sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen malestar. En los niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible.
  3. El individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo (se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso los que aparecen al despertarse o al intoxicarse). Los niños pequeños pueden reescenificar el acontecimiento traumático específico.
  4. Malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
  5. Respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
C.    Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la reactividad general del individuo (ausente antes del trauma), tal y como indican tres (o más) de los siguientes síntomas:
  1. Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático.
  2. Esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma.
  3. Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma.
  4. Reducción acusada del interés o la participación en actividades.
  5. Sensación de desapego o enajenación frente a los demás.
  6. Restricción de la vida afectiva (por ejemplo, incapacidad para tener sentimientos de amor).
  7. Sensación de un futuro desolador (no espera obtener un empleo, casarse, formar una familia o, en definitiva, llevar una vida normal).
D.    Síntomas persistentes de aumento de hiperactividad que no estaban presentes antes del trauma, tal y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas:
  1. Dificultades para conciliar o mantener el sueño.
  2. Irritabilidad o ataques de ira.
  3. Dificultades para concentrarse.
  4. Hipervigilancia.
  5. Respuestas exageradas de sobresalto.
E.     Estas alteraciones (síntomas de los Criterios B, C y D) se prolongan más de 1 mes.

F.     Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.



¿Puede prevenirse?


Algunos estudios han demostrado que el tratamiento con beta-bloqueantes y/o con opiáceos en el momento del trauma agudo que posteriormente podría desencadenar la fase crónica del trastorno por estrés post-traumático, reduce la posibilidad de entrar en la fase crónica.


Pronóstico


El pronóstico del trastorno por estrés post-traumático es variable. En general la enfermedad no desaparece pero los síntomas pueden controlarse de forma satisfactoria con el tratamiento prescrito.

Tratamiento del tratorno por estrés postraumático


Los trastornos de estrés agudo son autolimitados y no suelen precisar ningún tratamiento. En ocasiones requieren de la administración temporal de benzodiacepinas o psicoterapia de apoyo.

El síndrome de estrés post-traumático requiere un tratamiento más complejo y prolongado que incluye:
  • Tratamiento farmacológico. Suelen utilizarse algunos tipos de antidepresivos, habiéndose también utilizado ocasionalmente medicamentos frente a la epilepsia o neurolépticos.
  • Psicoterapia. Consiste en ayudar al paciente a desarrollar estrategias para afrontar los síntomas y los recuerdos. Existen múltiples tipos de psicoterapia que se utilizan en estos pacientes.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.