Diccionario de enfermedades

Pericarditis aguda

¿Cómo se diagnostica la pericarditis aguda?
El pericardio es una bolsa que recubre y protege al corazón. Las pericarditis son inflamaciones de dicha bolsa. Diversas enfermedades, fundamentalmente infecciosas y autoinmunes, pueden producir una inflamación del pericardio que generalmente se manifiesta como dolor en el pecho.

Suelen afectar a personas jóvenes.

¿Cuáles son las causas de la pericarditis aguda?


Las causas de una pericarditis aguda o subaguda pueden ser:
  • Infecciosas:
  • Por virus. Son las más frecuentes. Muchos virus pueden producirla, como el Coxsackie, herpes, paperas, gripe, citomegalovirus, Epstein-Barr o VIH.
  • Por bacterias, entre ellas la tuberculosis. Las pericarditis bacterianas de causa no tuberculosa suelen deberse a infecciones en el contexto de operaciones del tórax, o a la extensión de infecciones de órganos cercanos, como el pulmón o la pleura.
  • Autoinmunes:
  • Asociadas a enfermedades autoinmunes (lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide, espondilitis anquilosante, esclerodermia, etc.).
  • Asociadas a la toma de determinados medicamentos (isoniacida, fenitoína, anticoagulantes y otros).
  • Pericarditis por otras causas:
  • Tras un infarto agudo de miocardio.
  • En pacientes con insuficiencia renal crónica. Tanto en pacientes que están o no en diálisis. No suelen cursar con dolor.
  • Por tumores que se extienden desde zonas cercanas o lejanas (metástasis). Generalmente tumores de mama, pulmón, melanoma, linfoma, leucemia.
  • Hipotiroidismo.
  • Disección aórtica.
  • Tras radioterapia.
  • Sarcoidosis.
  • De causa familiar.
  • Asociadas a daño del pericardio (por ejemplo tras traumatismos), tras abrirlo para operar el corazón, tras perforarlo con un catéter sin querer, etc.
  • De causa desconocida (idiopáticas). En general se comportan como una pericarditis vírica pero en la que no se identifica a ningún virus responsable.


¿Qué síntomas produce la enfermedad?


El síntoma característico de la pericarditis aguda es el dolor del pecho, aunque no todas las pericarditis lo presentan. Se trata de un dolor en la parte delantera del pecho, en el esternón o algo hacia la izquierda, que puede reflejarse en el hombro izquierdo, el cuello o irradiarse por los brazos. Puede parecerse al dolor de un infarto de miocardio. El dolor suele ser mayor al estar tumbado y mejorar al incorporarse hacia adelante. Además del dolor suele aparecer fiebre. Frecuentemente la enfermedad responsable de la pericarditis produce también una neumonitis (inflamación leve del pulmón) y/o una pleuritis (inflamación de la pleura) con o sin derrame pleural, por lo que puede también aparecer dolor en un costado que aumenta al respirar hondo, al toser o al estornudar.

En muchas personas suele existir el antecedente de una infección respiratoria los días o las semanas previas.

En ocasiones la pericarditis se manifiesta con datos de un taponamiento cardiaco como consecuencia del acúmulo de una gran cantidad de líquido en el pericardio (derrame pericárdico). Las pericarditis víricas y las pericarditis idiopáticas (de causa desconocida) son las pericarditis agudas que con más frecuencia se acompañan de taponamiento cardiaco, pero también puede verse en las pericarditis bacterianas y en las de causa tumoral, estas dos últimas con un mal pronóstico.

¿Cómo se diagnostica?


En una pericarditis aguda suele escucharse un ruido característico al auscultar el corazón que hace sospechar su presencia (roce pericárdico). La prueba diagnóstica inicial es el electrocardiograma que muestra una elevación de una zona llamada segmento ST. Sin embargo, el ecocardiograma es la prueba más importante para el diagnóstico, dado que muestra la presencia de líquido entre el pericardio y el corazón (derrame pericárdico) y permite saber si existe un taponamiento cardiaco, una complicación potencialmente grave en la cual el líquido puede comprimir al corazón impidiendo que este funcione adecuadamente.

El diagnóstico de la causa es clínico. Si los análisis de sangre dirigidos a demostrar la infección por algún virus son negativos, se concluye que la pericarditis es idiopática (de causa desconocida). Las pericarditis por enfermedades autoinmunes requieren análisis especiales (anticuerpos antinucleares) y suelen acompañarse de otras manifestaciones clínicas que hacen sospechar la enfermedad. En las pericarditis por daño del pericardio, existe el antecedente de una operación del tórax, de un traumatismo o de una intervención torácica. En algunas ocasiones para llegar al diagnóstico se necesita obtener líquido pericárdico para su análisis mediante una pericardiocentésis.

¿Cuál es el pronóstico de los afectados?


En la mayoría de las ocasiones el pronóstico de las pericarditis agudas es bueno. Las pericarditis víricas suelen curarse en pocas semanas.

Si existe derrame pericárdico hay que hacer ecocardiogramas de control para ver que no aumenta con el paso del tiempo y que no llega a producir un taponamiento cardiaco. Si el derrame pericárdico es grande puede haber indicación de hospitalización para un seguimiento más estrecho.

En 1 de cada 4 pacientes, la pericarditis puede repetirse pasado un tiempo y en algunos de ellos pueden aparecer nuevos episodios de pericarditis, lo que se denomina pericarditis recurrente o de repetición.

En muchos pacientes quedan alteraciones en el electrocardiograma durante varios años.

¿Es hereditaria?


Si bien existen algunas pericarditis raras que pueden tener una causa hereditaria, la gran mayoría de las pericarditis no lo son.

¿Es contagiosa?


Depende de la enfermedad que la produzca pero, en general, las pericarditis no son contagiosas.

¿Cuál es el tratamiento de la pericarditis aguda?


En general basta con tratar la enfermedad responsable de la pericarditis.

En las pericarditis por virus y en las idiopáticas se recomienda reposo y tratamiento con anti-inflamatorios, generalmente aspirina, o incluso con corticoides si se ha descartado una tuberculosis o una pericarditis de causa bacteriana.

Se ha probado tratamiento con inmunoglobulinas o con α-interferón en pacientes con pericarditis por virus, con un buen resultado.

Los anticoagulantes están contraindicados en estos pacientes para evitar sangrado en el interior del pericardio.

En los casos de pericarditis de repetición puede recomendarse tratamiento con colchicina para evitar nuevos episodios. Sin embargo, en muchas ocasiones es necesario quitar el pericardio (pericardiectomía).

Las pericarditis en el contexto de la insuficiencia renal suelen responder a anti-inflamatorios o a una intensificación de la diálisis. A veces, si es persistente, puede necesitarse abrir una ventana pericárdica (una comunicación del pericardio con la piel para que salga todo el líquido) o una pericardiectomía.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.