Tratan de que se alojen en la célula tumoral para que, ahí, actúe el medicamento



27 oct. 2015 19:18H
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Redacción. Madrid
Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) han diseñado nanopartículas porosas de sílice, para el tratamiento del cáncer, que liberan el fármaco de su interior cuando se activan con ultrasonidos. De momento, han sido probadas con éxito ‘in vitro’ en células de cáncer de próstata.

Estimuladas con los equipos habituales de ultrasonidos que se utilizan en cualquier servicio de rehabilitación, las nanopartículas porosas de sílice son capaces de liberar el fármaco que contienen en el tumor, según los datos publicados en la revista ‘ACS Nano’.

“Al aplicar el ultrasonido, se modifica el polímero que recubre a la nanopartícula –de unos 200 nanómetros de diámetro– que, a su vez, encierra al fármaco. Esta modificación deja espacios huecos por los que puede escaparse el fármaco”, ha explicado María Vallet-Regí, del Departamento de Química Inorgánica y Bioinorgánica de la UCM y autora principal del estudio.

La nueva tecnología permite cargar fármacos en los poros de las nanopartículas y abrirlos desde el exterior por medio de un equipo de ultrasonidos que puede encontrarse en cualquier servicio de rehabilitación, lo cual “facilita y universaliza su posible uso en hospitales sin necesidad de grandes inversiones”, según ha añadido Miguel Manzano, también autor del trabajo.

El polímero que recubre a las nanopartículas se expande a cuatro grados centígrados, temperatura a la que se introduce el fármaco. Cuando se alcanzan los 37 grados, el polímero se contrae, recubriendo a los poros y manteniendo el fármaco encerrado en su interior, de modo que sólo podrá salir cuando se irradie con ultrasonidos.

El estudio revela que las nanopartículas no son citotóxicas, es decir, son aceptadas por las células sin causarles toxicidad. El efecto nocivo sólo se producirá cuando se expulsen los fármacos encerrados en ellas, al estimularlas con los ultrasonidos.

Hacia tumores concretos

Los investigadores trabajan ahora para que estas nanopartículas sean selectivas a tumores concretos. “Estamos modificando su superficie para que tengan terminaciones que busquen específicamente a determinadas células tumorales”, ha indicado Vallet-Regí. En caso contrario, podrían dirigirse a cualquier célula y, por tanto, atacar también a las sanas.

Para conseguir su objetivo, los científicos, en colaboración con el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, quieren introducir las nanopartículas en células mesenquimales de placenta, para que sean éstas las que las transporten hasta el tumor. Una vez allí, con ultrasonidos, se liberaría el fármaco y la célula maligna moriría.

“Las células mesenquimales tienen capacidad de migrar hacia tejidos cancerosos porque originalmente están diseñadas por la naturaleza para ir hacia lugares donde hay mucha actividad celular, que es lo que ocurre en los tumores”, ha señalado la investigadora.
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