Hiedra García Sampedro. Madrid
Los psiquiatras que han presentado el informe han señalado que la Estrategia Nacional de Salud Mental, “como todas las demás, adolece de financiación”, según Celso Arango, director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam). Por otro lado, señalan que la Estrategia ha conseguido establecer una serie de indicadores sobre prevalencia de enfermedades mentales, “pero no se han modificado los recursos atendiendo a estos indicadores”, comenta Eduard Vieta, coordinador de Investigación en Neurociencias y director del Programa de Trastornos Bipolares del Hospital Clínico de Barcelona. Además, la Estrategia de Salud Mental ha fomentado que se oferte formación a los profesionales, a parte de la organizada por la industria. En la presentación del informe, los expertos han mostrado su preocupación ante los posibles recortes. “En tiempos de crisis no se puede pedir una mayor financiación pero sí un reparto más justo de la existente”, según Celso Arango, quien asegura que “a las enfermedades mentales se destinan menos recursos en comparación con su prevalencia, carga asistencial y discapacidad que a otras grandes patologías”. Por otra parte, han criticado que exista una inequidad en el acceso a los tratamientos dependiendo de las comunidades autónomas, ya que en algunas los médicos no pueden “dispensar medicamentos innovadores con eficacia basada en la evidencia, dañándose, de esta forma, la calidad asistencial”, afirma Eduard Vieta, quien apuesta por incentivar la calidad prestada y no al ahorro de costes. |