Enrique Pita/Imagen: Miguel Ángel Escobar. Madrid A pesar de estos datos que podrían hacer pensar en un presente en recesión, el director general de la Fundación, Juan Mulet, ha señalado que el sector es robusto y sólido. Sin embargo, lo quizá más preocupante es que, a pesar de su relativa fortaleza, aún es pequeño y poco significativo para erigirse como motor de un nuevo modelo económico, más aún cuando los agentes económicos (el entorno) que lo rodean no hacen una apuesta definitiva por la innovación. Así, Mulet señaló que para llevar al sector a una situación adecuada sería necesario que al menos 40.000 empresas se dedicaran a la innovación. “El gasto en I+D es menor de lo que sería razonable, y el número de empresas que hacen I+D no es suficiente. Con estas premisas, la innovación no puede ser motor de un cambio de modelo productivo”. Aún así, iniciativas como el programa Cenit del Ministerio de Ciencia e Innovación para fomentar la colaboración entre empresas se han mostrado altamente positivos para la evolución del sector y han permitido registrar varios centenares de solicitudes de patentes. Según los datos registrados por la Fundación, a lo largo de los últimos diez años el sistema de innovación español ha venido creciendo de manera importante, pero aún así no es suficiente, más aún con las dificultades añadidas por la crisis económica. “Las grandes empresas tienden a crecer, pero poco, y sin embargo las pequeñas y medianas empresas crecieron mucho”, una tendencia que debería mantenerse en el futuro, sobre todo buscando ser “más eficientes”.
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