Se trata de una proteína que puede explicar como se produce la pérdida de memoria en edad avanzada

Científicos españoles logran un hallazgo “de primer orden” en el alzhéimer
María Martín, consejera de Salud, acompañada por los investigadores del Cibir.


4 dic. 2017 18:10H
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POR REDACCIÓN
La Unidad de Angiogénesis del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR) ha identificado un nuevo mecanismo molecular que puede explicar cómo se produce la pérdida de memoria en la edad avanzada y un posible tratamiento contra este proceso. La consejera de Salud, María Martín ha asegurado que "la pérdida de memoria es uno de los principales problemas que afectan a las personas mayores, tanto en La Rioja como en el resto de España, y se agudiza en casos de enfermedades neurodegenerativas como es la enfermedad de Alzheimer. Por eso, podemos hablar de un hallazgo de primer orden”.

En su trabajo, liderado por el investigador Alfredo Martínez, los investigadores han centrado su investigación en una proteína denominada adrenomedulina. Los científicos han comprobado que la expresión de esta proteína puede servir como un marcador para identificar a los pacientes en riesgo de evolucionar hacia un alzhéimer avanzado

Durante el proceso de investigación, los científicos del CIBIR observaron que los ratones ancianos que sí expresaban adrenomedulina presentaban pérdidas parciales de memoria, similares a las que afectan a personas mayores. Además, en los ratones estas pérdidas de memoria eran más marcadas en el sexo femenino, algo que también sucede en la especie humana. Sin embargo, los ratones de ambos sexos que no expresan la proteína mantenían unos niveles de memoria idénticos a los ratones jóvenes, indicando que la adrenomedulina participa activamente en la pérdida de memoria asociada a la edad.

En busca de la cura

Esta unidad centra ahora sus esfuerzos en encontrar una herramienta que module la actividad de la adrenomedulina. Una de estas herramientas es una molécula química capaz de reducir la actividad de la proteína que, lógicamente, podría servir para contrarrestar los aumentos de la proteína detectados en el cerebro de personas mayores y, de esa forma, evitar la desconexión de las neuronas. Actualmente, la Unidad de Angiogénesis trabaja activamente para demostrar que esta molécula tiene esa capacidad protectora. Si los resultados son positivos, el siguiente paso sería su desarrollo farmacéutico.
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