Unas 300.000 personas en España padecen epilepsia, y el 30% de ellas no responden a los medicamentos anticrisis

La Unidad de Epilepsia de la Jiménez Díaz atendió en 2020 a 2.000 pacientes
Exteriores de la Fundación Jiménez Díaz.


24 may. 2021 14:20H
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La Unidad de Epilepsia del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz atendió el pasado año a cerca de 2.000 pacientes, consolidándose como referencia nacional por su atención altamente especializada, su experimentado cuadro médico, equipamiento de última generación y labor investigadora.

Esta unidad, integrada en el Servicio de Neurología y una de las primeras especializadas en epilepsia que se creó en España, ya en la década de los 90, es considerada actualmente una unidad de referencia a nivel nacional e internacional debido al equipo médico y equipamiento con el que cuenta y a su labor investigadora. “Atendemos pacientes de todos los puntos de la geografía española, así como de países de Europa, África y Latinoamérica, incluso de Estados Unidos”, apunta José María Serratosa, responsable de la unidad.


Serratosa: "Es muy importante que el manejo de las epilepsias se lleve a cabo en una unidad especializada"



Según explica el especialista del Servicio de Neurología del hospital madrileño, “es muy importante que el manejo de las epilepsias se lleve a cabo en una unidad especializada como la nuestra porque podemos hacer un diagnóstico más preciso y, por lo tanto, instaurar un tratamiento mucho más personalizado”. Esto es especialmente importante en el caso de las epilepsias raras y aquellas que no responden a fármacos, en las que esta unidad está más especializada.

La epilepsia es la presencia de crisis epilépticas recurrentes (dos o más) o de una sola crisis, pero acompañada de alteraciones en el electroencefalograma o la resonancia, que indican que se puede tener otra; las crisis epilépticas son episodios que, en general, duran uno o dos minutos motivados por una descarga excesiva y anormal de las neuronas del cerebro. “La etiología de la epilepsia es muy diversa y puede ser causada por cualquier lesión o ‘insulto’ al cerebro, un ictus, una infección, un tumor, una demencia, una inflamación, alteraciones genéticas…”, añade Serratosa.

El tratamiento de elección es el uso de medicamentos anticrisis, ya sea en monoterapia o en combinación con otros, y, en general, entre el 60 y el 70 por ciento de los afectados responde bien, pero el 30-40 por ciento restante son pacientes farmacorresistentes que siguen teniendo crisis a pesar de estar tratados. Estos pacientes son candidatos a otras terapias, que la Unidad de Epilepsia de la Fundación Jiménez Díaz aplica con éxito.


Manejo multidisciplinar y terapias personalizadas


Esta unidad dispone de los medios más modernos para una monitorización mediante vídeo-electroencefalograma con el fin de realizar un diagnóstico correcto, ajustar tratamientos con fármacos anticrisis y realizar evaluaciones quirúrgicas a pacientes con epilepsia farmacorresistente. En estos casos “se realiza un estudio y se evalúa la posibilidad de recurrir a otras terapias como la estimulación cerebral o la cirugía resectiva, que consiste en eliminar el foco que provoca las crisis”, señala el responsable de la Unidad de Epilepsia de la Fundación Jiménez Díaz. También, explica el neurólogo, pueden prescribir dietas especiales, las llamadas cetogénicas, ricas en grasas, que imitan los cambios metabólicos que provoca el ayuno y producen la formación de cuerpos cetónicos que ayudan a controlar las crisis.

Por eso, el manejo de las epilepsias -que afectan a 300.000 personas en España- debe ser multidisciplinar. “Nuestra unidad -continúa Serratosa- está integrada por neurólogos, enfermeras especializadas en epilepsia, neuropsicólogos y cirujanos especialistas en cirugía de la epilepsia”. Además, cuenta con seis camas para ingreso, cuatro de ellas monitorizadas con vídeo-electroencefalograma y atención de enfermería 24 horas al día. “Esto quiere decir que los pacientes están monitorizados desde que ingresan y se graba vídeo y electroencefalograma durante las 24 horas del día, los días que sea necesario; si el paciente tiene una crisis se puede revisar y estudiar, ver dónde se origina, localizar el foco, si es que lo hay, o caracterizar el tipo de epilepsia”, añade el especialista, de reconocido prestigio en este campo de la Neurología.

Investigación de las epilepsias genéticas


Desde que se incorporó a la Fundación Jiménez Díaz, Serratosa y todo su equipo se han dedicado a estudiar y tratar con especial interés las epilepsias genéticas, que son las causadas por mutaciones en uno o varios genes, principalmente en uno.

El manejo de estas epilepsias, tal y como señala, “es bastante complicado”. Normalmente llevan asociado retraso psicomotor, son más resistentes a los medicamentos anticrisis y pueden ser aptas para tratamientos personalizados dirigidos a la alteración genética. “Algunos de estos tratamientos son fármacos que ya están disponibles y se reposicionan [se les dan nuevos usos terapéuticos] para este tipo de epilepsias -añade-. Pero, además, estamos investigando nuevas terapias para algunas epilepsias genéticas como la enfermedad de Lafora, trabajando con modelos animales, desarrollando un tratamiento con un vector viral que contiene el gen alterado (terapia génica), o con un fragmento de anticuerpo ligado a una enzima. Se trataría de una terapia específica para esta enfermedad rara”.


Labor investigadora


La labor investigadora que realiza este equipo es otra de las fortalezas de la Unidad de Epilepsia, que está integrada en el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERED), dependiente del Instituto de Salud Carlos III. También forma parte de un consorcio europeo para el estudio de las epilepsias raras y de un proyecto del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, en sus siglas en inglés) para la búsqueda de una cura para la enfermedad de Lafora. Además, participa en numerosos ensayos clínicos de diferentes medicamentos anticrisis.

De hecho, la Unidad de Epilepsia de la Fundación Jiménez Díaz tiene varios reconocimientos por trabajar en proyectos de investigación europeos y norteamericanos y recibió hace unos años el Premio SEN-Epilepsia de la Sociedad Española de Neurología a la Mejor Labor Científica. Además, Serratosa ha sido presidente y fundador de la Sociedad Española de Epilepsia.

“El trabajo investigador beneficia a nuestros pacientes -añade Serratosa-. Nuestros médicos y enfermeras están mucho mejor formados en todos los tipos de epilepsias, incluidas las más raras, podemos diagnosticar a los pacientes con más precisión y estos pueden beneficiarse de tratamientos con terapias personalizadas y dirigidas a su problema concreto”.

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