Más de la mitad en realidad sufre procesos infecciosos

La sospecha de alergia infantil a los medicamentos casi siempre yerra
José Antonio Navarro; el jefe del Servicio de Alergia de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, Joaquín Sastre; y María Álvarez Puebla.


24 oct. 2016 10:45H
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POR REDACCIÓN
El alergólogo que recibe a un niño con sospecha de ser alérgico a un medicamento rara vez confirma ese diagnóstico. De hecho, más de la mitad de las veces en realidad el pequeño sufre un proceso bacteriano o vírico que expresa sintomatología similar a la de una reacción adversa, pero no lo es.

A esta conclusión han llegado los especialistas en el 30º Congreso Nacional de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), que se ha celebrado en San Sebastián.

“Los pediatras se ven en la obligación de derivar a los pequeños a la consulta del alergólogo para descartar una posible reacción alérgica; afortunadamente, cuando hacemos las pruebas y confirmaciones comprobamos que no se trata de alergia como tal, sino de procesos infecciosos o víricos que producen este tipo de reacciones, muy similares, eso sí, a las causadas por alergias farmacológicas”, ha ratificado Sara Martínez, del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Donostia.

Con todo, las enfermedades alérgicas resultan muy frecuentes en los niños (de ahí que el pediatra consulte al alergólogo ante la mínima sospecha). Según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), alrededor de uno de cada cinco niños españoles padece alergia, patología que vería reducido su asentamiento de por vida en quien la padece (como sucede en muchas ocasiones) si se detectara y tratara a tiempo, han advertido los especialistas de esta sociedad científica.

Si se repara en el motivo de consulta en menores de 14 años, el último estudio llevado a cabo por la Seaic revela que el trastorno alérgico que, con más frecuencia, lleva al niño al alergólogo es la rinitis (33 por ciento de los casos) seguido de conjuntivitis (23 por ciento), asma (17 por ciento) y alergia a alimentos (10 por ciento).

De acuerdo con José Antonio Navarro, coordinador del Comité Organizador del Congreso, las alergias a los alimentos, la dermatitis atópica y el asma alérgica dentro de la alergia respiratoria se presentan con mayor frecuencia en la población infantil, mientras que las reacciones alérgicas más comunes entre los adultos son la rinoconjuntivis, otros tipos de asma y la alergia a medicamentos”, ha diferenciado.

El asma, principal causa de ingreso hospitalario en niños

En cuanto a la gravedad del cuadro alérgico, el asma infantil se revela como uno de los peores y, de hecho, se trata de la primera causa de ingreso hospitalario en niños, además del primer motivo de absentismo escolar por enfermedad crónica, según datos de la propia Seaic.

“En Europa, un 38 por ciento de los niños y un 16 por ciento de los adultos han perdido días de colegio o de trabajo, respectivamente, y este dato se muestra superior en España”, ha declarado María Álvarez Puebla, coordinadora del Comité Científico del Congreso.

Con relación a su prevalencia, se sabe que difiere “en función del método diagnóstico utilizado y de la zona geográfica, con una mayor prevalencia en las zonas costeras respecto a las de interior; de acuerdo con los datos del estudio epidemiológico Alergológica 2014, en España las dos primeras causas de alergia respiratoria son los pólenes (51 por ciento) y los ácaros (46 por ciento)”, ha explicado.

“En las zonas costeras, como el caso de Guipúzcoa, esta relación se invierte, encontrándose los ácaros, como principal factor etiológico de la rinitis y el asma alérgicas”, ha dado a conocer.

Costes asociados al asma pediátrica

El coste total de la atención al asma pediátrica en España se estima en unos 532 millones de euros, si bien oscila entre 392 y 693 millones de euros. Los costes directos (sanitarios) representan el 60 por ciento del total, y los indirectos (como el tiempo de cuidador), el 40 por ciento. El coste medio anual por niño con asma es de 1.149 euros, y oscila entre 403 euros para la categoría de gravedad más leve y 5.380 euros para la más grave.
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