El presidente de la SEHH considera que no se puede restringir la tecnología solo a unos pocos centros

"Una excesiva centralización frena el avance de excelentes hospitales"
Jorge Sierra.


5 nov. 2016 15:30H
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Tras un año como presidente electo de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), Jorge Sierra ha tomado plena posesión de su cargo en su LVIII Congreso Nacional, recién celebrado. Sierra asume el legado de su antecesor, José María Moraleda, para seguir impulsando la Hematología hasta conseguir el reconocimiento que merece e intentar, al mismo tiempo, alcanzar el ansiado equilibro entre el acceso a la innovación y la sostenibilidad del sistema.

¿Cuáles son sus prioridades de trabajo?

Continuaré los esfuerzos de mi antecesor, el doctor José María Moraleda, para establecer un registro en enfermedades hematológicas graves, particularmente cánceres hematológicos. Tiene mucho interés para conocer la verdadera incidencia de estas enfermedades y hacer un estudio del coste del tratamiento, que es muy elevado.

Otro proyecto que Moraleda inició y es prioritario culminar es conseguir que la formación en Hematología sea más amplia y se extienda en el MIR a un quinto año. La Hematología ha experimentado unos avances extraordinarios tanto en el diagnóstico como en el tratamiento, en todo lo relativo a las terapias dirigidas. Al extenderse el periodo troncal a dos años, los dos que tenemos ahora son claramente insuficientes.

Por otro lado, queremos desarrollar el impulso de las terapias inmunológicas en esta disciplina. Ha habido unos avances muy importantes en los últimos años sobre la modulación dela respuesta inmunitaria contra los tumores. También de la terapia celular con células T quiméricas, para tratar sobre todo la leucemia linfoblástica aguda y los linfomas. Es un campo a desarrollar y la sociedad debe impulsarlo. Los hematólogos conocen muy bien el sistema inmune y hemos de ser protagonistas en este campo.

Otro tema: impulsar la formación y la investigación de los hematólogos más jóvenes para que, dentro de 10-15 años, puedan ser el reemplazo de toda una generación de hematólogos muy importantes a nivel nacional e internacional.

Además, queremos hacer que la Hematología española esté más presente en Europa a través de la Sociedad Europea de Hematología, y en otros países, particularmente en EEUU y Latinoamérica. Para ello vamos a encargarnos de la edición on-line en español de la revista Blood, la más importante en Hematología, que voy a dirigir. Es probable que se extienda además al ámbito latinoamericano.

Hay una oportunidad de liderazgo de la Hematología española en el ámbito iberoamericano.

Exactamente. Tenemos que trabajar más unidos con los hematólogos latinoamericanos, con los que podemos tener más influencia, y además muchos de ellos se han formado en España a través del sistema MIR.

La especialidad en nuestro país ha dado grandes pasos en los últimos años.

Ha sido el trabajo de una serie de escuelas. La de Barcelona, iniciada por Farreras Valentí –ha habido en Cataluña unos pioneros de la Hematología muy importantes–; Valencia con el grupo de La Fe; o en Salamanca, con el profesor López Borrasca, que después ha continuado el profesor Jesús San Miguel.

La SEOM ha llamado a una estrategia nacional de Medicina de Precisión. ¿Está de acuerdo?

Las técnicas para detectar alteraciones biológicas y moleculares en los cánceres en general, y las hemopatologías malignas en particular, son cada vez más sofisticadas. Hay una tendencia a la centralización de las plataformas de diagnóstico. Es verdad que hay que hacerlo, pero una excesiva centralización puede tener como contrapartida que no se promueva el desarrollo tecnológico en otros hospitales. Hay que mantener un equilibrio con la centralización, pero que esta no sea excesiva para que sean solo unos pocos hospitales los que tengan las altas tecnologías y que tengan inquietud por la innovación y el desarrollo, y que los otros, en cambio, sean solo proveedores de muestras y de pacientes.

Es algo que hay que desarrollar pero no solo teniendo en cuenta la centralización sino que hay muchos hospitales excelentes en nuestra red sanitaria y esa centralización no puede frenar su desarrollo.

Las innovaciones en terapias oncohematológicas van ligadas últimamente al peliagudo asunto del precio. ¿Los hematólogos están viviendo dificultades para prescribir medicamentos?

Limitaciones hay, porque vienen derivadas de la lentitud con que los fármacos que aprueba la EMA tienen autorización y precio en España. Y, después, porque pasan un segundo filtro autonómico. Es un trabajo que se hace de forma rigurosa pero que retrasa la accesibilidad. Por otra parte, el sistema ha de ser sostenible. Nosotros pretendemos el acceso racional a la innovación y queremos que, una vez aprobado un fármaco, se pueda disponer de él en las condiciones en las que hay evidencia científica lo más rápidamente posible.

Me preocupa un poco más el hecho de que no hay equidad. La rapidez y facilidad en el acceso no es igual en todas las comunidades autónomas. Incluso, dentro de las comunidades, no es la misma en todos los hospitales. Es un aspecto que se tendría que ordenar un poco más.

Tenemos indicaciones más restringidas: los informes de posicionamiento terapéutico y los informes de financiación de las comunidades autónomas. Luego pasa el filtro de las comisiones de Farmacia y Terapéutica de cada hospital.

Otro tema pendiente es el de la recertificación de los especialistas.

Esto es importante porque la recertificación está muy implantada en EEUU y Europa, las actividades y créditos de formación continuada, que certifican que todos los hematólogos están al día. En su conjunto, lo estamos, porque la asistencia a congresos nacionales e internacionales por parte de los especialistas españoles es casi masiva, pero hace falta no solo hacer y asistir sino que ello se regule y se recertifique. Es un aspecto que debemos impulsar en los próximos años.

Además, tenemos que dar a conocer la Hematología y al hematólogo. Entre la población, la Administración, etc. a veces se piensa que el hematólogo solo se dedica a los análisis de sangre, que el mismo que le diagnostica al paciente desde el laboratorio luego le lleva como médico clínico, y además es quien mejor conoce lo que da de sí la sangre y el sistema inmunitario como armas de tratamiento. Esta polivalencia del hematólogo hay que darla a conocer al público en general.
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