Dos estudios presentados en el Congreso SEC evalúan los mecanismos de adaptación del corazón al ejercicio.

Los deportes intensos modifican las cavidades cardiacas
Los corredores tienen una mejor capacidad de relajación del ventrículo izquierdo.


27 oct. 2016 12:20H
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POR REDACCIÓN
Las personas que realizan deportes de resistencia de alta intensidad someten su músculo cardiaco a altas cargas que se traducen en un remodelado del ventrículo derecho. La práctica de deporte de resistencia conlleva una sobrecarga de presión y volumen sobre todas las estructuras cardiacas que es especialmente importante en el ventrículo derecho (VD). De hecho, se ha descrito un remodelado específico de este ventrículo esencialmente en varones deportistas, pero en la actualidad se dispone de escasos datos en mujeres. Por este motivo, un trabajo presentado en el Congreso SEC de las Enfermedades Cardiovasculares, liderado desde el Hospital Clínic de Barcelona, ha comparado el remodelado del VD inducido por el entrenamiento y la adaptación aguda al ejercicio entre deportistas de resistencia de ambos sexos.

Como explica María Sanz, primera firmante de este estudio, realizaron un ecocardiograma basal para ver cuál era el remodelado crónico derivado del ejercicio en 40 deportistas de resistencia (20 hombres y  20 mujeres) que llevaban más de 10 años haciendo deporte durante más de 10 horas a la semana y que ya habían competido en 10 competiciones de alta resistencia en los últimos tres años. Los resultados se compararon con personas sanas ajustadas por edad y sexo. “Realizamos un ecocardiograma basal, en reposo, y otro durante en el pico de esfuerzo en una bicicleta, analizando la morfología del ventrículo izquierdo y derecho y la funcionalidad a través de la técnica ecocardiográfica llamada speckle tracking, que nos ayuda a evaluar la contractilidad de ambos ventrículos”, detalla Sanz.

Tras este análisis, comprobaron que todos los deportistas de resistencia alta intensidad, tanto hombres como mujeres, experimentan un aumento de todas las cavidades cardiacas (ventrículos y aurículas). Sin embargo, las cavidades derechas, con independencia de la cantidad de ejercicio practicado, son más pequeñas en las mujeres que en los varones, y la contractibilidad (valorada por speckle tracking) era mayor siempre en las mujeres. “Esto último se debe a que la mujer trabaja con volúmenes menores a nivel de ventrículo derecho, con una deformación mayor”, comenta Sanz.

Según explica esta especialista, durante el esfuerzo, el ventrículo izquierdo aumentaba su capacidad de contracción de manera proporcional a la demanda del gasto cardiaco. Sin embargo, en el ventrículo derecho no hay esta correlación, ya que esta cavidad está limitada a ciertas cargas de ejercicio, y no puede aumentar más su contractibilidad, un hecho que se ve más pronunciado en varones. “Esto podría explicar por qué los hombres, como mecanismo adaptativo al deporte de resistencia, podrían necesitar un aumento mayor del tamaño del ventrículo derecho para mantener el gasto cardiaco, al encontrarse limitada su capacidad de incrementar la contractilidad de dicho ventrículo”, aclara Sanz.

Una hipótesis muy interesante que se desprende de este estudio, y que por supuesto requeriría de investigaciones más amplias, es si en las diferencias observadas entre géneros podrían jugar un papel importante los estrógenos, con su acción vasodilatadora sobre los vasos pulmonares, que se traduciría potencialmente en un incremento menor de la presión pulmonar durante el esfuerzo.  

Lo que ocurre en deportes dinámicos y de fuerza

Otro estudio presentado en el Congreso SEC ha analizado mediante speckle tracking 2D los mecanismos de adaptación cardiovascular en el deporte de resistencia o fuerza. Como afirma su investigador principal, Juan Lacalzada, del Complejo Hospitalario Universitario de Canarias, de San Cristóbal de La Laguna (Santa Cruz de Tenerife), efectuaron el trabajo comparando a deportistas de lucha canaria, un deporte bastante estático, con corredores habituales profesionales (dinámico) y un tercer grupo de controles sanos con edad similar, que practican deporte de forma lúdica y no continuada.

Se empleó la ecocardiografía transtorácica normal, con la particularidad de que se adquirieron unas imágenes de speckle tracking, que permitía estudiar la deformación del ventrículo izquierdo durante el ciclo cardiaco (sístole-diástole). Como detalla Lacalzada, “el speckle es una especie de huella que tiene el músculo cardiaco, y con un software podemos ver esas huellas en el miocardio y, por tanto, ver cómo se contrae y se relaja la fibra miocárdica del ventrículo izquierdo”.

En los resultados, observaron diferencias en cuanto a índices de masa corporal y masa del ventrículo izquierdo, “pero no había diferencias en los parámetros ecocardiográficos habituales”, apunta el especialista. En la valoración de la función sistólica, se determinó la fracción de eyección del ventrículo izquierdo y vieron que era similar en todos los deportistas.

También llevaron a cabo un estudio de la función diastólica, pero no se detectaron diferencias en el ecocardiograma convencional. Sin embargo, “cuando estudiábamos con speckle tracking cómo afectaba la deformación del ventrículo izquierdo, observábamos cómo en la sístole se deforma mejor el ventrículo izquierdo de los corredores que el de los deportistas de lucha canaria y el de los controles sanos. Además, en la primera fase de la diástole también la deformidad es mucho mejor en los corredores con respecto a los otros dos grupos”, añade.

En conclusión, los corredores tienen una mejor capacidad de relajación del ventrículo izquierdo y, por tanto, una mayor circulación sanguínea en esta cavidad. “Esto podría explicar la capacidad de los corredores de adaptar el gasto cardiaco al ejercicio de una forma relativamente sencilla”, puntualiza Lacalzada.

¿Cuál es el uso actual del speckle tracking en España? De momento, es una herramienta más utilizada en investigación que en práctica clínica habitual. Como comenta Lacalzada, es una técnica de imagen que requiere un software especial, así como formación por parte de los profesionales. “Sin embargo, su incorporación en la práctica clínica está siendo progresiva, pues recientemente se ha publicado una revisión sobre la cuantificación de las cámaras cardiacas donde ya se empieza a hablar de los parámetros normales de la función sistólica de speckle tracking en la práctica habitual”, concluye.
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