Diclofenaco, etoricoxib, indometacina, piroxicam y rofecoxib

Cinco AINE duplican el riesgo de sufrir insuficiencia cardiaca
Cinco AINE se han vinculado a más del doble de riesgo de padecer un cuadro de insuficiencia cardiaca.


24 oct. 2016 11:00H
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La relación de los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) con el riesgo de insuficiencia cardiaca no constituye nada nuevo. Pero sí lo es el hecho de que se tengan más o menos papeletas para sufrir esa indeseable relación en función de qué tipo de AINE se tome.

Por eso llaman la atención los resultados de una investigación internacional, que han revelado que el uso de los AINE aumenta el riesgo de insuficiencia cardiaca incluso en aquellas personas que no poseen antecedentes de problemas cardiacos, y, además, en función de cuál se utilice, varía el riesgo.

Según demuestra el trabajo, publicado en la revista British Medical Journal (BMJ), los pacientes que consumen dosis muy altas de diclofenaco, etoricoxib, indometacina, piroxicam y rofecoxib presentan más de doble de riesgo de insuficiencia cardiaca que el resto de los pacientes examinados en el estudio.

Asimismo, el riesgo de insuficiencia cardiaca se revela mayor, de forma significativa, en quienes se hallan en tratamiento con ketorolaco, etoricoxib, rofecoxib, indometacina, piroxicam, diclofenaco, ibuprofeno, naproxeno y nimesulida. Nueve fármacos que se vinculan con un mayor riesgo en hombres y mujeres con independencia de su salud cardiovascular.

Un 19 por ciento más probable la enfermedad

En concreto, los resultados muestran que, en términos generales, el riesgo de ingreso hospitalario por este fallo cardiovascular se revela un 19 por ciento mayor en quienes han tomado estos fármacos durante las dos semanas previas, en comparación con quienes no fueron tratados con esta medicación.

Según demuestra el trabajo, en efecto el riesgo de insuficiencia cardiaca varía en función, por ejemplo, de si se ha consumido naproxeno (16 por ciento mayor) o ketorolaco (83 por ciento). Sin embargo, algunos como el celecoxib apenas indujo un mayor riesgo.

“Se ha visto que las dosis más altas se asocian a un mayor riesgo”, ha reconocido Gunnar Gislason, director científico de la Fundación danesa del Corazón y autor de un editorial que acompaña al estudio, que también precisa que no encontraron diferencias por sexos ni el riesgo era mayor en quienes ya habían sufrido una insuficiencia cardiaca previa.

La diferencia de este trabajo –han insistido quienes lo han elaborado– con otros previos que ya habían analizado la relación entre estos tratamientos y una mayor insuficiencia cardiaca fue las diferencias observadas entre los 27 compuestos analizados de esta familia de fármacos.

En su análisis incluyeron más de 92.000 personas de Italia, Alemania, Reino Unido y Países Bajos que fueron hospitalizados por insuficiencia cardiaca, que fueron comparados con un amplio grupo control de más de 8,2 millones de personas que no habían sido ingresados por este motivo.

Más de 16.000 ingresos vinculados a los AINE

En total, vieron como 16.081 personas (17,4 por ciento) de los que fueron hospitalizados por una insuficiencia cardiaca habían recibido estos fármacos, frente a un 14,4 por ciento de usuarios dentro del grupo control.

Los autores del trabajo reconocen, eso sí, que una de su limitaciones estriba en la ausencia de datos de los fármacos AINE de venta libre, de modo que, en potencia, habría pacientes clasificados como no usuarios que, en realidad, los habrían adquirido por su cuenta, como es el caso del ibuprofeno.

Otro inconveniente es la posibilidad de que algunos pacientes ingresados por insuficiencia cardiaca estuvieran vinculados a otros problemas cardiovasculares. Aun así, los investigadores aseguran que los resultados se suman a un creciente cuerpo de evidencia que apunta al riesgo de insuficiencia cardiaca asociada a los AINE. 
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