La Revista

Los teóricos de la reforma del sistema educativo apuestan por transformar el modelo con el MIR como ejemplo

Lo que la sanidad puede enseñar al sistema educativo


30 jul. 2016 20:00H
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POR CARLOS COROMINAS
Primero se estudia la carrera, llámese grado. Después se hace un examen que sirva de filtro para elegir a los mejores. En función de la nota, el aspirante podrá elegir un centro para seguir formándose y entrar en contacto con la práctica real y el desempeño de su profesión durante unos años. Una vez superado este periodo, el aspirante ya podrá ejercer en el sistema público. ¿Le suena? No es el MIR, es el DEP y no, no son las iniciales de ‘descanse en paz’, sino de Docentes En Prácticas.

Esta es la propuesta de la Universidad de Padres, plasmada en el Libro Blanco de la Profesión Docente, coordinado por el filósofo José Antonio Marina y presentado al Ministerio de Educación como una guía para mejorar el sistema educativo los próximos años. Y es que en su opinión el modelo MIR debería trasladarse a la formación del profesorado de Primaria y Secundaria para conseguir que los docentes fueran los mejores.

“La idea es que, igual que los médicos, los profesores pasen por una formación específica de dos años en segundo ciclo. Sería una especie de máster en el que irán a los centros escolares y serán tutorizados por el resto de maestros para empezar a dar clase”, explica Eva Marina, directora de la Universidad de Padres.

Este modelo, que claramente se inspira en el sistema MIR, serviría para curtir a los profesores en el día a día de un colegio como se hace con los residentes en los hospitales. “En Medicina se aprende mucho por osmosis, no solo de lo que tratas con el paciente, sino de lo que ves que hacen otros profesionales”, explica Juan Antonio Vargas, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid. 

José Antonio Marina.

El proceso de formación de los médicos, que superan seis años de carrera y cuatro de MIR, contrasta con lo que se exige a los profesores. En el caso de Primaria, deben realizar la carrera de Magisterio y luego optar a una oposición para acceder a una plaza pública. Por su parte, los de secundaria deben contar con un título universitario de una de las disciplinas válidas, superar el Máster Universitario en Formación del Profesorado en Educación Secundaria y pasar unas oposiciones.  

“Especialmente los profesores que llegan a secundaria vienen de distintas carreras en las que ya sea grado o máster no tienen formación pedagógica”, explica Marina, que añade: “No sólo es que vayan mal formados respecto a la materia que imparten, sino que no tienen las herramientas para transmitir a los alumnos ni siquiera lo que han estudiado”.

El MIR es la base del SNS

La propuesta para cambiar el sistema educativo de Marina tiene reflejo en el proceso de remodelación de la sanidad española de finales de los 70 y los 80. Tras una discusión de casi una década, el MIR se implantó en España en 1978 y rápidamente se asumió como la ruta que marcaría la calidad profesional de los médicos y, por extensión, del Sistema Nacional de Salud (SNS).

“El MIR cambió nuestra sanidad y el salto de calidad que dio el SNS se debe claramente a este modelo de residencia”, explica Vargas. En su opinión, este aprendizaje continuo permite que los médicos consoliden lo aprendido durante la carrera y añadan conocimiento práctico. “Al terminar el MIR, tiene formación adecuada en asistencia, investigación y docencia”, indica Vargas que considera que esto se traslada a una mayor seguridad para el paciente.

Es precisamente adquirir este tipo de profesional el que quiere conseguir la figura DEP en el profesorado. “Ahora estamos enfrentándonos a un futuro muy incierto”, indica Marina, que apunta: “Los profesores van a necesitar competencias como flexibilidad cognitiva, aprender a aprender y conocimientos de comunicación, además de todas las herramientas digitales del siglo XXI”.
...Y viceversa: ¿de la educación a la sanidad?
“Sé que tienen poco tiempo y, a veces, los pacientes se plantean que sabemos las cosas y no lo sabemos todo”, se queja Marina. En su opinión, los profesionales sanitarios pecan en ocasiones de falta de comunicación con los pacientes al dar por supuesto muchas cosas y trabajar de forma acelerada. “Siempre me falta en los profesionales sanitarias herramientas de psicología de acercamiento al paciente y de transmisión”, critica al considerar que en ese caso deberían aprender de los profesores. A pesar de ello, admite que “la función del maestro es transmitir conocimientos, mientras que la del médico es curar” y por eso el profesor sabe comunicar mejor.


Pacto de Estado y Consejo Interterritorial

Tres palabras sobrevuelan todos los debates tanto del ámbito educativo como del sanitario: pacto de Estado. “Es necesario un pacto de Estado por la educación” (cambie ‘educación’ por ‘sanidad’ o, a veces, por ‘ciencia’) es una frase mil veces cacareada por políticos, líderes sindicales, usuarios y asociaciones. Sin embargo, en ninguno de los casos parece cerca de realizarse.

Juan Antonio Vargas, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid.

“Los pactos en España siempre han sido muy difíciles”, explica Marina, que añade: “Se logró con las pensiones en el Pacto de Toledo y se puede lograr también en educación y sanidad”. A su juicio, “estos son los dos grandes avances de la sociedad, pero estamos en un momento muy tormentoso con muchas alteraciones”. La dificultad es que “es una cuestión de cultura política del país y debería ser una prioridad en este momento en el que se están poniendo en tela de juicio tantas cosas”.

Para lograr llegar a acuerdos en el modelo educativo y proponer medidas de consenso, el Libro Blanco de la Profesión Docente también propone una medida que recuerda a un órgano muy conocido en el ámbito sanitario: un Consejo Pedagógico del Estado.

Su denominación recuerda a la del Consejo Interterritorial, aunque la propuesta indica que “sería un organismo mixto de personas procedentes de la universidad y de profesores procedentes de la educación primaria o secundaria” a diferencia del Interterritorial que está formado por los responsables de Sanidad de las comunidades autónomas. Sin embargo, sí coincide en la función, aunque aplicada a la educación: estaría “encargado de asesorar y reflexionar sobre el propio sistema educativo, sus objetivos y los procedimientos para alcanzarlos”.

LODE, LOGSE, LOCE, LOE, LOMCE. La educación en los últimos 30 años ha estado marcada por un sinfín de reformas educativas desarrolladas por los gobiernos cada vez que cambiaba el ciclo político. La falta de un modelo claro y la “ideologización” de la educación, como critica Marina, han evitado que se concrete un pacto de Estado en esta materia. Y es precisamente en esta falta de acuerdos y en el uso partidista de algo tan sensible en lo que sí coinciden la educación y la sanidad en España.
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