Las terapias dirigidas plantean un mejor futuro para el cáncer de pulmón

La Medicina de Precisión está cambiando el devenir del cáncer de pulmón. Este tumor se sitúa entre los tres más frecuentes en España y es el que presenta mayor mortalidad con más de 20.000 fallecimientos al año. No obstante, las terapias dirigidas enfocadas a buscar tratamientos personalizados aportan esperanza, ya que resultan en una supervivencia más prolongada de los pacientes.

"La Medicina de Precisión ha supuesto una revolución en el cáncer de pulmón. Actualmente, somos capaces de identificar las alteraciones genéticas del tumor y establecer un tratamiento específico para dicha alteración con mejores resultados de control de la enfermedad y un ahorro muy importante en toxicidad", explica Edurne Arriola, jefa de Sección de Cáncer de Pulmón del Servicio de Oncología Médica e investigadora del Instituto Hospital del Mar de Barcelona. "Estamos ofreciendo a los pacientes tratamientos específicos para su tipo tumoral con eficacias muy superiores al tratamiento no dirigido", añade.

Uno de los principales problemas de esta enfermedad es que su diagnóstico es tardío y más de la mitad de los casos se encuentran en estadio avanzado o metastásico. Por ello, uno de los objetivos es mejorar su detección en estadios tempranos, así como su abordaje terapéutico, lo que podría aumentar su supervivencia en un 80 por ciento y poder empezar a hablar de una intención relamente curativa.

Concretamente, el cáncer de pulmón se divide en dos tipos: el microcítico (CPM) y el no microcítico (CPNM). El segundo es el más común, representa el 85 por ciento de todos los casos, y es el tipo de cáncer de pulmón en el que se presentan más alteraciones moleculares o biomarcadores.

Biomarcadores en el cáncer de pulmón

Por todo ello, los expertos subrayan la importancia de encontrar unas alteraciones moleculares en la células cancerígenas que pueden dar información de gran utilidad para la toma de decisiones terapéuticas del equipo oncológico. Son los llamados biomarcadores, que caracterizan las células tumorales y dividen los tumores en distintos subgrupos según su ausencia o presencia. Dichos biomarcadores aportan información muy valiosa sobre el pronóstico del tumor y sus posibles tratamientos, entre otros aspectos.

"El futuro de la Oncología se dirige hacia una mayor personalización. Pudiendo incluso hacer seguimiento de estos pacientes tratados, identificar los mecanismos de resistencia cuando la enfermedad progrese o recaiga y de nuevo tratar específicamente estos mecanismos", indica.

En este sentido, la especialista apunta que los nuevos tratamientos requieren un mejor diagnóstico molecular con nuevas herramientas, como la biopsia líquida en sangre que permite hacer estos estudios "de manera más cómoda y menos invasiva" para los pacientes. 

Cáncer de pulmón ALK+

Por otro lado, hay un tipo específico de cáncer de pulmón en el que es fundamental detectar las alteraciones del gen ALK, que son consideradas biomarcadores tumorales porque son determinantes en la supervivencia y el crecimiento de las células cancerígenas. Estas translocaciones del gen ALK están presentes en cerca del 5 por ciento de los pacientes con cáncer de pulmón no microcítico. "Suelen ser personas no fumadoras o poco fumadoras, de edad más joven y con mayor frecuencia tienen afectación cerebral por la enfermedad", detalla Arriola.

Cuando se trata de un caso de cáncer de pulmón de células no pequeñas es necesario que se averigüe a través de una biopsia si el tumor es positivo para la translocación de ALK. Si se descubre que existe esta alteración, se debe aplicar una terapia dirigida con un inhibidor de ALK.

"En los últimos años se han aprobado fármacos inhibidores de ALK con alta eficacia y buena tolerabilidad. Pueden conseguir que el paciente tenga un control de la enfermedad con una calidad de vida excelente. Son tratamientos orales y cómodos de tomar", manifiesta la experta.