La universidad privada quiere formar más médicos: alta demanda a bajo coste

La proliferación de nuevas facultades de Medicina no solo es un problema que suceda en la Universidad Pública. Cada vez son más las universidades privadas que deciden ofertar un Grado de Medicina aprovechando que su acceso a través del sistema público exige unas notas de corte muy altas.

El informe Grados Universitarios: ¿cuántos y cuáles? Análisis de la oferta de estudios de grado en las universidades públicas y privadas, publicado por el Observatorio del Sistema Universitario (OSU), cuantifica la oferta total de las facultades que ofertan Medicina, así como el resto de carreras de Ciencias de la Salud. 

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"Son carreras de alta demanda y se pueden aprovechar recursos públicos a los que la privada puede acceder sin hacer una inversión"

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En la actualidad, Medicina se oferta en un total de 40 facultades en España, de las cuales 31 son de carácter público frente a los 9 centros de carácter privado. Aunque el estudio no evidencia el porqué de estas cifras, Albert Corominas, profesor de la Universidad Politécnica de Cataluña y coautor del informe, señala a Redacción Médica que “la oferta de las universidades privadas se orienta hacia carreras con una alta demanda y que sean rentables. En el caso de las carreras de Ciencias de la Salud, sus carreras son altamente demandadas y se pueden aprovechar recursos públicos que existen, a los que la privada puede acceder sin hacer una inversión”.

“Son profesiones muy demandadas y con mucha vocación. Hay estudiantes que quieren ser médicos. Y si no hay más plazas en la pública se van a la privada, donde es más fácil acceder sin tener una alta nota de corte”, evidencia Corominas.

Oferta global

Precisamente, la oferta global de Ciencias de la Salud se sitúa en un total de 357 carreras, de las cuales 239 se ofertan en la pública y 118 en la privada. Ante esta situación, Corominas ha explicado que el OSU recomienda que la oferta de grados de las universidades españolas tiene que ser "revisada críticamente" por universidades y administraciones, y que la colaboración entre ambas permitiría implantar "las reformas pertinentes" sin cambios legislativos de gran alcance.

Recomienda también revisar que los grados, ya sean de Ciencias de la Salud o no, cumplan con los objetivos de formación generalista; capacitación para el ejercicio profesional y empleabilidad a largo plazo que estipula la normativa; reducir el número de grados mediante la planificación y cooperación de las universidades; suprimir los denominados grados propios; aclarar la relación entre la formación universitaria y la formación profesional; y repensar críticamente la oferta de grados múltiples.