El MIR constituye para cualquier médico un periodo fundamental para su formación como futuro médico especialista y, por ello debe, tener todas las garantías para cumplir ese objetivo. Durante los últimos años, la sanidad privada y, sobre todo, la Comunidad de Madrid, se ha erigido como un servicio sanitario de calidad, competitivo al más alto nivel y, por supuesto, en el marco docente.
 
Que un hospital sea acreditado como universitario es un primer y muy importante paso para reconocer sus capacidades, ya que no sólo se presta una asistencia sanitaria de excelencia, sino que además se permite formar a los futuros médicos de este país. El salto a la formación especializada, es decir, al MIR es algo que pocos hospitales de la sanidad privada pueden permitirse, ya que constituye un avance exponencial que tiñe de reconocimiento a todos los profesionales que en él ejercen su labor diaria.
 
Todos los médicos que hoy formamos las plantillas de los hospitales de la sanidad privada nos hemos formado en hospitales públicos y por tanto, conocemos muy bien sus fortalezas y sus debilidades. La formación recibida en la sanidad pública ha sido y es excelente, pero los que iniciamos este camino ahora en la sanidad privada, pretendemos no copiar algunos aspectos que creemos no benefician a la formación del médico interno residente.
 
Hay que aclarar, no obstante, que la acreditación para la formación de médicos especialistas la otorga el Ministerio de Sanidad y que antes deben pasarse innumerables filtros que, en muchas ocasiones, no terminan finalmente en la ansiada acreditación. Los hospitales privados podemos estar 4-5-6 años para conseguirlo y, aunque estamos preparados, somos conscientes de que se nos mira con lupa y que no tenemos ningún inconveniente para ello, ya que nos caracterizamos por una gestión altamente cualificada y eficiente de todos nuestros recursos.
 
Algo que deben tener en cuenta los futuros residentes es que la tutorización en la sanidad privada y aquí debo personalizar ya en HM Hospitales, que es el grupo en el que desarrollo mi actividad como jefe de Residentes, es efectiva, y con ello quiero decir, que estamos muy pendientes de vuestra formación en todos los sentidos. La calidad de nuestros profesionales nos avala y la ilusión y el empeño que ponen a diario en su actividad redunda en un excelente entorno para la formación.
 
El plan de la especialidad, o guía itinerario formativa, es exactamente la misma que en la sanidad pública porque no puede ser de otra manera al tener que aprobarse por el ministerio. Recibimos, además auditorías que así lo demuestran desde el propio ministerio y desde la Comunidad de Madrid. El salario es el mismo porque esto lo regula la comunidad autónoma y la convocatoria de plazas, al menos en nuestro caso, aparece con el resto de las plazas públicas como unas más a elegir.
 
Otro aspecto que considero fundamental es que toda la actividad asistencial diaria es muy importante y está a cargo del médico especialista, algo que nos parece fundamental para dedicar todos los esfuerzos y recursos a conseguir una adecuada capacitación y adquisición de habilidades, de las que son ejemplo los residentes que ya han terminado su periodo de formación con nosotros. Igualmente, de momento, podemos decir que casi todos nuestros residentes ejercen ahora como médicos especialistas en nuestros hospitales de HM, algo que llevamos con mucho orgullo porque está claro que es la mejor respuesta que podíamos obtener a nuestros esfuerzos por formarle, que luego nos elijan para ejercer su profesión.
 
Desde que me formé como especialista, allá en 1998, he visto avanzar mucho todo lo concerniente a la formación MIR, pero estoy plenamente seguro que si hoy tuviera que formarme como médico especialista elegiría uno de los hospitales HM, ya que conozco perfectamente su funcionamiento interno y creo que es un modelo a imitar por muchos.

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