Fernando Prados y Antonio Zapatero, coordinador y director del hospital de campaña de Ifema.


1 may. 2020 19:00H
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POR BORJA NEGRETE | MARCOS DOMINGUEZ
Cada mañana, a eso de los 8, cuando apenas amanecía, Fernando Prados pasaba en coche por la Plaza de Colón y tomaba una foto, en su camino al hospital de campaña de Ifema. Las primeras fotos, en la peor época de la pandemia de coronavirus Covid-19, eran oscuras y, a menudo, la lluvia azotaba la estatua del descubridor de América. Con el paso de los días y el cambio horario, la imagen que Prados tomaba de la plaza fue iluminándose y adquiriendo un color especial, ¿color esperanza? 

De la misma forma, la situación del hospital de campaña de Ifema fue mejorando progresivamente. Hubo momentos duros, en los que ingresaban a una media de más de 200 pacientes al día. Pero poco a poco, el número de altas fue creciendo hasta superar el de ingresos, hasta el punto de que este viernes solo quedaban cinco pacientes en el centro. Los últimos de Ifema. Antonio Zapatero y Fernando Prados, director y coordinador del hospital de campaña, respectivamente, lo tienen claro: "Lo que se ha aprendido en Ifema no está en ninguna facultad". 

Antonio Zapatero y Fernando Prados.

"En los últimos 10 días el número de altas en el hospital es mucho mayor que el de ingresos -300 o 400 camas de hospitales se liberan todos los días–, hace ya como 6 días o 7 que no recibíamos ingresos de trasladados de Madrid. Por Ifema han pasado casi 4.000 pacientes. Ifema nació para ayudar a los hospitales de Madrid y lo ha conseguido", cuenta Antonio Zapatero. 

"Ha sido la historia de un desafío. Cuando llegamos hace seis semanas teníamos mucha ilusión por salir adelante, a la vez que nos parecía un reto francamente difícil. Si de Ifema se puede decir algo es que todos lo considerábamos nuestro proyecto, y trabajando juntos (Primaria con hospital, Summa, Samur), se ha creado un ambiente único. Tenemos la satisfacción del deber cumplido".

Ahora que toca ahora es cerrar. Fernando Prados reconoce que la sensación es de "que te falta algo. Llevábamos mucho tiempo trabajando a un ritmo brutal. La sensación es que hemos cumplido con lo que se nos pidió. Derivar aquí a los pacientes con Covid-19 que no podían asimilar los hospitales. Nos da pena dejarlo, porque el trabajo ha sido muy intenso. El personal ha estado absolutamente implicado. Me llevo la sensación de que tenemos en Madrid la mejor sanidad del mundo. Con profesionales capaces de trabajar en cualquier situación. Tenemos un potencial humano increíble". 

Prados cuenta que, a pesar de las dificultades, han sido felices trabajando en Ifema: "El miércoles llamaron a un médico para decirle que no viniera al día siguiente y preguntó si podía ir por la tarde para despedirse de la gente... Si todo va como tiene que ir Ifema no se volverá a poner en marcha". 

Los momentos más emotivos del hospital de Ifema


Fernando Prados vestido con el equipo de protección.

Estas seis semanas han dado para mucho, también para presenciar momentos emotivos e incluso difíciles. "Hemos vivido algunas dificultades, pero la voluntad de todo el mundo ha sido solucionarlas. Momentos emotivos ha habido muchos. Recuerdo que, a los pocos días, me llamaron para que saliese a la puerta principal de Ifema, y me encontré un chico joven llorando delante de una señora. En un hospital tiendes a pensar que ha pasado alguna desgracia. Pregunté a los voluntarios que estaban ahí y me dijeron: no, no es eso, es un hijo que abraza a su madre, que le acaban de dar ustedes el alta", recuerda Zapatero. 

Por su parte, el coordinador de Ifema, Fernando Prados, se lleva guardado en la retina y el corazón el momento en que se presentó en el pabellón 5 la hija de una mujer que había fallecido: "Se presentó a recoger el cadáver de su madre. Pensamos que se iba a llevar una mala imagen porque eran los momentos iniciales de Ifema. Sin embargo, se acercó para decirnos que su madre le había dicho por teléfono por la mañana que le habían tratado de lujo. 'No sabéis lo reconfortante que es para mí poder agradecéroslo en persona', dijo. Nos dejó a todos emocionados".

Cada vez que se daba de alta a uno de los pacientes se formaba un corrillo y se le aplaudía a la salida. "Hemos dado más del 93 por ciento de altas. Cada alta se celebraba como un gol". 

El 'espíritu de Ifema'


Algo en lo que coinciden tanto Zapatero como Prados es en reivindicar el 'espíritu de Ifema', aludiendo al buen ambiente que se generó en el hospital, incluso en los momentos más duros. "El ambiente ha sido fantástico, era una gozada entrar en el hospital y pasearte por ahí, todo era motivo de fiesta. Cuando se hacían los bailes los pacientes iban a buscar a los servicios de limpieza para que se unieran... Ha sido todo tan mágico y tan especial que sí que diría que había un espíritu de Ifema", dice Prados.

"Ha habido muchos momentos entrañables: bailes, gestos emotivos por parte de los pacientes... Cuando vino la Policía Municipal y puso el 'Resistiré', y los pacientes se acercaban a la puerta del Pabellón 9 para dar palmas y aplaudir a los sanitarios. La lectura del Quijote… Por un momento han conseguido olvidarse de que eran pacientes, algo que, un hospital habitual, por la estructura, no se puede hacer", añade Zapatero. 

El director de Ifema considera que la estructura del centro ha sido clave para este buen ambiente: "Los dos pabellones juntaban 38.000 metros cuadrados. Una estructura tan abierta permitía que los pacientes interactuaran entre ellos, se hicieran amigos, caminaran juntos si no tenían oxígeno, que fuesen a la biblioteca, que se cantase, bailasen... En un hospital tradicional te ingresan con otra persona y puede que esté mucho peor que tú o ser una persona muy diferente a ti. Aquí, al ser tan abierta la estructura, la relación que ha habido de pacientes con pacientes, y pacientes con sanitarios, ha hecho que el ambiente de Ifema haya sido una cosa muy especial".

El buen ambiente ha sido la tónica general en las seis semanas de vida del hospital de Ifema.


El 'espíritu de Ifema' ha hecho que ni los pacientes quisieran marcharse "Algunos pacientes que iban a ser trasladados a un hotel medicalizado por su mejoría no querían ir. 'Entre estar encerrado en una habitación yo solo y estar aquí con mis amigos, prefiero quedarme', me dijo uno", cuenta Prados. 

El hospital de Ifema cierra sus puertas


"Ha sido una de las experiencias profesionales más bonitas de mi vida, y me encantaría repetirla, tanto con el equipo directivo como con el equipo médico. Los médicos que elegimos para hacer el trabajo en Ifema son los adecuados", se sincera Zapatero. De la misma forma, Prados subraya que "ha sido hasta divertido ir a trabajar. Estabas deseando ir al hospital. Mis compañeros me han dicho que les daba envidia mi trabajo".

La noche del jueves la pasaron en el hospital solo cinco pacientes. Este viernes, Ifema queda ya vacío, sin el ajetreo de los sanitarios, sin tensión en las UCI, sin el 'Resistiré' de fondo, ni los bailes, ni las historias de quienes han sido sus moradores y han dado vida al que ya es un emblema nacional de la lucha contra el coronavirus.

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