El coordinador de residentes de la SEFH desmiente los falsos mitos que tiene el R1 en la cabeza al llegar al hospital

El FIR al llegar "se cree un superhombre" pero tiene que aprender día a día
Manuel Murillo (izquierda) y Javier García Pellicer.


1 feb. 2018 9:20H
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POR MARCOS DOMÍNGUEZ
Cuando un graduado en Farmacia aprueba el examen del FIR y elige plaza se acaba una etapa y empieza otra muy distinta y llena de dudas. El paso de la universidad al mundo real es duro y lleno de incertidumbres que poco a poco le harán crecer como profesional y como persona.

Para guiar a los residentes de primer año en este camino, la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) organiza, por décimo año, su curso de bienvenida, ofreciendo una guía para el ejercicio profesional del farmacéutico de hospital, así como de “los servicios y posibilidades que la SEFH pone a su disposición y que pueden contribuir a mejorar su formación asistencial, docente e investigadora”, explica Javier García Pellicer, farmacéutico de La Fe de Valencia y tesorero de la SEFH.

"Hasta que no comienzas la residencia no conoces en qué consiste ni qué funciones hay cada día en una farmacia de hospital"



Pellicer destaca la importancia de esta jornada para que los R1 puedan “compartir experiencias con residentes de primer año de otros centros”, así como para trasladarles los valores fundamentales de la sociedad farmacéutica: “El trabajo colaborativo, la formación permanente, la innovación, la seguridad, la calidad y la eficiencia, entre otros”. Y afirma: “Queremos trasladarles el orgullo de ser farmacéuticos de hospital”.

Un apoyo fundamental para los recién estrenados FIR será el coordinador de residentes de la SEFH, Manuel Murillo. “Los que han hecho las prácticas en hospital tienen una idea acerca de las diferentes actividades que desarrolla la Farmacia Hospitalaria, pero hasta que no comienzas la residencia y vives en primera persona lo que es el mundo laboral no conoces ni en qué consiste ni la diversidad de funciones que se realizan cada día en una farmacia de hospital”.

Murillo destaca que el residente “se cree, en cierta manera, que cuando aprueba el FIR ya es una especie de ‘superhombre’ que todo lo sabe, cuando realmente el mundo laboral es distinto y tienes que aprender día a día a base de esfuerzo y la propia experiencia”.

El mundo no se acaba tras la residencia

Otro tópico con que entran los residentes es que “el mundo se acba después de los cuatro años de residencia, y no es así”. El coordinador de residentes de la SEFH admite que se han vivido tiempos difíciles en la sanidad “pero al final cada persona acaba encontrando su sitio en uno u otro lugar”. Eso sí, advierte de que se prepare porque “no siempre vas a estar en tu zona de confort”.

Si algo quiere dejar claro Murillo es que el FIR no es un mueble en medio del Servicio de Farmacia. De lo que más se sorprende es de “la importancia que tienes desde el primer momento y la responsabilidad que vas adquiriendo”. Y concluye: “Actualmente, no me imagino un Servicio de Farmacia sin residentes, son un elemento fundamental de su arquitectura”.
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