Me gusta pensar que en el sector salud somos más de dar que de recibir. Sin embargo también hay quien cree a pie juntillas en el refrán "quien no llora no mama" aunque modernizado, ya que no se debe llorar sino "reivindicar" y exigir lo que es "nuestro" o justo.

Hago estás reflexiones pues ahora es el momento de lanzarse en tromba a reivindicar y exigir; hay nuevo Gobierno y nueva ministra. Y como no es del sector quizá sea más fácil influirla con peticiones o teorías peregrinas, ¿quién sabe?

¡Hay tanto por mejorar y hacer siempre! Y es muy bueno pedirlo cuando se hace en justicia y buena lid. La carta a los Reyes Magos es larga y los recursos limitados. Resulta que tenemos que cumplir unos objetivos de déficit. Lo llaman estabilidad presupuestaria y es una exigencia de estar dentro de Europa. No podemos gastar más de lo que no podamos pagar en un futuro cercano, ya que en el presente sí lo hacemos hasta un límite que no ponga en peligro nuestra capacidad de pagar las necesidades básicas. Entre ellas la sanidad se ha convertido en básica.

En mi experiencia como directivo sé que la gente nos viene básicacamente a pedir; todos quieren crecer y evolucionar. Normalmente además se pide por un bien común, para una mejor atención a la salud, aunque beneficie también a quien lo hace. En general hay mucha comprensión de la situación y racionalidad en el sector. Por eso mismo valoro mucho cuando alguien viene a dar, a proponer. Trasladado esto a otra escala, todos los colectivos piden ahora mucho a la nueva ministra. Hay peticiones que no cuestan dinero y otras que cuestan pero pueden devolver lo que cuestan a la sociedad con beneficios en salud o ahorro. El problema son las que cuestan mucho dinero y no tienen un retorno en ahorro o mejora equivalente por otro lado sino más gasto. El techo de gasto nos limita.

Entre las que no suponen coste adicional y pueden lograr una mejora importantísima estarían medidas tan de cajón como la profesionalización de la función directiva, como reclama SEDISA. Sería urgente que se regulara el acceso profesional a la función directiva, ya que un buen equipo directivo en un centro sanitario puede suponer un aumento de la eficiencia muy importante.

Desde la otra organización sin ánimo de lucro a la que pertenezco, -la Fundación Economía y Salud- no le vamos a pedir nada a la ministra. Le vamos a dar. Vamos a entregarle las conclusiones del "esfuerzo más serio desde el Informe Abril" en palabras de Julián García Vargas, para analizar nuestro Sistema de Salud y ofrecerle medidas concretas de mejora, consensuadas por el mayor grupo de expertos reunido desde ese informe. En el primer foro reunimos a más de 140 y en el segundo a otros 143, justo en el 25 aniversario del Informe para seguir su espíritu de profundizar, analizar y proponer desde el consenso.

Además esas medidas que vamos a concretar van a ser cuantificadas económicamente por el profesor Álvaro Hidalgo, para poner aún más fácil la labor de priorizar y analizar la factibilidad de las mismas.

Sólo pediremos que ella, o alguno de los expertos de su equipo las lea. Seguro que encuentra un buen y completo compendio de lo que necesita el sistema de salud, con más de 100 medidas concretas y factibles que se publicarán en breve, basadas en el sentido común y el conocimiento del sector, con poca ideología y juicios de valor, con el único fin de avanzar en la mejora del mismo haciéndolo cada vez más solvente; preservando y mejorando la joya de la corona que es nuestro sistema de salud y, del que casi siempre tenemos la sensación, no se le presta la suficiente atención desde las altas esferas del poder.

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