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30 jun. 2019 17:20H
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El Gobierno actual heredó en junio de 2018 un Ministerio de Sanidad con casi 1.000 funcionarios menos que en 2012. En solo 6 años, la plantilla oficial disminuyó en torno a un 20 por ciento, según consta en las sucesivas actualizaciones oficiales del Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas de Ministerio de Hacienda.

Esta disminución se ha producido como consecuencia de medidas adoptadas por el Gobierno de Mariano Rajoy en materia de limitación de la tasa de reposición y otras; medidas de austeridad y recorte que no han tenido el cuenta las necesidades de un Ministerio que tiene que actuar sobre asuntos en los que los conocimientos técnicos y científicos van evolucionando de manera continua por los avances en el campo de la Biomedicina, entre otros campos.

Es conocido que el Ministerio de Sanidad tiene la responsabilidad de articular las políticas que la Constitución y las Leyes determinan en cada una de las materias que son de su competencia, con pleno respeto a las competencias de las comunidades autónomas y desarrollando políticas de coordinación general y de cohesión territorial.


Se hace necesario valorar la pertinencia de un plan estratégico de recursos humanos para el Ministerio de Sanidad


La actualización de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS) y en especial, la prestación farmacéutica, son tareas propias del Ministerio y elementos de enorme importancia para el conjunto del SNS junto a las competencias de planificación para asegurar un sistema con equidad, lo cual condiciona el bienestar del conjunto de la sociedad.

Para el desarrollo de dichas funciones y competencias, el Ministerio de Sanidad debe disponer de la estructura organizativa más adecuada así como la dotación de recursos humanos que permita contar con los profesionales necesarios tanto desde el punto de vista cualitativo como cuantitativo.

Los cambios demográficos, tecnológicos, sociales y económicos hacen que el sistema de bienestar en el que tiene que intervenir el Ministerio de Sanidad en el marco de sus competencias, requiera hoy ya de una redefinición clara en relación al tipo y la cuantía de profesionales que deben conformar sus plantillas. Por eso por se hace necesario valorar la pertinencia de proceder a definir un plan estratégico de recursos humanos para el Ministerio de Sanidad.

Se trataría de un planteamiento estratégico que debería permitir potenciar y modernizar la estructura ministerial y definir el numero necesario de profesionales y los perfiles competenciales adecuados para el eficaz cumplimiento de sus funciones y competencias.

Las medidas a adoptar para su implementación deben considerar decisiones en el corto, medio y largo plazo que contemplen también las garantías de formación continua e independiente de los recursos humanos disponibles en cada momento; su finalidad sería asegurar la incorporación de conocimientos y habilidades que sean necesarios por los avances científicos y tecnológicos  relativos a los asuntos sobre los que tienen que intervenir.

Sería ideal pensar que este planteamiento estratégico pudiera contar con la participación y el apoyo lo más amplio posible entre comunidades autónomas y, lógicamente, con el protagonismo de los sindicatos en el marco del diálogo social. Esto ayudaría a dar más garantías de actuar con criterios estratégicos y de interés general para disponer de un Ministerio fuerte en el futuro inmediato. Ese es mi deseo.