Sala de espera
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24 sept. 2013 17:35H
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Era de esperar. Una vez que se supo que el Rey iba a pasar (otra vez) por el quirófano, la atención mediática iba a dirigirse, aparte de asuntos políticos, a conocer al médico que le operará esta vez y al centro médico que acogerá la intervención. El fin de semana ha sido propiedad de Miguel Cabanela y hoy el protagonismo gira hacia el Hospital Universitario Quirón, de Madrid. Y de paso, algunos medios meten a don Juan Carlos en el agrio debate sobre la sanidad pública y la privada.

El más emocionado con el tema es el gratuito 20 minutos, que abre su edición de hoy con la noticia: El Rey descarta la pública y se operará en la privada. Además del titular, otros dos subtítulos tienen un sesgo evidente: La lista de espera en la sanidad pública madrileña para estas operaciones es de “tres a cuatro meses”, según El Defensor del Paciente y “Es una decisión médica”, justifica la Casa Real. Vamos, que el Rey debería operarse en la pública, a ser posible esperando como cualquier hijo de vecino. Por no hablar de que El Defensor del Paciente no es ningún organismo público sino la Asociación de la controvertida Carmen Flores, cuyos datos e informaciones no destacan precisamente por su veracidad.

Más comedido se muestra El País en páginas interiores: El Rey elige un centro privado para operarse mañana la cadera infectada. La información recoge las declaraciones del líder socialista, Pérez Rubalcaba, en el programa El objetivo, de la Sexta: “Preferiría que el Rey hubiera ido a un hospital público”.

Y La Razón hace una lectura natural de la elección y casi la relaciona con el servicio público. En un faldón por debajo dice que Un médico de Toronto estará mañana con Cabanelas en la operación del Rey. Y subtitula: Aunque en un primer momento se pensó en La Paz, en la decisión ha pesado causar menos molestias a otros pacientes


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