La atalaya sanitaria
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26 ene. 2015 21:39H
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*Julián Ezquerra Gadea es secretario general de AMYTS

El día 27 de enero se cumple el primer “aniversario” del final del Plan de Sostenibilidad que puso en marcha el ex Consejero Fernández- Lasquetty, y que entre otras medidas contemplaba la privatización de 6 Hospitales y 27 Centros de Salud.

Fue la culminación de un largo periodo de conflicto, el más importante de los vividos por la Sanidad desde la ya casi olvidada huelga médica de 1995. Y fue un conflicto atípico, pues consiguió la unión de profesionales, pacientes, ciudadanos en general, el apoyo de toda la oposición política, y la mayor repercusión y apoyo mediático.

Fueron los Tribunales de Justicia, y más concretamente el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSMJ), quienes culminan el proceso con la paralización cautelar. Y además lo hacen con frases demoledoras, tales como “los cálculos de ahorro de la Comunidad son meramente estimativos e hipotéticos, que pueden no responder después a la realidad”. Y añade que los perjuicios si la resolución impugnada se ejecutara y luego anulara “afectaría también al interés público y a la propia economía y Hacienda Pública de la Comunidad”.

Se logró con mucho esfuerzo, no solo personal, también económico. Los recursos que dan lugar a la paralización fueron presentados por dos organizaciones profesionales de facultativos, AMYTS y Afem, a través de los servicios jurídicos respectivos, y con un coste económico muy importante, que sufragan entre los propios profesionales asociados. Indudablemente, la intervención final es determinante y es el TSJM quién culmina con un auto demoledor, todo el trabajo que se hizo desde la profesión, la calle, la prensa y la presión social,  que sin duda también influyeron en la decisión del Tribunal.

Ha pasado un año, se paró el Plan de Sostenibilidad, al menos en los aspectos mencionados, no en todos, pues otros de los puntos contemplados en el mismo se han ejecutado al no haber podido pararlos. Y tras este tiempo, mi gran preocupación es que no hemos sido capaces de hacer entender a los políticos que queremos un gran Pacto por la Sanidad. Un Pacto de todos, los políticos, los profesionales, los pacientes, todos los “actores” del sistema. Un Pacto que garantice dejar fuera del debate político un bien tan importante y preciado por los ciudadanos como es la Sanidad. Dejar blindado ante las veleidades políticas un modelo de Sanidad Público, que se pueda garantizar con independencia de los cambios de Gobierno. Y en esto incluyo a los unos y los otros, los actuales y los posibles del futuro, pues la tentación de “meter la mano” en el 45% del presupuesto es más que probable.

Se acerca el mes de mayo, mes de elecciones autonómicas. El panorama que se vislumbra es complejo. La formación de Gobierno estable parece difícil. Incluso los expertos en política ya hablan de una posible ingobernabilidad y nuevas elecciones. Por eso creo que es imprescindible llegar a ese Pacto por la Sanidad que asegure su futuro, antes de mayo. Lo veo difícil, y no por parte de los profesionales y ciudadanos, lo veo imposible por parte de los políticos, incapaces de sentarse para consensuar algo tan importante como esto.

Me gustaría equivocarme y que dentro de un año pueda escribir un nuevo artículo por el aniversario del Pacto por la Sanidad de la Comunidad de Madrid.

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