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4 jun. 2014 20:34H
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Hemos conocido la resolución del Procurador del Común de Castilla y León, por la denuncia del presidente de un sindicato médico, que consideraba ilegales las condiciones en las que se mantenía en su puesto, sin jubilarse por edad, el presidente de un Colegio de Médicos, del Consejo regional de Colegios de Médicos y de la Federación de un Sindicato Médico a nivel autonómico.

Ante esa resolución creo necesario, y tras considerarlo ilegal el Procurador del Común, que ha pedido su revisión a la Consejería, creo, digo, manifestar mi parecer ante algo que me parece lesivo para los colegios y los médicos de Castilla y León, por lo que declino la parte alícuota de responsabilidad que a mi Colegio le correspondiera y mediante esta comunicación justificar la actitud que adoptamos.

En primer lugar, denunciar que supone un agravio comparativo con los cientos de médicos que fueron jubilados obligatoriamente a los 65 años y cuyos recursos no han prosperado.

Más que criticar la decisión de la Consejería, que tendría sin duda sus argumentos, quiero rechazar las justificaciones que se dan por el actor, seguidas de amenazas para la propia Consejería, de todo punto intolerables.

Permítanme que desmonte los argumentos empleados, injustificables, por otra parte, que son los mismos por los que se le acusa y en los que él sustenta su situación, que desgrana como sindicalista, que no como médico asistencial, que no es, lo que supone tener que dejar de ser presidente de un Colegio. Sin pudor ni reserva dice cosas como que cobra sin trabajar y aunque la Ley de Libertad Sindical crea él que le ampara, es de vergüenza ajena escuchar y pensar lo que la población nunca podrá entender, pues son situaciones que atentan a la ética de las personas, aunque sólo sea por el simple hecho de acumular puestos que en algún momento llegan a un conflicto de intereses, más aún, al alardear de que acumulando puestos se justifica una situación a todas luces criticable.

Quiero basar lo dicho con razonamientos científicos desde el punto de vista lingüístico, que me parecen imprescindibles para hacer valer mis opiniones.
Empiezo y acabo con dos definiciones que espero aclaren la base de mis comentarios.

A saber. Sofisma: razonamiento falso construido con la intención de inducir a error.

La clasificación aristotélica, con ligeras variantes, divide los sofismas según tengan su origen en la confusión del lenguaje o en otras causas.

Es lo que los escolásticos denominaron fallaciae indictione. Entre estos se encuentran los construidos sobre un término equívoco (probar que una palanca es un animal doméstico porque gato significa una y otra cosa), o sobre la ambigüedad en la estructura de una frase (por ejemplo: guerras hacen guerreros, donde no se sabe si los guerreros hacen guerras o si las guerras forjan a los guerreros). O la partitio principii que supone como punto de partida o medio demostrativo lo que tiene que demostrarse (demostrar la espiritualidad del alma por su inmortalidad, cuando ésta se deduce de aquella).

Se confunde la causa con un antecedente accidental (de que tras un eclipse haya sobrevenido una epidemia, concluir que aquel es causa de ésta).

Sofisticar: Falsear con sofismas un razonamiento.

P.D.: Es de desear que lo que se ha avanzado sobre la actitud del Consejo General de Colegios de Médicos de España ante este caso, no sea cierto. Cuando algo sabido sale a la luz con este descaro, humildemente creo que se debe pronunciar.

Manuel Gómez Benito, presidente del Colegio de Médicos de Salamanca

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