Asegura que es un 'mito' que el envejecimiento sea el gran culpable del aumento del gasto sanitario



26 abr. 2014 8:45H
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Jesús Vicioso Hoyo. Madrid
La organización The King’s Fund ha publicado un informe en el que se revisa y analiza el sistema sanitario y de atención social británico y en el que se incluyen propuestas como la unificación de los dos presupuestos, ahora separados, y medidas para incrementar los fondos. Los autores reconocen que la sanidad de Reino Unido se enfrenta a una crisis de financiación a corto plazo, pero que no se debe, precisamente, al aumento de la esperanza de vida y de la cronicidad, un ‘mito’ según el documento. Estas proposiciones invitan a la reflexión para los responsables del ramo en España, ya que ambos países tienen un gasto similar (9,6 por ciento) del total de su producto interior bruto.

La posible solución de que Reino Unido pase a tener las mismas cuentas de los dos ámbitos serviría, según el documento, para un mejor aprovechamiento económico. Además, se asegura que ha habido ‘una tensión’ entre lo que debería ser sufragado mediante fondos públicos, lo que debería ser proporcionado de manera privada, y lo que debe ser el papel de los cuidadores y el sector del voluntariado. Esta falta de unión entre ‘los derechos, la financiación y la organización’ es una asignatura pendiente para lograr el ‘ajuste’ del sistema nacional de salud (NHS, por siglas en inglés) y de asistencia social.

The King’s Fund dice que la mayor longevidad de las personas es, sobre todo, “un motivo de celebración”, al tiempo de que los pensionistas ya no son tan pobres. “Por lo menos, durante la próxima década los que alcancen la edad recibir una pensión del estado serán mucho más ricos que el promedio de su predecesores. Y pagarán impuestos”, refleja el documento. Pero no es el aumento de la esperanza de vida el factor principal del aumento del coste de la sanidad. Sí lo es, según el estudio, lo que significa el conocimiento y el avance tecnológico médico, pero visto desde el punto de vista de la investigación sobre nuevos tratamientos para personas de cualquier edad. “Envejecimiento ya no implica necesariamente problemas de salud”, expresan los autores.

Pero, ¿cómo afrontar el ‘desafío’ para sufragar el aumento del gasto? Además de la ya referida unificación de presupuestos, que servirá para el mejor aprovechamiento de recursos, se ofrecen tres visiones (que unifican propuestas de múltiples expertos) para incrementar los fondos. La primera opción es aumentar la eficiencia de los recursos actuales: más productividad (también de la mano de las nuevas tecnologías); cambiar los recursos de la atención sanitaria y de los servicios sociales que, una vez fusionados (idea clave del documento) promuevan una mejor integración; ofrecer alternativas de cuidados paliativos con servicios externos en los hogares de los pacientes que ahora se dan en los hospitales, e, incluso, ‘limitar’ el NHS.

El segundo modelo es el de ampliar nuevos cargos económicos, pero no vía impuestos. Para ello, entre otras medidas, se incluyen incrementar el copago por receta (hoy, el tope es de 9,72 euros y plantean subirlo a 12), desarrollar un mercado de seguros y otros productos financieros o rebajar impuestos sobre los seguros médicos privados. La tercera vía sí que está protagonizada por más gravámenes directos, como subir el impuesto de sucesiones o imponer el IVA sobre servicios de salud privados, ahora exentos de este tipo de cargas.

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Informe publicado por The King’s Fund
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