La técnica beneficiaría a regiones con escasos recursos interesadas en mejorar su actividad en donaciones y trasplantes



30 ago. 2013 10:53H
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Redacción. Sevilla
Un equipo de profesionales del Hospital Universitario Virgen del Rocío ha emprendido un proyecto de investigación para tratar de confirmar la muerte encefálica del paciente a través de un análisis de sangre. En concreto, están trabajando en la identificación de los biomarcadores de lesión cerebral que se alteran de forma inequívoca cuando un paciente presenta signos de muerte encefálica y, por tanto, se considera que ha fallecido, siguiendo criterios neurológicos.

Equipo investigador del hospital sevillano.

El diagnóstico de muerte encefálica se realiza en España desde los años 60 mediante un procedimiento perfectamente estructurado y protocolizado basado en una exploración clínica completa (para revelar la ausencia de reflejos cerebrales) y otras pruebas complementarias, como la práctica de un encefalograma o de un doppler transcraneal. No obstante, países en vías de desarrollo pueden no disponer de esta tecnología o de profesionales capacitados para poder realizar estos estudios e interpretarlos.

Coincide que estos países son los que presentan las tasas más bajas de trasplantes, ya que el procedimiento sanitario que permite la donación se activa de manera inmediata tras declararse el fallecimiento del paciente por problemas neurológicos (por muerte encefálica) o cardíacos (una parada cardíaca).

Poder confirmar de manera rigurosa y certera la muerte encefálica mediante un análisis de sangre, tras una exploración clínica compatible, simplificaría el proceso y beneficiaría a regiones con escasos recursos interesadas en mejorar su actividad en donaciones y trasplantes, explica el coordinador del proyecto y médico de la Unidad de Cuidados Críticos y Urgencias, Juan José Egea-Guerrero.

El estudio, en una primera fase de experimentación, se ha centrado en la proteína S 100 Beta. Se trata de un biomarcador del sistema nervioso central que ha demostrado verse afectado en la sangre de los pacientes que sufren un traumatismo craneoencefálico o una hemorragia subaracnoidea espontánea, así como en otra serie de patologías neurológicas graves. Investigaciones básicas anteriores sobre modelos de experimentación animal con daño cerebral ya han revelado estos primeros resultados.

En fases posteriores, está previsto que el proyecto se amplíe a otros biomarcadores y a otros centros sanitarios para que los hallazgos se confirmen con usuarios de otras áreas sanitarias. "La idea es hacer un panel muy estricto de todos los biomarcadores de daño cerebral involucrados en la muerte encefálica del paciente para que no haya dudas de que se encuentra en un estado irreversible", añade Egea-Guerrero, quien desde 2007 estudia el comportamiento de esta proteína en diversos estudios financiados por la Consejería de Salud y Bienestar Social. 

En la actualidad, más de 10 profesionales de la Unidad de Cuidados Críticos y Urgencias y de los Laboratorios del Hospital Universitario Virgen del Rocío, la Coordinación Sectorial de Trasplantes de Sevilla y Huelva, y de la Universidad de Sevilla trabajan en este proyecto, que ha recibido a finales de junio el reconocimiento de la Sociedad Andaluza de Trasplantes, Órganos y Tejidos. En concreto, se le ha otorgado el premio de investigación anual, dotado con 6.000 euros, para el desarrollo inicial del proyecto "ya que el tema en cuestión es muy novedoso y puede abrir nuevas expectativas en los protocolos de diagnóstico de muerte encefálica a nivel internacional", concluye el facultativo.

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