Javier Leo. Madrid
“Nos ha sorprendido la rapidísima respuesta del Ministerio”, que implica que “Semergen no va a participar en absoluto en su organización y nadie va a garantizar que se trate de una evaluación de mínimos”, ha señalado Casado. Por un lado, argumenta, “estamos contentos” porque estos 4.300 ‘pre-95’ tengan una solución “después de tantísimos años esperando”, pero por el otro, “solo cuando Semergen ha participado en la prueba el número de aprobados ha sido aceptable”. Por ello, “se intentará todo lo posible para que los requisitos se cumplan", ha aseverado. “Respetamos que la prueba sea exigente, pero no es lo mismo, por simplificar, que se pida un ocho para aprobar a que se pida un cinco”, indica la número dos de Semergen. En este sentido, Casado ha subrayado la desconfianza de Semergen hacia una prueba “nueva” y “extraordinaria” en la que” no nos han dejado participar desde el principio como en otras ocasiones, y en la que se puede utilizar a los médicos como conejillos de indias para ver si es efectiva”. “Es un sistema nuevo que no sabemos cómo se va a desarrollar” y que puede poner a los médicos que se presenten en una “situación delicada”, ha apuntado. Sobre la “oferta” para participar en la prueba de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), adjudicataria en solitario de la prueba, la vicepresidenta de Semergen ha dicho que “difícilmente podremos participar cuando el diseño de la prueba se ha hecho sin nuestra participación”. Se calcula que uno de cada cuatro médicos que se presentan a la evaluación está afiliado a Semergen, por este motivo Casado ha lamentado la “falta de diálogo” con Semfyc y ha reconocido que, “hasta que no lleguen los resultados, difícilmente podremos tener influencia en el control de calidad de la prueba”. |