Apuesta por una política de recursos humanos ligada a rendimiento, calidad y resultados



25 sept. 2011 21:58H
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Ricardo López / Óscar López Alba / Imagen: Diego S. Villasante. Santander
Después de muchos años en la oposición, liderando la política sanitaria del Partido Popular en Cantabria, las elecciones del pasado 22-M han puesto a María José Sáenz de Buruaga al otro lado de la barrera. Ignacio Diego ganaba las elecciones autonómicas en esa fecha y su primer nombre en la lista del Gobierno era el suyo. La lógica se impuso y fue designada consejera de Sanidad, con la responsabilidad extra de los Servicios Sociales. Pero es que además, para resaltar la importancia que tiene la Sanidad y ella misma en este Ejecutivo, Diego le confiaba la vicepresidencia. Recibe a Redacción Médica en su despacho, se muestra entusiasmada y al tiempo muy consciente de la “extrema dificultad” a la que se enfrenta por la “herencia” recibida de los anteriores gestores y por la crisis.

María José Sáenz de Buruaga, en su despacho en la sede de la Consejería.

Pocos meses después de su llegada a la Consejería, ¿ya hay un balance real y fiable de cómo está la situación, sobre todo la económica?

Precisamente a eso y a conformar el equipo es a lo que nos hemos dedicado de forma preferente a lo largo de algo más de dos meses que estamos al frente de la Consejería. La situación que nos hemos encontrado es de dificultad extrema, crítica e insostenible en el tiempo, que hunde sus raíces en una falta de financiación, en una infrafinanciación, en una falta de gestión y de reivindicación frente al Estado que es lo que ha caracterizado estos últimos ocho años, y que se ha visto agravada con la llegada de los efectos de la crisis.

Nuestros grandes males desde el punto de vista financiero son tres. Primero las insuficiencias presupuestarias, que ya hemos cuantificado en torno a los 70 millones de euros, que tenemos que hacer frente inexorablemente de aquí al fin del ejercicio. En segundo lugar, la alarmante situación de endeudamiento derivada fundamentalmente del suministro de medicamentos y productos sanitarios, que es previsible que a final de año se sitúe en una cifra cercana a los 240 millones de euros. Y luego el incumplimiento del compromiso de financiación íntegra del Plan Director del Hospital Marqués de Valdecilla por parte del Gobierno de la nación. Estamos hablando de una herencia, de un agujero que supera los 500 millones de euros.

"Tenemos un plan de reordenación para ser más eficientes"

"Hemos encontrado una situación de dificultad extrema"

En relación a la deuda, decir que nuestro objetivo es cumplir con la obligación de pagar, siendo conscientes de que todo aquello que pasa por no pagar agrava la situación en este momento. Y creo que estamos haciendo lo que debíamos, y que nadie había hecho antes, que es abrir los cajones, sacar las facturas y cuantificar la cosa, que no es fácil. Estamos hablando de 70.000 facturas en el cajón. Lo segundo ha sido poner en conocimiento de la Consejería de Economía y Hacienda esta realidad. Y tercero analizar conjuntamente las diferentes alternativas. En eso estamos, con reuniones entre ambos departamentos y abordar un plan de choque consensuado con proveedores y empresas del sector.

Esta situación económica, ¿cómo condiciona la política que la Consejería tiene prevista para estos próximos cuatro años?

Debemos ser conscientes y afrontar un enorme problema de sostenibilidad en nuestro sistema de salud. Lógicamente ese y no otro debe ser el principal objetivo de esta Consejería, hacer sostenible el sistema sanitario cántabro y el sistema público de protección social, pues como bien saben esta Consejería también tiene asumidas las competencias de Servicios Sociales. Eso nos obliga a concentrar todo el esfuerzo en preservar el estado del bienestar. El reto en estos momentos es ser capaces de mantener el nivel de servicios actuales en condiciones de calidad. La intención es que a medida que vaya avanzando la legislatura logremos enderezar el rumbo, invertir la tendencia e ir superando las dificultades económicas para afrontar avances, incluso la ampliación de servicios.

Descartados los recortes como los ha descartado este Gobierno en áreas prioritarias como son la Sanidad, los Servicios Sociales y la Educación, está claro que la transparencia, la eficacia y la eficiencia en la gestión se convierten en el eje estratégico de actuación de la Consejería. Hacer más y mejor, con lo mismo. Por eso estamos trabajando en un plan de reordenación dirigido fundamentalmente a aligerar estructuras y racionalizar el gasto, y luego promover un gran pacto por la sostenibilidad del sistema que debe incluir a todos los agentes interesados, del primero al último.

"Descarto un escenario de conflictividad por impagos"

"Dejaron 70 millones de insuficiencia presupuestaria"

¿Qué parte de la deuda corresponde a Dependencia?

De los 70 millones de euros que antes decía, estamos a falta de 31 millones para algo tan sagrado como es abonar las nóminas del personal del Servicio Cántabro de Salud hasta final de año. Tenemos detectada la falta de unos 19 millones de euros para afrontar el pago de la factura farmacéutica, de las recetas a las farmacias, aparte del mes de octubre y del mes de noviembre. Y hay otros 19 millones que afectan al ámbito de los Servicios Sociales. Seis millones para el pago de la Renta Social Básica, que se agotó en junio y es una de las primeras medidas que tuvo que tomar este Gobierno al llegar, y unos 13 millones de euros que se prevén de gastos derivados de la Ley de Dependencia, concretamente del cuidado de personas en el entorno familiar y para estancias concertadas.

Ha hablado de esas 70.000 facturas y leemos noticias en la prensa de la falta de cobro de las oficinas de farmacias, algún laboratorio que se plantea dejar de suministrar fármacos a hospitales morosos. ¿Teme que estos años sean especialmente conflictivos por el retraso de los pagos a los proveedores?

Lo que es importante es generar confianza y nosotros no hemos tenido ninguna advertencia ni amenaza respecto a problemas de suministro. Lo que hay que hacer es lo que está haciendo este Gobierno; actuar con transparencia y con decisión, que es lo que no se había hecho. Esto creo que genera confianza en el sector. No vamos a cerrar los cajones. Los hemos abierto, hemos puesto las facturas sobre la mesa y estamos dispuestos a afrontar un compromiso serio reflejado en los presupuestos para que haya garantías de que la situación se va a afrontar. Es un momento difícil, más aún cuando se están produciendo constantemente recortes derivados de los incumplimientos de los objetivos de déficit. En el caso de Cantabria todos los miembros del Consejo de Gobierno somos conscientes de la dificultad y nos estamos apretando el cinturón en la misma dirección, y hay que remarcar que la Sanidad no es una prioridad solo de la Consejería, sino de todo el Gobierno, y eso también ha cambiado después de mayo en Cantabria. En estos momentos descarto en nuestra región el escenario de conflictividad que se puede estar dando en otras comunidades.

En momentos de dificultades económicas en el sector público, algunos gobiernos regionales buscan la complicidad del privado para que aporten su granito de arena en la sostenibilidad del sistema. ¿Contempla esta posible opción?

Existe la posibilidad de esta fórmula, que es posible y viable. Depende también de las necesidades y de la capacidad inversora de cada comunidad y de la estructura sanitaria. Yo entiendo la colaboración público-privada y las vías de concertación, que siempre me han parecido algo positivo. Ahora, si hablamos de implantar en Cantabria algo como el modelo Alzira, prefiero ser clara y decir públicamente que no hay espacio en Cantabria en este momento para este tipo de gestión. Creo que ese no es el modelo por el que apostamos. No estamos por dejar la gestión de servicios públicos esenciales como es el sanitario en manos del sector privado, porque creemos que queda mucho recorrido en la gestión eficiente de lo público, y ahí es donde nos vamos a emplear a fondo.

"Hay que reconstruir la relación con los profesionales"

"En política farmacéutica tengo pocos reproches"

Citaba antes el Hospital de Valdecilla. Tiene una larga trayectoria en sus aboras ya, ¿pero se vislumbra el final de éstas para esta legislatura?

Si le pregunta a esta consejera yo le diría que el futuro de Valdecilla no puede ser otro que la excelencia asistencial, docente e investigadora, tal y como reza en nuestro Estatuto de Autonomía, y precisamente por ello y para ello la firma reivindicación y la firma de ese convenio de financiación íntegra del Plan Director de Valdecilla constituye la prioridad de prioridades de este Gobierno. Nos estamos jugando en este momento la continuidad de las obras, ya que el año que viene tenemos que hacer frente a un plurianual del entorno de 41 millones de euros que no podremos hacer frente en solitario con la situación económica que hemos heredado y que acabo de describir. Nos estamos jugando la conclusión de unas obras de un hospital que lleva más de 10 años construyéndose. Esta situación tiene que terminar, porque también está en juego la condición de referente nacional del centro en un significativo número de especialidades.

Lo que hemos comprobado los cántabros es que con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero Valdecilla no ha tenido futuro. Ha traicionado a Cantabria con sus incumplimientos y ha dejado una losa encima de las espaldas de los cántabros de 194 millones de euros, que es lo que queda pendiente de la financiación del hospital. Es vital terminar con los incumplimientos, vital generar confianza y tengo la seguridad de que el próximo Gobierno de la Nación, liderado por Mariano Rajoy, será el que cumpla definitivamente con el hospital, desde el fundamento de que fue precisamente un gobierno del Partido Popular el que firmó ese ciompromiso de financiación íntegra de Valdecilla en 2002.

¿Va ligado entonces de forma inseparable el futuro del hospital al de las elecciones del 20-N?

En esto ya soy escéptica, no hago actos de fe y me rijo por los hechos. Está visto que con un gobierno socialista los fondos que hemos recibido estos años son los que se derivaron del convenio firmado por un gobierno del PP para el periodo 2002-2007, y que desde el año 2007 estamos esperando a que se ponga una firma en el compromiso que lo reconoce. Las promesas no pagan las facturas. Los cántabros hemos hecho un esfuerzo muy grande en Valdecilla mientras hemos podido, pero ya no podemos seguir haciéndolo. Es vital un Gobierno central que se comprometa con Cantabria y con Valdecilla, y eso solo lo ha hecho un ejecutivo del Partido Popular.

"Cantabria no puede seguir a la cola en listas de espera"

"Valdecilla, con un Gobierno socialista, no tiene futuro"

¿La llegada de César Pascual a la Gerencia de Valdecilla es una muestra más de la apuesta de su Consejería por este hospital?

Evidentemente. Valdecilla es la prioridad de prioridades de este Gobierno, porque está en una situación muy complicada y requería un gran gestor al frente. Aunque no debo ser yo quien lo diga, pero es cierto que este equipo cuenta con grandes gestores. César Pascual, además de serlo, tiene una trayectoria que le avala, con las responsabilidades que ha ejercido en la Comunidad de Madrid, pero además es un hombre que quiere y conoce Valdecilla por dentro, y esa vinculación especial con el hospital y con Cantabria, sumada a la capacidad de liderazgo e innovación que le caracteriza, va a venir muy bien al centro.

Hace unos días ponían la primera piedra del Centro de Salud de Nueva Montaña. ¿Va a ser esta una legislatura de construcción de infraestructuras?

Hace escasos días poníamos la primera piedra de Nueva Montaña, para satisfacción de muchos vecinos que llevan mucho tiempo esperando este compromiso, que era de 2006. Un momento que había que saborear porque no va a haber muchas inauguraciones a lo largo de esta legislatura. Como decía hace un momento, el objetivo de este Departamento pasa por evitar los recortes, por evitar cierres y privatizaciones y amortizaciones que estaban previstas, y que se hubieran producido inexorablemente si no hubiera habido un cambio de gobierno.

Hay que tener en cuenta que las infraestructuras sanitarias que se han hecho en Cantabria a lo largo de los últimos años, que no han sido muchas, están sin pagar. Esa es otra parte de la herencia. Debemos 96 millones de euros que están diferidos a lo largo de los próximos presupuestos, algo que también condiciona y lastra nuestra capacidad inversora a medio y largo plazo. Buena parte de ellos hasta el año 2031. Además, Cantabria, al no hacerlo Madrid, ha asumido buena parte de las responsabilidades económicas de Valdecilla y eso deberá seguir produciéndose lógicamente en el futuro, aunque de forma menor porque nuestra capacidad no es la misma.

Vamos a forzar al máximo la máquina para seguir invirtiendo, sobre todo en Atención Primaria. Quedan unas inversiones en centros de salud que queremos acometer y trataremos de afrontar en el segundo tramo, en función de cómo vaya evolucionando la situación económica y financiera, y otras como el Hospital Comarcal de Laredo, que tiene necesidad de invertir en él, o el Centro de Rehabilitación Psiquiátrica de Parayas con el que esta comunidad tiene una gran deuda pendiente. Con el centro y con la salud mental.

¿También hay una herencia del anterior gobierno en el aspecto de los recursos humanos?

Efectivamente, esa es otra herencia, otro aspecto que hay que reconstruir. Es tan importante como el otro y a veces puede ser más difícil hacerlo. La mala relación con los profesionales ha pasado una gravosa factura a la sanidad cántabra y recomponer esta situación es una exigencia ética y política, y además es una exigencia personal que me hago. Quiero hacer del diálogo y de la escucha, de la confianza mutua y a poder ser del pacto un instrumento de trabajo normal de esta Consejería. Vengo a hacer equipo, como llevo muchos años haciendo equipo con los profesionales en el convencimiento de que ellos son clave en la eficiencia y en la sostenibilidad del sistema.

También debo ser franca y decir que esta Consejería no va a poder hacer política de Recursos Humanos a base de dinero, porque no lo tiene. Pero no significa que no se vayan a producir avances, mejoras, que no se vayan a acometer mejoras, que tendrán que centrarse en los ámbitos de la planificación, de la gestión y de la organización que es precisamente también lo que vienen demandando a lo largo de este tiempo los profesionales.

También quiero dejar claro lo de la colegiación obligatoria. Es un compromiso electoral y habrá colegiación obligatoria desde el convencimiento de que es la mejor garantía para una buena práctica profesional, para la calidad asistencial y para la seguridad de los pacientes, de los propios profesionales, y del sistema sanitario en general.

"Más que inaugurar, buscamos la eficiencia en lo que hay"

"No haremos recortes en prestaciones ni servicios"

¿Hay algún plazo para recuperar esa colegiación?

Se está analizando jurídicamente el asunto porque fue una decisión del anterior gobierno que se tomó de la noche a la mañana, y cuya argumentación no compartimos. Hay que analizar el tema jurídicamente y dictar la resolución oportuna. Así que estará restablecida tan pronto como eso esté preparado.

¿Ya ha hecho la Consejería un análisis de Recursos Humanos, del tema de personal, especialidades deficitarias?

Padecemos el gran mal que padecemos en el Sistema Nacional de Salud, que se ha agudizado por la inacción y la falta de liderazgo del Ministerio de Sanidad en los últimos años. La situación es de precariedad en planificación. Que no haya un registro de profesionales ya lo dice todo. Nosotros vamos a trabajar en confeccionarlo, porque ahora no se puede planificar recursos humanos porque no sabemos especialidades, los que hay, las edades… Así no se pueden prever tampoco los relevos necesarios para reemplazar las jubilaciones. Eso una de los ámbitos en los que debemos emplearnos a fondo.

El Ministerio dijo que lo ponía en marcha en dos meses…

Si hay algo en lo que es experto el Ministerio es en dar largas y a estas alturas poco tiempo queda y es muy difícil engañar a nadie. Lo que no se ha hecho antes no se va a hacer en dos meses y lo que toca es el relevo.

Un tema que sí que ha liderado el Ministerio recientemente es el de la prescripción por principio activo, que fue refrendado en Consejo de Ministros en agosto. Hay ciertos sectores profesionales que advierten de que puede ser una limitación en la libertad de prescripción del médico. ¿Cómo ve este circunstancia? ¿Por dónde va a ir la política farmacéutica de la Consejería?

La pasada legislatura hubo ciertas tensiones y conflictos entre profesionales y Administración por temas de política farmacéutica, pero más por las formas que por el fondo. Por huir de la búsqueda del consenso profesional que es tan importante. Aunque quizá este sea el punto en el que menos reproches yo he de hacerle a los anteriores responsables de la Consejería de Sanidad. El caso es que en Cantabria la prescripción por principio activo está en torno al 55 por ciento, nivel de dispensación de genéricos en torno al 30 por ciento y eso supone que la evolución y el comportamiento del gato farmacéutico vía receta haya sido positiva. Cosa distinta es lo ocurrido con el gasto hospitalario, que en este tiempo se ha elevado hasta un 20 por ciento por falta de medidas y derivación de farmacia al hospital, que ha sido muy discutido.

Ahora estamos como el resto de comunidades, muy pendientes de las medidas adoptadas a nivel nacional y de los efectos de esas medidas. Siempre dijimos que lo idal era la vuelta al sistema de precios de referencia de tiempos de Ana Pastor y a su automatismo, que solicitábamos desde hace tiempo. También estamos muy pendientes de las experiencias de otras comunidades autónomas, como es el caso de Galicia. Vamos a analizar los efectos de estas medidas y si es necesario avanzar no descartamos recurrir a ellas, como lo es el catálogo.

¿Cree que con un Interterritorial con mayoría ‘popular’ es más fácil la interlocución y llegar a acuerdos en este y en otros temas?

Durante los últimos años el Interterritorial ha servido para otra cosa. En julio pude asistir a este cita por primera vez como consejera y salí decepcionada y frustrada. Uno se da cuenta de que el guión estaba escrito de antemano, que los debates son prácticamente los mismos de un año anterior, con pocos avances. Llama la atención que el Ministerio hable de sostenibilidad y no haga algo que se hacía en estos Consejos, que es dar a conocer el anteproyecto de presupuesto del Ministerio de Sanidad. Los Interterritoriales en los últimos años han servido para que una ministra se hiciera la foto y para poco más, y las comunidades autónomas han sido utilizadas como coartada. El Ministerio y el Consejo Interterritorial necesitan liderazgo, acción, impulso y ese solo se lo han dado los gobiernos del PP y estoy segura que una mayoría ‘popular’ va a lograr acuerdos importantes, y la sanidad volverá a ser una prioridad del Gobierno de la Nación.

¿Una victoria del PP el 20-N facilitaría el frustrado Pacto de Estado por la Sanidad?

Creo que es un pacto necesario, estamos en esa línea y se puede conseguir.

Una de las mayores preocupaciones de los ciudadanos son las listas de espera. ¿Cuál es la situación en Cantabria y qué iniciativas quiere emprender su Departamento en este sentido?

Tristemente encabezamos la clasificación de pacientes en lista de espera. Doblamos la media nacional. La demora media quirúrgica en esta comunidad supera los 144 días frente a los 61 de media del SNS. Tenemos más de mil personas esperando más de un año una intervención quirúrgica en nuestra comunidad. Hay que entender que la situación es grave, y desde el punto de vista de la asistencia es el objetivo prioritario. Nuestra meta no es tanto prometer plazos, sino que el reto es el de atender al paciente que lo necesita cuando lo necesita, siendo conscientes de que las listas de espera son inherentes a nuestro sistema, siendo conscientes de que el objetivo debe ser acercarnos a plazos razonables desde el punto de vista personal, clínico y social. ¿Cuáles son esos plazos? Pues los que maneja el SNS.

Cantabria no tiene por qué ser peor, porque es privilegiada para poder ofrecer los mejores indicadores de calidad al paciente. Es cierto que en este ámbito todo está por hacer en Cantabria, porque no se ha hecho nada. Hay que pasar de la improvisación a la planificación. De los parches a las medidas estructurales, y hay que hacer algo que nunca se ha hecho, que es poner gestión y presupuesto en las manos de nuestros principales aliados, que no son los enemigos. Por eso nos hemos marcado un plan de reducción de listas de espera desde un amplísimo consenso profesional, y nos hemos dado seis meses para elaborarlo. Una de las medidas más importantes que avancé fue la de modificar la Ley de Garantía de Tiempos Máximos de Repuesta para que nuestros pacientes no deban irse fuera de nuestra comunidad autónoma para ser intervenidos quirúrgicamente, como ha venido sucediendo. En los últimos años la manera de ‘reducir’ las listas de espera ideada por el anterior Gobierno era derivar pacientes y recursos fuera de nuestro sistema. Vamos a invertir a poner a pleno rendimiento los recursos de nuestro sistema regional de salud, dando prioridad a lo prioritario, que es la sanidad pública, y si es necesaria la complementariedad de la red privada, que sea la de nuestra comunidad autónoma.

¿Y cómo poner de acuerdo a los profesionales para afrontar, por ejemplo, que los quirófanos se abran por la tarde?

Hay que definirlo, lo que por ahora se han trazado han sido las grandes líneas. Hay infraestructuras sanitarias absolutamente ociosas. Está el Hospital de Liencres totalmente infrautilizado, o el Tres Mares en Reinosa. Es necesario poner ese sistema a pleno rendimiento. Y contamos para ello con los profesionales, que han dado muestras de una responsabilidad y un compromiso que no conoce límites. Ellos han sacado adelante el sistema en los últimos años, están muy comprometidos y concienciados desde el punto de vista de la sostenibilidad, y me atrevería a decir que también están muy ilusionados con el cambio.

Hay que poner presupuesto y gestión en manos de profesionales. Hasta ahora se destinaba en torno a 15 millones de euros a conciertos con entidades privadas fuera de nuestra comunidad se pueden invertir y capitalizar en el sistema sanitario público. Estamos hablando de algo tan sencillo como aumentar el rendimiento en jornada ordinaria de mañana y si sigue siendo necesario trabajar por la tarde, hagámoslo. Será bueno también ir avanzando en un nuevo modelo retributivo que permita diferenciar por productividad, calidad y resultados.

¿La carrera profesional en este ámbito cómo queda? ¿Es el momento de replanteársela?

La carrera profesional, como cualquier otra reivindicación de carácter económico, que son muy dignas y muy comprensibles por parte de los profesionales, ha sido congelada en los últimos años y mucho me temo que el que viene también tiene que seguir siendo así. Aún no se conoce el margen presupuestario, pero lo he dicho antes, que no podremos hacer política de recursos humanos a base de dinero. Habrá que poner otras cosas encima de la mesa. La carrera profesional, como otros temas, deberíamos también verlos con un prisma nacional y empezar a trabajar verdaderamente por la cohesión y trasladar esos debates a un ámbito nacional.

¿Una manera de compensar al profesional podría ser devolviéndole la gestión de su tiempo?

Hay que poner en marcha reformas estructurales en Atención Primaria. El profesional cántabro lo que se queja es que tiene cada vez menos para atender al paciente, la agenda más intervenida. Dicen “no mandamos en nuestra consulta”. Hay que recuperar esa confianza, ese liderazgo profesional y el espacio de autogestión. Y esa línea trabajarán en los próximos años nuestros gestores.

Para terminar la entrevista, volvemos a los asuntos económicos para cerrar el círculo. ¿Se puede comprometer a que el presupuesto para Sanidad del año que viene va a ser el mismo que para este año, que no habrá recortes? ¿Se plantea la financiación finalista a nivel regional?

En cuanto al presupuesto de 2012 no puedo anticipar nada, no está fijado el techo de gasto, la distribución entre las distintas consejerías. Lo que sí estoy en condiciones de asegurar es que la política social y sanitaria es prioridad política y presupuestaria de todo el Gobierno y que no va a haber recortes. Hay que aclarar que nuestro Departamento estará libre de recortes en prestaciones y servicios, pero no significa que no tengamos que sumar a ese objetivo estratégico de la eficiencia en la gestión, es decir, que también hay partidas que no tienen como destinatarios a los pacientes y en las que habrá que apretarse el cinturón, como en atencione protocolarias o propaganda. Lo que sea prescindible o superfluo para centrar la atención en lo importante.

En cuanto al presupuesto finalista, hubiera sido una medida estupenda para Cantabria en los últimos ocho años. Hemos visto como nuestro presupuesto sanitario pasaba en 2003 de casi un 34 por ciento, con un sistema recién transferido, a poco más del 30 por ciento que representa en este momento. Se ha descapitalizado el sistema público en beneficio de las empresas públicas, lo que llaman los ‘chiringuitos’. Considero que en financiación hay que poner fin a los parches y garantizar la estabilidad financiera del sistema. El modelo de financiación autonómica debe garantizar que sea estable, suficiente y que se cumpla.
 


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