Emma Vaquero.Madrid
Según ha indicado Mercedes González, presidenta de la Asociación de Pacientes y Familiares con Dermatitis Atópica (ADEA), esta patología inflamatoria de la piel cuya prevalencia se ha triplicado en las tres últimas décadas, necesita una mayor investigación y constancia en el tratamiento para lograr controlar uno de sus efectos más desesperantes, el picor.
Raúl de Lucas, jefe de Sección de Dermatología Pediátrica del Hospital La Paz y Mercedes González, presidenta de la ADEA. |
“La dermatitis atópica se está haciendo famosa, no por las campañas de sensibilización, sino por su gran prevalencia” ha afirmado la presidenta de la asociación. Y es que en la actualidad, esta enfermedad afecta al 30% de los menores y al 10% de los adultos. Se trata de una patología crónica, por lo que Mercedes González ha insistido en “la necesidad de conocerla tanto para llegar a controlarla”.
El picor intenso es uno de los síntomas más frecuentes de la dermatitis atópica, al que se suman la sequedad en la piel, la hinchazón y el enrojecimiento. Su tratamiento más eficaz -que no curativo- tiene que ver con la aplicación de productos emolientes (hidratantes) en los casos más leves, así como las cortisonas e inmunosupresores en aquellos casos más severos. En este sentido, aunque Raúl de Lucas, jefe de Sección de Dermatología Pediátrica del Hospital Universitario La Paz ha afirmado que existen numerosos avances, la presidenta de la asociación ha reclamado “una mayor investigación en productos para el picor, ya que sus efectos son desesperantes y este es el primer año que se ha creado una crema destinada a tal fin”.
Aunque según han señalado, la enfermedad puede remitir en algunos casos (los más moderados) se trata de una enfermedad crónica. Por ello, Mercedes González ha incidido en la importancia de ser constantes con el tratamiento hidratante. “Los padres y también los pacientes tienen que ser conscientes de que hay que cuidarse cuando hay brotes, pero también entre brotes” ha indicado. Además, ha mostrado su “preocupación ante el efecto que la crisis pueda tener en la necesidad de emolientes por parte del paciente, no cubiertos por la seguridad social, pero necesarios y de uso diario”. En esta línea Mercedes ha añadido que "es ahora cuando más falta hace apostar por los pacientes". "A nivel asociativo, tenemos problemas de financiación y nos cuesta mantenernos vivos" ha manifestado.
Por su parte, Raúl de Lucas ha apoyado estas indicaciones señalando que “si no se realiza un tratamiento adecuado, el paciente será más susceptible a contraer otras enfermedades alérgicas -asma y rinoconjuntivitis entre otras-, en lo que se conoce como la `Marcha atópica´”.
Entre las actuaciones que lleva a cabo la asociación para concienciar de la importancia educativa sobre dermatitis atópica, la última novedad que ha dado a conocer tiene que ver con una aplicación informática “para que el niño se familiarice y aprenda sobre la enfermedad”: “Álex, ¡no te rasques”.
Una barrera cutánea que no protege
Está demostrado que existe una predisposición genética a padecer dermatitis atópica, y se sabe que, uno de los factores desencadenantes de la enfermedad es la presencia de una alteración inmunológica en el paciente.
Además, entre sus posibles causas, se ha constatado la coexistencia de trastornos en la función de la barrera de la piel, con la consiguiente pérdida de agua y el traspaso de irritantes y alérgenos que provocan la inflamación.
“Si somos capaces de tratar a los pacientes con dermatitis atópica, de restaurar la barrera cutánea y aumentar la resistencia de la epidermis seremos capaces de prevenir las manifestaciones de la marcha atópica” ha concluido Raúl de Lucas.