María Márquez. Madrid Plenamente incorporado a las filas de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI•F), Carlos Amaya afronta una nueva etapa “apasionante ante los cambios estructurales profundos que se producirán en el Sistema Nacional de Salud”. En calidad de asesor, participa de forma especial en reuniones del grupo de trabajo dedicado a la eventualidad laboral, aunque también colabora con cualquier tipo de análisis que se realice en el sindicato, ya sea de índole económica o desde el punto de vista profesional. Tras el mal trago de abandonar CESM "por la gente de Madrid", destaca la "gran acogida" y el "muy buen ambiente" con el que se ha encontrado para seguir con su "compromiso de aportar sugerencias para el cambio".
Desde el punto de vista financiero, Amaya se refiere también con especial inquietud a la deuda con los proveedores, de la que, según él, “no se conoce la realidad”. Pronostica que vienen tiempos de “cambios estructurales profundos en el SNS a nivel del personal, el gasto farmacéutico y las infraestructuras hospitalarias” y llama a las organizaciones profesionales a “estar a la altura con propuestas y alternativas para defender la calidad del sistema”. Y en esta línea de cambios, apunta a que un ámbito a analizar debe ser la cartera de servicios, en la que apuesta por distinguir las prioritarias “desde el punto de vista asistencial” y definir “el coste-efectividad” agrupando las prestaciones “de forma distinta”. Duda de si el nuevo Gobierno tiene una “foto real” del SNS En cuanto al nuevo Gobierno que liderará Mariano Rajoy, manifiesta sus dudas sobre el conocimiento que tenga del sistema sanitario. Así, se pregunta si tienen "la foto real" del SNS. Confía en que la hegemonía política en el Consejo Interterritorial conlleve a una mayor cohesión, y espera con incertidumbre descubrir si la cartera de Sanidad se gestionará en solitario o junto a otros ámbitos. |