Evangelino Navarro, presidente autonómico del Sector de Sanidad de CSI-F; Leandro Catalán, presidente de SEMG-Aragón; y Lorenzo Arracó, presidente del Sindicato Médico de Aragón. |
Cristina Mouriño.
El Plan Estratégico de la Sanidad aragonesa presentado por la presidenta Rudi y el consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, ha despertado las primeras reacciones entre los profesionales del sector que echan de menos un cronograma y una memoria económica sobre las 400 medidas que tiene previsto aplicar el Ejecutivo.
“Ha sido un poco frustrante en cuanto a su elaboración”, ha señalado Leandro Catalán, presidente de SEMG-Aragón, a Redacción Médica. “Creemos que son demasiadas medidas, que ya se vienen planteando desde hace mucho tiempo pero que en el caso de Aragón no se han llevado a la práctica”.
Para el secretario general del Sindicato Médico de Aragón (CESM-Aragón), Lorenzo Arracó, es “absolutamente impreciso y augura pocas alegrías”. “Falta que lo traduzcan, ha continuado, en las repercusiones laborales que puede tener sobre el personal”. “Como plan, es de suspender”, ha sentenciado.
Por último, CSI-F considera que lo que se ha puesto sobre la mesa no pasa de ser un catálogo de intenciones que no va acompañado de la correspondiente especificación de medios y recursos necesarios para llevarlo a cabo. En un primer análisis, señalan desde CSI-F, cabe destacar algún aspecto positivo: no se anuncian más recortes ni copago.