Fenin y la Fundación Observatorio de Prospectiva Tecnológica Industrial presentan el estudio Tecnologías para una sociedad envejecida



4 nov. 2011 1:36H
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Enrique Pita/Imagen: Miguel Ángel Escobar. Madrid
Distintos estudios afirman que en 2050 el 32 por ciento de la población española será mayor de 65 años. Ante la realidad del progresivo e imparable envejecimiento de la población, las empresas de tecnología sanitaria deben mirar al futuro con la perspectiva de que esta situación es una oportunidad de crecimiento y abordar retos como la teleasistencia y el desarrollo de tecnologías que mejoren o permitan la independencia del paciente.

Margarita Alfonsel aporta su visión sobre la relación entre la tecnología sanitaria y el envejecimiento activo.

Sobre esta base se ha presentado en Madrid el estudio “Tecnologías para una sociedad envejecida”, fruto de la colaboración entre la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) y la Fundación Observatorio de Prospectiva Tecnológica Industrial (OPTI), en el que, partiendo de una serie de suposiciones, se ha intentado facilitar a las empresas las oportunidades que pone sobre la mesa la situación que se abre a medio plazo para la sociedad.

“La tecnología sanitaria debe ser uno de los principales aliados” para las políticas de envejecimiento activo, ha explicado la secretaria general de Fenin, Margarita Alfonsel, que ha afirmado que “las nuevas soluciones aportadas por la tecnología sanitaria darán respuesta a las necesidades de los mayores” y se convertirán en herramientas para mejorar su calidad de vida. En este sentido, la directora general de la Fundación OPTI, Ana Morato, ha explicado que estudios como este ayudan a las empresas a desarrollar estrategias a medio y largo plazo. “El futuro tiene muchas aproximaciones, pero debemos considerarlo como una oportunidad”, ha dicho.

Según muestra el estudio, las nuevas tecnologías deben dar respuesta a los problemas relacionados con las actividades básicas de la vida diaria, como por ejemplo la higiene personal, la movilidad o la seguridad, pero también actividades instrumentales como la gestión de la medicación, la transmisión de alarmas sanitarias o la información clínica accesible. Tal y como queda plasmado en el documento, los expertos apuestan por modelos personalizados que permitan la intercomunicación entre dispositivos y la solución de los aspectos éticos y legales asociados a la gestión y tratamiento de la información médica de las personas en un plazo de 6 a 10 años. Mientras, el panel de expertos consultados para este estudio consideran que a quince años vista se extenderá el uso personalizado de sensores biométricos, la computación fisiológica y la convivencia con robots asistenciales en el hogar.
 

De izquierda a derecha: el director del departamento de Ingeniería y Arquitecturas Telemáticas en la Escuela Universitaria de Ingenería Técnica de Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid, Miguel Ángel Valero; la directora general de la Fundación OPTI, Ana Morato; la secretaria general de Fenin, Margarita Alfonsel; la responsable de Análisis y Estudios de Fenin, Concha Toribio; la directora del ámbito de las personas mayores y atención a la dependencia del IBV, Rakel Poveda, y el director de Proyecto de la Fundación OPTI, Juan Juménez.


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