Evita complicaciones que sí podían existir con anteriores desarrollos



28 may. 2014 21:49H
SE LEE EN 5 minutos
Enrique Pita / Imagen: Pablo Eguizábal. París
La última generación de stents de polímero bioabsorbible liberador de everolimús mejora la seguridad del paciente, manteniendo la misma efectividad que sus antecesores, según ha asegurado a Redacción Médica Eduardo Pinar, jefe del Servicio de Hemodinámioca del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia en el transcurso del Congreso Euro PCR 2014, organizado en París por la Asociación Europea de Intervenciones Cardiovasculares Percutáneas. Además, Pinar ha apuntado que el diseño de estos nuevos dispositivos permite una navegación por las arterias coronarias “bastante sencilla”, lo que facilita su implantación en el paciente.

La principal novedad que aporta esta nueva evolución es el carácter bioabsorbible del polímero que recubre la plataforma metálica del stent. Una vez se libera todo el medicamento impregnado en el polímero y que cubre el stent por la parte abluminal, este nuevo material se elimina del organismo en un periodo de unos tres meses, lo que evita complicaciones que sí podían existir en el caso de generaciones anteriores de stents farmacoactivos, como la trombosis, según ha explicado a este periódico José Díaz, jefe de la Sección de Hemodinámica del Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva. Además, el metal en que está fabricada esta nueva generación “es muy fino”, lo que permite llegar a segmentos de arterias “que antes no se podían tratar porque eran muy tortuosos o porque estaban muy abajo en el árbol de las arterias coronarias”.

Eduardo Pinar, jefe del Servicio de Hemodinámica del Hospital Virgen de la Arrixaca.

José Díaz, jefe de la Sección de Hemodinámica del Hospital Juan Ramón Jiménez.


En cuanto a las indicaciones de esta última generación de stents, al desaparecer el polímero en un periodo de tres meses es posible reducir la medicación que precisan los pacientes, de modo que la toma de una doble antigregación durante un año necesaria en el caso de cualquier stent farmacoactivo puede quedar rebajada a un periodo de hasta tres meses si fuera necesario.

Un factor a tener en cuenta a la hora de implementar estos nuevos dispositivos en el sistema sanitario es su coste. Según ha señalado Pinar, en el caso de un stent metálico el coste del dispositivo ronda los 600 euros, mientras que un stent farmacoactivo se sitúa en torno a 1.000 euros. En todo caso, los criterios de coste eficiencia sí apuntan que conforme la diferencia de precio se ha ido reduciendo el umbral de la utilización “está más a favor del uso de estos stents farmacoactivos”.

Garikoitz Lasa, de la Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista de Policlínica Guipuzkoa.

Tratamiento percutáneo de la estenosis aórtica grave

Los pacientes que sufren estenosis aórtica grave han visto como en los últimos meses aparecía una novedad tecnológica que permite su tratamiento percutáneo. Según ha explicado a Redacción Médica Garikoitz Lasa, médico adjunto de la Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista de Policlínica Guipuzkoa, primer centro en España que ha implantado este tipo de válvulas, estos dispositivos se caracterizan por ser reposicionables, lo que permite observar cómo está funcionando una vez colocado y, si no lo hace de forma adecuada, se puede volver al principio y buscar una posición mejor. Además, Lasa ha explicado que la válvula puede retirarse del paciente si fuera necesario. Otro aspecto destacable es que son válvulas de expansión mecánica. “La válvula va replegada y según va saliendo del catéter en el anillo aórtico se va desplegando”, ha explicado Lasa.

Este tipo de válvulas aún están poco extendidas en España, si bien Lasa ha señalado que “será cuestión de tiempo que la enfermedad se trate de forma percutánea” ya que presenta ciertas ventajas con respecto a la tradicional cirugía, más agresiva y con una recuperación más prolongada en el tiempo. Sin embargo, a su modo de ver, las técnicas percutáneas “podrán llegar a ofrecer un resultado tan bueno como el de la cirugía evitando sus inconvenientes, con lo que la tecnología y la inversión seguirán esa línea”. Por lo pronto, Lasa ha señalado que “según demuestran ciertos estudios estas técnicas están al mismo nivel que la cirugía en pacientes de alto riesgo” y se espera que a corto plazo se empleen con pacientes de menos riesgo. Aun así, el riesgo en estas intervenciones “no es ni mucho menos cero, aunque sí es bajo”, ha apuntado Lasa, que en todo caso considera que son “asumibles respecto al potencial riesgo de la enfermedad”.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.