Para evitar el sobrecoste que conlleva, los pacientes solicitan una mejora en la investigación de la enfermedad



12 may. 2014 12:31H
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Redacción. Madrid
Los afectados por el Síndrome de Fatiga Crónica y Fibromialgia han reivindicado a los poderes públicos que necesitan “una mejora de dotaciones y una atención sanitaria pública adecuada”. Esto es debido a que “sus graves carencias obligan a muchos de estos enfermos a acudir a la medicina privada, con el sobrecoste que ello conlleva”, según ha afirmado la Federación Española de Enfermedades Raras (Feder).

Juan Carrión, presidente de Feder.

A parte de estas reclamaciones, han solicitado que, debido al carácter incapacitante de estas enfermedades, “tienen que ser reconocidas como raras por la Seguridad Social”. Porque, además, habitualmente “la incapacidad laboral ha de conseguirse por vía judicial”.

Por otra parte, han considerado necesario “actualizar los baremos de evaluación de discapacidad y avanzar en la adaptación del puesto de trabajo para los enfermos más leves”. Y por último, han pedido “el apoyo de las administraciones a la investigación sobre causas y tratamiento”, para detectar posibles procedimientos.

El diagnóstico de ambos síndromes se basa en la evaluación de los síntomas, pero el primer problema de los afectados, según Feder, es la dificultad para obtenerlo, ya que puede ir desde los dos años o no llegar nunca a producirse.

Más de un millón de españoles sufren fibromialgia

En torno a 1.200.000 españoles (3 por ciento de la población) sufren fibromialgia en nuestro país. Muy especialmente mujeres, cuya prevalencia de la enfermedad puede llegar hasta al 6 por ciento del total. A menudo, pasan años hasta que son diagnosticados, como han indicado los últimos estudios de la tesis de José Rodríguez Moyano, médico autor del libro Manual de Fibromialgia

Las infecciones crónicas por el virus de Epstein Bar, la intolerancia a la lactosa o las amalgamas metálicas (plata y mercurio) causan, en un alto porcentaje, lo que se conoce como fibromialgia, según Rodríguez. Ha señalado, además, que tras su experiencia, los pacientes con estas patologías “deben recurrir como primera elección de tratamiento a la medicina manual (osteopatía) y a la medicina biorreguladora”.

Rodríguez ha considerado que los síntomas serán cambiantes dependiendo de la causa: “Cuando el origen es la intolerancia a la lactosa, suelen padecer diarrea, meteorismo, cefaleas, cansancio, etc. Sin embargo, si el síndrome está motivado por infecciones bacterianas o virales, también suelen sufrir faringitis crónica, dolores cervicales y febrícula”.
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