El 21 de marzo se presentará el borrador de la norma, que contempla la creación de una tarjeta profesional que expedirá el país de origen del médico



17 feb. 2011 10:17H
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María Márquez. Madrid
La nueva directiva europea sobre el Reconocimiento de Títulos y Cualificación Profesional afronta su penúltima etapa antes de entrar en vigor el próximo año. La Comisión Europea ha remitido su propuesta a las asociaciones profesionales de la UE para que aporten posibles alegaciones antes del 21 de marzo, fecha en la que se presentará un borrador de la norma que modifica la directiva 2005/36. Los programas docentes, títulos extracomunitarios y libre circulación centran el grueso del nuevo contenido normativo.

Carlos Amaya.

Un “largo debate”, así define Carlos Amaya, vicepresidente de la Federación Europea de Médicos Asalariados (FEMS), el período que afrontarán las asociaciones profesionales en el próximo mes y medio. En sus manos, los criterios comunes para la cualificación profesional de los dos millones de médicos de la UE. Por un lado, el deseo de unificar los programas docentes, para los que ha jugado una importante baza el plan Bolonia. En segundo lugar, discutirán el reconocimiento de los títulos extracomunitarios “con criterios básicos”, según Amaya, que garanticen las habilidades para una adecuada asistencia. El idioma se presenta entonces como una herramienta imprescindible para la libre circulación de facultativos en los 27 Estados miembro para lo que además se piensa en crear una tarjeta profesional europea, como avanza el vicepresidente de FEMS.

Los profesionales, los más aptos para analizar la capacitación

Las Comisiones de Sanidad y Política Social de la Eurocámara serán los foros en los que debatir dicha medida que se materializará con una tarjeta a modo de DNI. En ellas participarán representantes las organizaciones europeas de médicos (UEMO, FEMS, EMSA…). Amaya no pronostica una especial polémica en la aprobación del documento final pero sí destaca que la evaluación de la cualificación profesional y el conocimiento del idioma serán estrictos, si bien la composición del órgano encargado está por determinar en la directiva. “Nosotros pensamos que lo mejor sería que fuesen los propios profesionales de cada área los que determinen si la capacitación es la adecuada”, indica el vicepresidente de FEMS. En este caso, Amaya resalta el papel aglutinante que debería tener la Unión Europea de Médicos Especialistas.


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