La Consejería de Sanidad aventura un “cambio tranquilo” para este nuevo modelo gestor



5 ene. 2015 11:51H
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Redacción. Valladolid
El consejero de Sanidad de Castilla y León, Antonio María Sáez Aguado, ha insistido en que las unidades de gestión clínica (UGC) suponen un cambio “tranquilo” del modelo sanitario público que pretende “facilitar” a los profesionales una forma de organizarse “más adaptada” a la que necesiten.

Antonio María Sáez Aguado.

Sáez Aguado ha señalado que, tras la recepción de los primeros proyectos de equipos clínicos que quieren constituirse con esta nueva manera de organizarse, se espera que, a lo largo de este mes, se establezcan las primeras unidades. “Esto supone un cambio tranquilo dentro del modelo de sanidad pública que pretende facilitar a quienes conocen a los pacientes y sus necesidades una forma de organizarse más adaptada a lo que necesiten”, ha explicado.

A este respecto, ha concretado que en Sanidad a veces se tiene el problema de “una excesiva homogeneidad”, es decir, un servicio quirúrgico funciona con criterios organizativos casi idénticos al de uno médico, cuando a veces el tipo de pacientes y sus necesidades de atención son distintas.

Por ello, lo que se pretende es adaptar el trabajo a las características del paciente, ya que sus estancias son diferentes en función del servicio, que a veces necesita abrir quirófano por la tarde y otras no, en otros no se necesita cirugía, etc. Así, con las unidades se pretende depositar confianza en los profesionales para que organicen su propio trabajo.

Ceder parte de poder

En cuanto a la postura crítica de los sindicatos, el consejero considera que puede deberse a que esta forma de organización puede restarles capacidad de actuar y controlar. Sin embargo, ha matizado que esto mismo se lo han dicho a los gerentes de los centros hospitalarios, que tenían que “ceder” parte de “poder y capacidad de decisión” a los profesionales.

Así, cree que quizá la posición de los sindicatos obedece a que perciban pérdida de capacidad de controlar algunas cosas que eran "rígidas" como el horario, que era exactamente el mismo, las vacaciones, la organización interna en unidades, etcétera, que precisamente es lo que se quiere dejar en manos de los profesionales.

Por ello, ha aclarado que puede “entender” que los sindicatos no estén “muy de acuerdo” y ha recordado que al principio se lanzó “el fantasma de la privatización” porque se decía que iba a cambiar el régimen jurídico, que iban a poder contratar o comprar a quienes quisieran, etcétera. Pero “todo eso se ha fijado en el decreto”, ha aclarado el consejero, quien ha aseverado que esto “sigue siendo sanidad pública” y los profesionales conservan su régimen estatutario y las normas son las del hospital, pero “dentro de eso una cierta flexibilidad a la hora de organizar las cosas”.

El titular castellanoleonés de Sanidad ha insistido en que han tenido que “acostumbrar” a sus gestores y ha explicado que “no es lógico” que el gerente de un hospital decida si una enfermera o un cardiólogo tienen que tener una jornada de 8.00 a 15.00 en punto, de 9.00 a 16.00, los jueves quirófano o consulta, etc.

Por el contrario, se trata de que esa capacidad que “hasta ahora estaba muy vinculada a la negociación laboral y a la decisión de los gestores”, se ponga en parte a disposición de los profesionales, algo que las entidades profesionales siempre pedían, “tener más capacidad de decisión y organización en su trabajo”.
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