24 ene. 2013 18:52H
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ALTERNATIVA AL PROCESO JUDICIAL
La confidencialidad de la mediación ayuda a no criminalizar la actuación asistencial
El objetivo es que las dos parte del proceso se sientan ganadoras

Ricardo Martínez Platel / Imagen: Adrián Conde. Madrid
El ámbito sanitario está cada vez más judicializado. El número de reclamaciones aumenta paulatinamente, a pesar de que no son muchas las sentencias que condenan a los médicos. Sin embargo, los litigios son largos, costosos y obligan a los facultativos a padecer la denominada “pena de banquillo”. La mediación aparece como una alternativa real a los métodos tradicionales y constituye una oportunidad para solucionar los casos de una forma extrajudicial.

María del Rosario García Álvarez, magistrada presidenta de la Sección Segunda de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid .

Así, varios expertos se han reunido en una jornada organizada en el Hospital de la Paz de Madrid para abordar esta propuesta, entre ellos la magistrada presidenta de la Sección Segunda de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid María del Rosario García Álvarez que considera que a menudo se pueden resolver conflictos más allá de la respuesta judicial, que en muchos casos sobrecarga el sistema. La magistrada entiende que hay que hacer un uso adecuado de los tribunales y opina que la mediación permite a las partes negociar a un nivel distinto.

García Álvarez ha subrayado que el mundo jurídico debe mirarse en la Medicina y aplicar conceptos como la labor preventiva, la jurisprudencia terapéutica encaminada a lograr los menos efectos adversos posibles o buscar el Derecho como profesión curativa, en tanto que ayudar a aliviar conflictos. Rosario Padilla, médico y abogado, estima que el objetico que persigue la mediación es complejo, ya que obliga a las partes a renunciar a algo y a la vez hay que intentar que ambas se sientan ganadoras con el acuerdo.

Por su parte, Ana Criado, presidenta de la Asociación de Madrileña de Mediadores, lo concibe como una alternativa a la vía judicial, en la que las dos partes deben abandonar su posición e implicarse en un proceso de empatía para llegar a un entendimiento. Otro de los puntos fuertes de esta figura es la confidencialidad, que evita al médico los procesos judiciales y sentarse en el banquillo, por lo que éste no actúa de manera defensiva ya que no se criminaliza su actuación.

 

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