El investigador valenciano ha sido homenajeado en Madrid con la presencia de la ministra de Ciencia, el presidente del CSIC y los consejeros valencianos de Sanidad y Educación



1 mar. 2011 18:38H
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María Márquez / Imagen: Pablo Eguizábal / Paula Pino. Madrid
La entrega de la Medalla de Oro al Mérito en la Investigación y en la Educación Universitaria ha propiciado el encuentro de tres generaciones de investigadores en la sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC): el homenajeado, Santiago Grisolía, Margarita Salas, encargada de realizar su ‘laudatio’ y también discípula de Severo Ochoa, y la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, a su vez  alumna de Salas. Ceremonia breve pero muy emotiva en la que Grisolía estuvo acompañado por una amplia representación valenciana así como galardonados en los Premios Rey Jaime I, impulsados por él. Su discurso fue un espaldarazo a la ciencia española, idea recogida también por Garmendia, quien invitó a la comunidad científica a “superar el debate estrictamente presupuestario y evitar caer en tópicos como la fuga de cerebros”.
 

La investigadora y miembro del jurado Margarita Salas, junto al homenajeado, Santiago Grisolía, la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, y el presidente del CSIC, Rafael Rodrigo.

Grisolía agradece a Garmendia su "esfuerzo presupuestario" a pesar de la crisis

La medalla recibida por el investigador valenciano fue creada en 1980 pero hasta ahora no había tenido destinatario. Ha sido el primer discípulo español de Severo Ochoa en Nueva York, como recordó Margarita Salas en el ‘laudatio’, el que ha reunido los méritos suficientes. Le avalan 485 publicaciones en revistas internacionales, ocho libros y 190 artículos de divulgación. A sus 88 años, preside el Comité Científico de Coordinación del Proyecto Genoma Humano para la Unesco, es vicepresidente del Patronato del Centro de Investigación Príncipe Felipe, y también asesor del presidente de la Generalitat valenciana para Ciencia y Tecnología, entre otros cargos. Grisolía recalcó la importancia de recibir el galardón en la sede del CSIC, a la que viajó junto a Severo Ochoa en el 25 aniversario de su creación (1964). También instó a la comunidad científica a respaldar el nivel actual del esfuerzo español, “mucho mejor de lo que solemos reconocer”, destacando “las ramas de la Física o la Química, con investigadores de muy alto nivel”. Para terminar, agradeció a su “admirada ministra y bioquímica su esfuerzo presupuestario a pesar de las dificultades económicas”.

Amplia representación de la Comunidad Valenciana, presidida por los consejeros de Sanidad y Educación, Manuel Cervera y Alejandro Font de Mora, que aparecen en la primera imagen junto al presidente de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados, Rafael Aznar; el secretario de Estado de Ciencia, Felipe Pétriz; la secretaria de Estado de Investigación, Aurora Saeta; Carlos Fitz-James Stuart, duque de Huesca; Arturo Fernández-Cruz, catedrático y jefe de Medicina Interna del Hospital Universitario San Carlos; y el empresario Silvino Navarro. A continuación, Grisolía y esposa.

La ministra entiende "el desaliento" de los investigadores pero no su crítica a las partidas

Discurso triunfalista con la ciencia nacional también el de la ministra. Tras ensalzar la figura del homenajeado (“con capacidad inagotable de trabajar todos los días por la Ciencia”), Garmendia recogió sus palabras sobre el avance de España en los últimos 30 años para resaltar que científicamente hablando el país se ha situado “entre las primeras diez potencias mundiales”, mencionando también las oportunidades que brindará la futura ley de Ciencia y los centros de referencia que se aprobarán durante este año. Admitió comprender “el desaliento” de la comunidad científica ante los recortes presupuestarios pero a su vez les instó a “superar el debate estrictamente presupuestario y evitar caer en tópicos como la fuga de cerebros, que no hacen justicia”. En el plano económico, recordó que el presupuesto en I+D ha bajado “un 0,79 por ciento mientras que el resto de ministerios han superado el 12 por ciento”.

Margarita Salas durante la 'laudatio' que realizó sobre la figura de Grisolía, quien en la siguiente imagen recibe la Medalla de Oro de manos de la ministra de Ciencia e Innovación, para más tarde intervenir en el acto, radiografiando la ciencia española y agradeciendo que el homenaje se celebrase en la sede del CSIC.

El investigador homenajeado, Santiago Grisolía.

La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia.

Grisolía se fundió en un emotivo abrazo con su "gran amiga" Margarita Salas. Garmendia posa junto al homenajeado y en la siguiente imagen, ambos aparecen con los miembros del jurado de esta condecoración, credaa en 1980 pero que todavía no había sido otorgada a nadie.

El consejero valenciano Manuel Cervera posa junto a Hortensia Roig, del grupo Mercadona y patrono de reciente incorporación a la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados, y Rubén Moreno, director del Centro de Investigación Príncipe Felipe. A la derecha, Antonio Fernández-Rañada, catedrático de Física Teórica de la Universidad Complutense de Madrid. Por último, Cervera conversa con Carlos Simón, director científico del Centro de Investigación Príncipe Felipe.

José Bernabéu, catedrático de Física Teórica de la Universidad de Valencia, posa junto a la senadora y ex ministra Carmen Alborch. Honorio Bando, asesor del Instituto de Salud Carlos III. A la derecha, el presidente del grupo editorial Sanitaria 2000, José María Pino, junto al viceconsejero de Ciencia y Tecnología de Castilla-La Mancha, Enrique Díez Barra.

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