El objetivo es optimizar los resultados del tratamiento que debe aplicarse durante la aparición de los primeros episodios agudos



16 jun. 2011 14:06H
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Redacción. Tenerife
El Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, dependiente de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, participa en un estudio de ámbito internacional para describir el patrón de manejo de la fibrilación auricular en fase aguda en la población que acude a los servicios de urgencias hospitalarias en España.

Hospital Nuestra Señora Candelaria.

En la elaboración de este estudio también participan Alemania, Australia, Brasil, Francia, Italia, Países Bajos, Polonia, Reino Unido y Suecia, así como otros 52 hospitales españoles, coordinados por el grupo de Arritmias de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes).

El resultado global incluye el estudio de 592 pacientes con una edad media de 66 años que presentaron en los servicios de urgencias síntomas como taquicardias y palpitaciones, dolor torácico, disneas y mareos. Del total de personas estudiadas, un 53 por ciento son hombres y gran parte de los casos analizados estaban asociados con la presencia de factores de riesgo cardiovascular entre los que se encuentra la hipertensión, la hiperlipidemia y la diabetes mellitus.

Con todos estos condicionantes, se concluyó que casi un 60 por ciento de los pacientes que acudieron a los servicios de urgencias con fibrilación auricular, presentaban un elevado riesgo de padecer un accidente cerebrovascular.

Ignacio Ayala, médico del servicio de Urgencias del Hospital La Candelaria y coordinador de este estudio en el centro canario, ha explicado que “este estudio ha permitido profundizar en el perfil clínico de estos pacientes para que, a la hora de tomar una decisión sobre su patología, se puedan optimizar los resultados del tratamiento que debe aplicarse durante la aparición de los primeros episodios agudos a los que se pretende devolver y estabilizar el ritmo normal del corazón, bien con tratamiento farmacológico o mediante cardioversión eléctrica, con el objetivo de prevenir los ictus de origen cardioembólico, así como evitar el deterioro de la función contráctil del corazón”.

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