El portavoz socialista en la Comisión de Salud ha concedido una entrevista a Redacción Médica



12 abr. 2011 19:14H
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Enrique Pita / Imagen: Miguel Ángel Escobar.
Vicepresidente Primero de la Mesa de las Cortes de Castilla-La Mancha y vocal del PSOE en la Comisión de Salud y Bienestar Social, Jesús Fernández Vaquero lleva tres legislaturas ejerciendo como portavoz en materia sanitaria del Grupo Socialista. Ahora que se acercan las elecciones llega el momento de hacer balance de lo hecho hasta ahora y de analizar la labor, tanto del Gobierno como de la oposición popular en este ámbito en el que, según ha señalado a Redacción Médica, “se ha centrado en hacer mucho ruido y no ha hecho crítica en política sanitaria porque no la puede hacer”.

Llega el final de la legislatura y es tiempo de hacer valoraciones. ¿Qué opinión le merece el desarrollo de las políticas sanitarias del Gobierno de Castilla-La Mancha durante estos últimos cuatro años? ¿Cómo valoraría la actuación del consejero Fernando Lamata?

Desde mi experiencia como portavoz en materia sanitaria en las Cortes durante tres legislaturas, conozco a Fernando Lamata desde hace mucho tiempo. Creo que el consejero es, en lo sanitario, una de las mentes privilegiadas que tiene este país. En lo que se refiere a la legislatura, el Partido Popular se ha dedicado a hacer mucho ruido, y no ha hecho crítica a la política sanitaria porque no la puede hacer.

Creo que la valoración está en la calle y la aportan cada día los propios ciudadanos, quienes en distintas encuestas de opinión han otorgado muy buena nota a la atención sanitaria que se presta, a la calidad asistencial y al trato de los profesionales y a otros indicadores que demuestran la buena salud de nuestro sistema sanitario público. En esta región se ha apostado por la innovación, las nuevas tecnologías, la formación continua, la docencia y la investigación como instrumentos de presente y de futuro para la sanidad regional y estamos construyendo un sistema avanzado, centrado en las personas, dinámico y eficiente.

“La Ley de Derechos y Deberes es la avanzadilla de lo que será la atención sociosanitaria en España”.

Esto se debe, sobre todo, a un aspecto fundamental. Donde se manifiesta la voluntad de un Gobierno es en lo que presupuesta, y en este sentido, se ha demostrado, además, con la complicidad de los profesionales, del movimiento asociativo y del conjunto de la sociedad, porque sin esa coalición no hubiéramos podido asumir los retos asistenciales que demandan los ciudadanos.

¿Qué hitos legislativos destacaría de esta legislatura?

Las políticas sanitarias están en el eje de este Gobierno. Desde que se asumieron las competencias, algo que yo viví, el Gobierno se propuso que Castilla-La Mancha tuviera los mismos recursos sanitarios que pudieran tener otras comunidades autónomas.

Y en este sentido hay que entender que es más complicado en esta región que en otros lugares. No es lo mismo tener una ciudad de 3 millones de habitantes donde es más fácil realizar una serie de infraestructuras sanitarias que tener 904 municipios y darles la misma calidad de servicio que en una ciudad, donde está todo concentrado.

Ha habido iniciativas, y no sólo legislativas, sino también ejecutivas importantes, como por ejemplo, el transporte de urgencias sanitario. Si queremos que la Sanidad sea igual para todos, tenemos que equiparar también a las personas que viven en lo rural y a las personas que viven en la ciudad. Que se cure lo mismo un infarto en Toledo que en Almonacid de Toledo. Esto es complicado y supone una elevada inversión.

Vemos que la sociedad evoluciona, nos hacemos cada vez más mayores, y esto influye en determinadas políticas, y aquí la política sociosanitaria es fundamental, y por eso en Castilla-La Mancha la Consejería es de Salud y Bienestar Social.

Creo que esta legislatura ha sido muy importante por la Ley de derechos y deberes de los ciudadanos en materia de sanidad, que es pionera y es la avanzadilla de lo que será la política sociosanitaria en España. Además, Castilla-La Mancha ha sido pionera en la Ley de Garantías.

Así, creo que es un hito que una región que tiene las competencias sanitarias desde 2001, y hemos conseguido en muy poco tiempo que el ciudadano perciba que la sanidad ha mejorado. Además, todos los parámetros que analizan la sanidad regional confirman esto, tanto desde ámbitos ciudadanos como profesionales. Precisamente desde este ámbito profesional se reconoce la política sociosanitaria de este Gobierno.

En este sentido, ha influido mucho todo el equipo de la Consejería, pero también el anterior consejero, Roberto Sabrido, que es ahora presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, y también el gran artífice intelectual de la Sanidad en este sentido, Fernando Lamata.

Por otro lado, no quiero dejar de hacer referencia a la aprobación de la nueva Ley de Servicios Sociales y a la elaboración en estos momentos de la Estrategia 20-20, el modelo de Castilla-La Mancha, donde sin duda nos pondremos a la vanguardia y donde otras regiones se mirarán.

En los últimos meses se han presentado diferentes encuestas, apoyadas también en estudios a nivel nacional, que indican un alto nivel de satisfacción de los usuarios y una buena situación de la sanidad regional, algo que ha sido criticado por el PP. Aún así, siempre hay aspectos en los que avanzar. ¿Qué camino hay que seguir para mejorar?

Bueno, la crítica desde el PP no ha existido precisamente porque la sanidad está muy bien valorada. Nos interesa, claro, que la sanidad esté muy bien valorada por los ciudadanos, pero también nos interesa mucho que esté bien valorada por los profesionales.

“El esfuerzo a nivel presupuestario ha sido enorme. Se ha actuado prácticamente en la mitad de los centros de salud de la región”.

Esto nos alegra y debe animarnos a seguir avanzando y mejorando. Creo que en los próximos años debemos trabajar por afianzar el sistema público sanitario, mejorando la atención a los ciudadanos y dotándolo de más recursos que repercutan en un mejor servicio a los ciudadanos, más accesible, cercano y de calidad. Tenemos ante nosotros, además, nuevos retos asistenciales en este siglo XXI debido a los nuevos perfiles de la población, los cambios sociodemográficos, el mayor envejecimiento, y las situaciones de dependencia, y debemos mantener la sostenibilidad del sistema sanitario público con eficacia, eficiencia y máxima coordinación, algo en lo que ya hemos avanzando mucho.

El esfuerzo ha sido enorme a nivel presupuestario. Se ha actuado prácticamente en la mitad de los centros de salud de la región. Se ha actuado en todos los consultorios locales de la región, y son 904 municipios, como decía antes. Es decir, ha habido dinero y ha habido ejecución de obras. El Gobierno de Castilla-La Mancha gasta mucho dinero diariamente en Sanidad. Ha sido una voluntad política de este Gobierno avanzar en este sentido porque se ha querido equiparar la asistencia sanitaria de la región a las mejores del resto del país. Pero además, estamos en la avanzadilla en lista de espera, estamos por delante del resto de autonomías en número de médicos por mil habitantes.

Por otra parte, hay que contar con que aquí la sanidad privada no encuentra rentabilidad. Los hospitales privados no se instalan en Castilla-La Mancha porque no es rentable, y aquí es necesario apostar desde el sistema público para contar con atención sanitaria.

El PP ha anunciado que si gana las elecciones firmará un convenio con Madrid para la atención sanitaria. Sin embargo, el Gobierno afirma que el pacto existe, al igual que con otras autonomías, y que es Madrid quien no cumple. ¿Qué lectura hace de esta propuesta?

En primer lugar, algunos candidatos del PP han escenificado un futuro convenio con Madrid. Esto parece una broma, porque el convenio existe. Castilla-La Mancha tiene buena relación con todas las comunidades autónomas vecinas, como muestran las visitas del presidente de Castilla y León al Hospital de Talavera, que da servicio a las poblaciones de su área de influencia también en aquella región. Y lo mismo sucede con Valencia.

Tenemos un convenio marco con todas las autonomías y buena relación con el Gobierno regional, al final, anualmente se hacen las cuentas. Pero lo que está pasando es algo distinto, y es que cada vez más los ciudadanos de las autonomías limítrofes acuden a los servicios sanitarios de Castilla-La Mancha. Cada vez más ciudadanos de la Comunidad de Madrid acuden a los Centros de Especialidades de Castilla-La Mancha porque damos mejor servicio, pero esto no es problema nuestro. Y en este sentido, los ciudadanos valoran mejor nuestra sanidad que la de la Comunidad de Madrid.

“No hace falta firmar ningún convenio con Madrid. Ya existe”.

Una de las banderas del Gobierno de José María Barreda es la aplicación de la Ley de Dependencia. ¿Cómo valora su puesta en marcha en la región?

La Ley de Dependencia tiene varias patas. El aspecto sociosanitario creo que va a ser el futuro de la Sanidad. Se vive más años, y lógicamente los remiendos son cada vez mayores, y se necesitan centros donde se atienda a enfermos cada vez más crónicos. Y en este sentido, la apuesta sociosanitaria del Gobierno de Castilla-La Mancha va en esa dirección, y la valoración, no sólo de los ciudadanos sino de los políticos a nivel estatal, de los sindicatos, de las distintas asociaciones, es muy positiva.

Los datos están ahí. Nuestra región es, junto a Castilla y León, la mejor valorada en su aplicación de la misma. Evidentemente hay cosas que mejorar, pero en nuestra región, ya lo dijo el Presidente, la prioridad son las políticas sociales y la atención a los que más lo necesitan. Esa es una de nuestras señas de identidad.

También es cierto que se está haciendo un gran esfuerzo para desarrollar al ritmo adecuado la Ley de la Dependencia, pero partimos con experiencia, ya que llevamos muchos años trabajando de la mano de las familias, de las entidades, de las asociaciones y de otras instituciones en la atención a las personas dependientes y claro, eso se nota.

Evidentemente, aquellas regiones que no se han preocupado por estas políticas, ahora cuando les toca aplicar la Ley de Autonomía, les cuesta y están muy mal valoradas por sus ciudadanos, como es el caso de Valencia, Murcia o Madrid, curiosamente gobernadas por el PP.

En los últimos días se ha retomado la polémica del copago sanitario tras las declaraciones del presidente de Murcia. En Castilla-La Mancha, tanto el consejero como otros miembros del Gobierno y el PSOE se han mostrado contrarios. Incluso Leandro Esteban, desde el PP, dijo que no están de acuerdo con esta propuesta. ¿Cuál cree que es la realidad de esta propuesta?

Bueno, será esto lo único en lo que no están de acuerdo con Valcárcel. No hay posibilidad de copago en Castilla-La Mancha. Primero, no estoy de acuerdo con el copago. En España ha habido un esfuerzo importante de mucha gente, de la sociedad en general, para tener el sistema que tenemos. Es maravilloso poder ir a un centro sanitario y que no te pregunten si tienes dinero en la cartilla o no, no te pregunten qué religión profesas, ni ninguna otra cosa, sino simplemente das tu DNI y pasas a una habitación y te atienden exactamente igual tengas un montón de dinero o no. Creo que esto es fundamental y es una conquista social en la que no podemos volver para atrás.

Podremos mirar en otros aspectos, como puede ser la reducción del gasto sanitario en materia de medicamentos, que es una barbaridad.

Por eso, el copago es imposible en Castilla-La Mancha. El sistema de copago como está haciendo Esperanza Aguirre en Madrid es asignar una cierta cantidad de tarjetas sanitarias a cada hospital y también admitir a clientes privados y al final lo que se está haciendo es llevar la beneficencia a lo público pero realmente en quien se vuelcan es con lo privado. Creo que eso sería un error.

Ahora mismo, todas las tecnologías, las más modernas, la medicina más avanzada, están en lo público. Somos el orgullo de todo el mundo occidental y no podemos renunciar a ello. Tenemos que buscar fórmulas para que sea viable económicamente el sistema sanitario, pero eso no pasa por una marcha atrás, por una privatización del sistema.

Hacía referencia precisamente al gasto en medicamentos. En los últimos días ha habido cierto revuelo entre los distribuidores de medicamentos y los empresarios de farmacia por las modificaciones en el programa de prescripción. ¿Qué se espera lograr con esta medida?

Un gran ahorro en gasto farmacéutico sin menoscabo de la salud del ciudadano. Hay una cosa que es sagrada, la salud, y si el mismo principio activo cura una enfermedad, evidentemente no hay por qué pagar un añadido que multiplica el coste. Está claro que hay grandes intereses en este sentido, sobre todo económicos, sólo hay que recordar que uno de los grandes defensores de las multinacionales farmacéuticas ha sido Henry Kissinger, el ex secretario de Estado norteamericano.

Es un lobby de presión impresionante, y me parece muy bien que investiguen, que aporten, que hagan su trabajo, pero lo que parece razonable es que si el mismo principio cura el daño, la enfermedad, no hay por qué pagar más por la marca, garantizando siempre, eso sí, que el resultado para el enfermo sea exactamente el mismo.

Entre las medidas contra la crisis, el Gobierno de Castilla-La Mancha apostó por unificar tres fundaciones que trabajaban en el ámbito sociosanitario (Fiscam, Fislem, Fucamdi). ¿Qué ha aportado?

Fundamentalmente, a partir de la experiencia de las tres, y lógicamente en colaboración con las asociaciones y organismos que se dedican a estos aspectos, como la salud mental, que es una asignatura pendiente en la que se ha trabajado mucho a través del Plan de Salud de Castilla-La Mancha y en el Plan de Salud Mental.

Esta fusión aporta, sobre todo coordinación a partir de la experiencia de estos tres organismos, y ahorro con la unificación de determinados aspectos.

Uno de los problemas del sistema sanitario español es la falta de facultativos. Castilla-La Mancha no es ajena a esta situación. ¿La apertura de la nueva facultad de Medicina en Ciudad Real o la construcción de los hospitales universitarios en la región pueden ser la solución? ¿Cómo se puede atraer al personal sanitario a la región?

Sin lugar a dudas. En Castilla-La Mancha existe un problema de facultativos por varias razones. Un facultativo tarda diez años en estar preparado para ejercer, y en los años de gobierno de José María Aznar estuvo vetada, no salían plazas para la formación de profesionales sanitarios en la región porque no se dotaba a los hospitales de la posibilidad de crearlas. Así, la facultad de Medicina de Ciudad Real o el Hospital Universitario de Toledo posibilitarán que formemos a nuestros médicos y no tengamos que buscarlos fuera, en otras regiones o en otros países.

El problema no es que no exista presupuesto para contratar a esos profesionales, es que no existen esos profesionales en el Estado, y no existen porque en su momento se vetó a determinadas autonomías para la formación. Por ejemplo, podía haber 100 plazas para MIR en Castilla y León mientras que en Castilla-La Mancha no había ninguna. Fueron, pues, decisiones políticas que condicionan la situación actual.

Por otra parte, respecto a la atracción de personal sanitario a la región, le puedo decir que en los últimos años hemos notado un incremento de profesionales sanitarios de otras regiones que han venido a trabajar a nuestros centros sanitarios por diversas razones, como son unas mejores condiciones laborales.
 

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