La pila tiene una vida útil superior a ocho años, lo que minimiza la exposición del paciente a intervenciones quirúrgicas y reduce el gasto sanitario



27 ene. 2014 17:57H
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Sandra Melgarejo. Madrid
El Hospital Infanta Cristina de Badajoz ha sido uno de los primeros centros españoles que ha implantado un nuevo desfibrilador, el más pequeño y duradero del mercado, y que ha utilizado un novedoso electrodo cuadripolar que se implanta en el ventrículo izquierdo, cuyo diseño permite aplicar la electroestimulación a pacientes en terapia de resincronización cardiaca desde localizaciones más idóneas.

Nueva familia de desfibriladores automáticos implantables Galaxy.

El cardiólogo Juan José García Guerrero, uno de los encargados de llevar a cabo la intervención con estos sistemas implantables, explica que las ventajas del desfibrilador y del electrodo cuadripolar, desarrollados por Boston Scientific, radican en “la buena posibilidad de implantación del electrodo que, al tener cuatro polos, dos más que los electrodos convencionales, permite cambiar la configuración de los parámetros hasta dar con la estimulación más efectiva y que menos batería consuma”.

En concreto, “tiene 17 posibilidades de estimulación diferentes, mientras que el resto de electrodos tienen, como mucho, seis”, matiza el cardiólogo Joaquín Fernández de la Concha, el otro encargado de llevar a cabo la implantación del nuevo dispositivo. Al mismo tiempo, “el cable se desliza dentro de las venas del corazón muy fácilmente”, indica este especialista. “Pensamos que puede ser el mejor cable para la resincronización cardiaca que existe en el mercado actualmente”.

Por otro lado, la pila de este nuevo desfibrilador es la de mayor duración que existe en el mercado, con una vida útil superior a ocho años, mientras que las demás se gastan a los cuatro o seis años. Además, es una pila “bastante pequeña”, detalla García Guerrero, lo que mejora la comodidad del paciente y logra mejores resultados estéticos. Al tener una mayor vida útil, este nuevo dispositivo minimiza la exposición del paciente a intervenciones quirúrgicas de recambio de batería, lo que supone “una reducción del riesgo para el paciente y un menor gasto para el sistema sanitario”, afirman los especialistas.

“Este desfibrilador tiene la misma función que los demás dispositivos implantables, pero, al ser más pequeño y duradero, es ideal”, destaca Fernández de la Concha, quien considera que este nuevo desfibrilador tiene muchas posibilidades de convertirse en el de uso preferente.

El dispositivo está indicado en pacientes con disfunción ventricular izquierda y que, además, tienen una disincronía cardiaca. “El nuevo electrodo produce una sincronización de las paredes del ventrículo que mejora el pronóstico de los pacientes”, comenta García Guerrero. Por el momento, ya se ha implantado a dos pacientes del hospital pacense que, hasta ahora, han tenido “una evolución perfecta”, asegura  Fernández de la Concha. En este centro sanitario se han tratado a más de 450 pacientes con terapia de resincronización cardiaca con excelentes resultados.

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