El Hospital de Vigo encarna una manera de trabajar “completamente diferente”



21 jun. 2013 11:19H
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Javier Barbado
Los políticos de la sanidad gallega barajan aprobar, a lo largo de este año, un borrador de decreto de gestión clínica que representa “el modelo a seguir” en sus servicios hospitalarios, que se decantan de este modo por la microgestión de los profesionales como principal fórmula alternativa al funcionamiento tradicional de las jerarquías en los centros, de acuerdo con el gerente del Complejo Hospitalario de Vigo, Mario González, entrevistado por Redacción Médica.

Mario González, gerente del Complejo Hospitalario de Vigo.

En cambio, el modelo de gestión de las instituciones asistenciales seguirá siendo el público directo clásico, y no se atisba preferencia alguna por variaciones como las que se ensayaron en los últimos años en esta comunidad autónoma en forma de fundaciones en algunos hospitales pequeños. Por lo que sí se apuesta es por la contratación de empresas privadas para la construcción del nuevo edificio del citado hospital. Al igual que en muchas otras comunidades autónomas, la gallega ha optado en este caso por adjudicar la explotación de la edificación y actividades comerciales del centro a una Unión Temporal de Empresas (UTE) a partir de la convocatoria de un concurso público y la licitación de pliegos correspondiente.

El nuevo Hospital de Vigo, de hecho, significará una manera de trabajar “completamente diferente” a juicio de González, quien atesora una fecunda trayectoria como directivo de la salud (los dos últimos cargos que ha ostentando son la gerente del Miguel Servet de Zaragoza y la del Hospital Universitario Central de Asturias –HUCA–). De esta última autonomía, el entrevistado lamenta el “paso atrás” en las fundaciones sanitarias que se fijaron en su momento como forma jurídica en centros asistenciales para disolverlas tiempo después: “Muchas fundaciones [hospitalarias] en España han ido para atrás y, al final, se ha vuelto al modelo clásico y se han incorporado al servicio público de salud en las mismas condiciones que el resto de centros; en mi opinión, si se apuesta por una medida que se cree es la mejor, debe irse con ella hasta el final”.

Con relación a la comunidad gallega, González recuerda su larga tradición, en todo caso, en fórmulas de colaboración público-privada y cita, como ejemplos, Galaria y Povisa. En el caso del centro que él dirige, deja claro que, salvo la gestión de la parte no asistencial, el resto obedece a los esquemas tradicionales de gestión pública directa “de un modelo muy similar, por ejemplo, al del Hospital Son Espases de Baleares”.

Retos en los hospitales autonómicos

¿Y qué retos deben afrontar los gestores de los hospitales gallegos? “En este momento padecemos un problema muy claro con las listas de espera, y lo estamos abordando con la intención de disminuirla”, contesta González. Además –prosigue– “está el reto de la continuidad asistencial entre Primaria y Especializada; estamos empezando a trabajar por procesos en todos los estamentos y en los dos niveles porque, sin duda, ahí se encuentra el futuro”.

Preguntado, por otro lado, por la profesionalización del directivo sanitario –la vieja reivindicación del colectivo–, el gerente del Complejo Hospitalario de Vigo adopta una postura clarificadora: “Queremos que el sistema sanitario público esté controlado, es decir, abogamos por una ‘autonomía controlada’ del directivo. No se trata de decirle al político quién debe entrar [como gerente del hospital] pero sí que, a quien deja para ejercer un puesto directivo, cumpla una serie de requisitos mínimos de experiencia, profesionalidad, trayectoria personal… y, dentro de ese grupo, que disponga, por supuesto, de su discrecionalidad para nombrar a quien quiera”.

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