Redacción. Barcelona “La evaluación económica de las tecnologías sanitarias, el uso de guías clínicas y protocolos, auditorías clínicas, benchmarking y la investigación de resultados en la salud son algunas de las herramientas con las que contamos para garantizar la calidad y la sostenibilidad del sistema sin erosionar los recursos disponibles”. Así lo ha señalado Hugo Villegas, vicepresidente de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), durante el XVII Encuentro del Sector de la Tecnología Sanitaria “La Tecnología Sanitaria: un sector estratégico”, organizado por Fenin y Esade. Según se ha puesto de manifiesto durante el encuentro, la actual crisis económica está tensando los equilibrios y desequilibrios entre recursos y necesidades sanitarias, haciendo que se adopten estrategias de contención de gasto sanitario “que no siempre son las más adecuadas por incidir sobre la calidad de la prestación sanitaria que recibe la población, así como por penalizar a una industria innovadora que es motor de la productividad del país”, explica Margarita Alfonsel, secretaria general de Fenin, haciendo alusión a las medidas adoptadas por el Gobierno durante los dos últimos años. Los representantes del sector de tecnología sanitaria han señalado que estamos en la era de la eficiencia. Es decir, es necesario mejorar la eficiencia interna, haciendo más con lo mismo y dejando de hacer lo que no nos aporta valor. En este sentido, han añadido que el valor de la innovación tecnológica en un entorno sanitario se ve condicionado por el uso de la misma en la práctica real. “Éste es el gran reto que nos queda por delante, ya que cuando analizamos su uso vemos que hay dos variables que impactan sobre el valor real de la tecnología: una inevitable y propia de la situación del paciente y otra totalmente evitable que es su utilización con diferentes criterios, lo que produce muchas bolsas de ineficiencia”, explica Hugo Villegas. Así, según se ha señalado en la jornada, la gestión de los efectos adversos producidos por el mal uso de la innovación o errores en la práctica clínica “condicionan fuertemente el consumo de recursos y, lo que es más importante, la seguridad del paciente y su salud”, añade el vicepresidente de Fenin. De hecho, el 9,3 por ciento de los pacientes ingresados sufre algún efecto adverso relacionado con la asistencia sanitaria. Además de que la mitad de ellos se podrían haber evitado, se estima que económicamente se podría haber ahorrado más de 1.600 millones de euros.
La colaboración entre sector público y privado, “ha venido para quedarse”
Un sector estratégico por su innovación Finalmente, durante la jornada se ha destacado que en el camino hacia la sostenibilidad es necesaria la implicación de todos los agentes del entramado sanitario. En el caso concreto del sector de tecnología sanitaria, la industria continua trabajando para entender las necesidades de pacientes, clínicos y económicos; facilitar estudios de coste/efectividad; contribuir a superar los desafíos a los que se enfrenta el Sistema Nacional de Salud y cumplir consistentemente con los códigos de conducta, los estándares de transparencia y los informes del rendimiento de los productos. |