Los especialistas acuerdan aprobar este valor para todo tipo de pacientes, excepto los ancianos, donde se recomienda una horquilla de entre 140-150 mmHg



19 sept. 2013 16:38H
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Redacción. Madrid
En base a las últimas evidencias científicas, la guía de práctica clínca para el tratamiento de la hipertensión arterial elaborado por la Sociedad Europea de Hipertensión (SEH) ha acordado establecer un único valor de presión arterial sistólica para todo tipo de pacientes, que fijan en <140 mmHg, a excepción de las personas ancianas, que revisan de modo más flexible en 140-150 mmHg.

Nieves Martell, presidenta de SEH-Lelha.

El objetivo en ambos casos es similar, adecuar los valores que se tenían como referencia de forma que permita a los profesionales sanitarios un mejor control de los niveles de hipertensión de sus pacientes y, por tanto, de los factores de riesgo asociados. La nueva recomendación ha sido objeto de análisis en la Escuela de Verano de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-Lelha), que estos días se celebra en Madrid.

En lo que se refiere al diagnóstico de la hipertensión arterial, el nuevo documento de consenso establece el uso extensivo del tensiómetro electrónico (esfigmomanómetros semiautomáticos) en detrimento de los de mercurio y confirma como predictores de riesgo cardiovascular tanto la diferencia de la presión arterial sistólica de más de 10 mmHg entre ambos brazos como el descenso brusco de la misma (hipotensión ortostática), asimismo recomienda medir sistemáticamente la frecuencia cardiaca.

Sobre la Automedida domiciliaria (AMPA) y la Monitorización Ambulatoria (MAPA), “el documento actualiza los conocimientos sobre el valor pronóstico de los valores de presión arterial obtenidos mediante estas técnicas y, especialmente, de los diferentes patrones nocturnos registrados con la MAPA”. Así lo ha explicado Mariano de la Figuera, internista y médico de familia en el EAP Sardenya-Unidad Docente Aceba de Cataluña, con motivo de su participación en esta jornada, en la que ha destacado la aportación del registro español Cardiorisc en la definición de estas recomendaciones.

En cuanto al tratamiento farmacológico, las guías ponen especial énfasis en el abordaje personalizado de la hipertensión en grupos específicos como, por ejemplo, diabéticos, jóvenes, ancianos y mujeres embarazadas. Además, tal y como aclara el De la Figuera, “en pacientes hipertensos grado I con riesgo bajo o moderado se acuerda por primera vez demorar el tratamiento hipertensivo con fármacos, incluso varios meses, hasta comprobar que cambia o mejora la presión arterial con estilos de vida saludables”.

HTA resistente

Como novedad, las guías 2013 contemplan la denervación renal como un tratamiento prometedor en el paciente con hipertensión resistente, es decir, que no responde a la terapia habitual, incluso después de probar con varias medidas y tratamientos farmacológicos.

“La selección de pacientes es imprescindible para optimizar los resultados beneficiosos de este tratamiento”, explica José Antonio García Donaire, de la Unidad de Hipertensión del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Por el momento y hasta la publicación de los resultados de los estudios en marcha, prosigue, “la técnica de denervación renal será empleada en pacientes que cumplan los criterios del estudio Symplicity 1 y 2, que ha demostrado resultados eficaces en cuanto al descenso de presión arterial en consulta, mantenidos hasta 36 meses después”.

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