Una “copia” del método anglosajón exigiría un análisis previo de su funcionamiento



11 ene. 2011 18:23H
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Casimiro Jiménez Guillén.

Redacción. Murcia
Miembros del Centro de Información de Medicamentos y del Comité de Evaluación autonómicos, así como farmacéuticos del primer nivel asistencial y de los centros hospitalarios más relevantes de la región, han debatido, durante un foro patrocinado por la compañía farmacéutica Chiesi, sobre la evaluación de los medicamentos y, en particular, sobre la manera de abordar esta actividad por parte del sistema sanitario público de Reino Unido.

En concreto, el análisis se centró en el funcionamiento rutinario del National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE), en representación del cual estuvo presente Yolanda Bravo, investigadora y profesora de la Universidad de Liverpool y colaboradora de la institución británica. Asimismo, asistió a la reunión Casimiro Jiménez Guillen, director general de Planificación, Ordenación Sanitaria y Farmacéutica e Investigación de la Consejería de Sanidad autonómica.

A lo largo de la jornada, se resaltaron los objetivos del NICE, entre ellos la mejora de la atención sanitaria y la reducción de la inequidad en al acceso a las nuevas tecnologías; la emisión de recomendaciones sobre las nuevas tecnologías sanitarias basadas en argumentos coste-efectivos; y las decisiones sobre el gasto de estas tecnologías justificadas y enmarcadas dentro de guías nacionales (que son, por otra parte, de obligado cumplimiento).

Según recordaron los ponentes acerca de los principios que rigen el proceso de evaluación, se atribuye especial importancia a la legitimidad del sistema, que contribuye a la credibilidad de la decisión final, así como a la consolidación del propio sistema; a la educación interactiva de las partes, y a las sinergias entre el mundo académico, industria y administraciones públicas.

En sus inicios, esta organización se encontró con importantes problemas en su implantación, como fueron los relacionados con el presupuesto, la falta de planificación estratégica y la escasez de profesionales y de equipamiento.

Los informes técnicos elaborados por NICE son generalmente bien recibidos; sin embargo, existe una importante variación en el nivel de implementación de las recomendaciones de sus evaluaciones de tecnologías sanitarias, y, en ocasiones, una escasa implementación dependiendo del coste asociado, la naturaleza de la recomendación y el nivel de resistencia institucional.

Para concluir, con respecto a trasplantar o copiar modelos como éste, se dedujo que sólo tiene sentido si se dan las condiciones institucionales (políticas y culturales) apropiadas, previo análisis de las estructuras de que dispone un sistema sanitario para poner en marcha y apoyar la labor de las agencias de evaluación de tecnologías sanitarias.

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