En el país solo hay 8.000 unidades, una cifra que se aleja de las 90.000 de Francia o las 60.000 de Alemania



6 jul. 2014 12:17H
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Redacción. Madrid
España es el último país de Europa en número de desfibriladores instalados, con un total de 8.000 unidades en todo el territorio, frente a los 90.000 de Francia, los 60.000 de Alemania o los 50.000 de Reino Unido, según informa el fundador del Proyecto Salvavidas, Rubén Campo.

Rubén Campo, fundador del Proyecto Salvavidas.

La carencia se debe, tal y como ha explicado, a las distintas normativas que hay en las comunidades autónomas, que van cambiando y actualizándose “constantemente”, provocando que España no tenga “clara” la posición legal a la hora de disponer de uno de ellos.

"Escasa concienciación"

Rubén Campo explica que algunas autonomías como la Comunidad Valenciana “lo ponen difícil” ya que obligan a tener un médico responsable del equipo. “Por ello, el hecho de que no haya una legislación nacional sobre desfibriladores hace que su instalación no crezca”, asevera el experto.

Otros motivos es la “escasa” concienciación, la “poca” implicación y el que no haya campaña para promover su uso, a pesar de que cada año fallecen unas 30.000 personas en España por paradas cardiorespiratorias.

Por ello, el experto ha destacado la necesidad de que se coloque un desfibrilador en los lugares donde haya una afluencia superior a 100 personas diarias, las empresas con más de 50 empleados, en las comunidades de vecinos, así como en cualquier lugar donde se practica deporte. Una decisión que “supondría salvar muchas vidas cada año”, asegura Campo.
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