Asegura que si los inmigrantes irregulares pierden su tarjeta sanitaria empeorarán las condiciones de trabajo en los Servicios y aumentará el gasto



25 abr. 2012 17:42H
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Félix Espoz. Madrid
Todos los inmigrantes en situación irregular en España se quedarán sin tarjeta sanitaria el próximo 31 de agosto y sólo podrán ser atendidos por Urgencias, según ha dado a conocer el Gobierno. Ante esta situación, Tomás Toranzo, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), señala que un aumento importante de personas atendidas por estos servicios incrementará la conflictividad.

Tomás Toranzo.

Según reconoce, aún no conocen las cifras exactas de personas que pueden verse afectadas por esta medida, “pero es cierto que será un número importante, más en algunas ciudades que en otras”. Asegura que son personas con necesidades de salud que eran cubiertas en Atención Primaria, consultas externas, etc., “ahora sólo les queda un sitio, Urgencias”.

Argumenta que el acceso a Urgencias no tiene ninguna limitación, ya que es la propia persona la que determina cuándo “una cosa es urgente o no”, motivo por el cual considera que “va a aumentar la frecuentación y la sobrecarga. Y, sobre todo, va a aumentar la conflictividad, porque los servicios de Urgencias no están habilitados para dar algunas prestaciones. Además, algunas personas pueden llegar a exagerar sus síntomas para completar la asistencia”.

Para este responsable, esta medida va a tener consecuencias negativas para la atención urgente, “unos servicios que ya de por sí están sobrecargados y que tienen una carencia clásica, que la Urgencia no tiene un delimitación de sus competencias. En el caso de los inmigrantes, el no tener límites nos deja en una situación complicada, el paciente va a querer que se le resuelva todo y no tenemos ningún argumento legal para decir hasta dónde podemos llegar”. Toranzo cree que esta carencia se resolvería con la creación de la especialidad, “que aparte de proporcionar formación, delimita el ámbito competencial de los profesionales. Como esto el Ministerio no lo ha hecho y lo sigue obviando, y ahora lo quiere dejarlo con una situación mucho más vaga, como puede ser la de área de capacitación, va a abocar a los servicios de Urgencias a una indefinición y a una conflictividad permanente por una falta de modelo”.

Explica que los problemas se presentarán cuando un profesional evalúe a un paciente y no considere que se trate de un tema urgente y le quiera dar de alta. “Si el paciente no está conforme va a exigir que se le ingrese, que se le dé medicación o que se le haga pruebas diagnósticas”.

Sobre si aumentarán los tiempos de espera, el presidente de Semes afirma que “hay mecanismos para evitar que las esperas no afecten a los pacientes más graves”, pero “si va a haber más gente, y a esto se le suma recortes en personal de las plantillas de Urgencias, aumentarán los tiempos y el gasto. Cuando se trabaja en malas condiciones hay un coste añadido que posiblemente puede anular el potencial ahorro que se pretende generar con estos pacientes”.


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