Araceli Boraita Pérez y Jesús Paylos han sido los ponentes



28 abr. 2014 13:25H
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Redacción. Zaragoza
Los reconocimientos médicos ayudan a prevenir la muerte súbita cardiaca ya que el ejercicio intenso puede causar accidente cardiaco si existen anomalías. Aunque existen cardiopatías difíciles de detectar con los métodos convencionales el reconocimiento médico es lo más importante para prevenir. El Aula Montpellier ha tratado la muerte súbita en una intensa sesión dedicada al deporte y al corazón con dos pesos pesados en la materia, los doctores Araceli Boraita y Jesús Paylos.

Alfredo Pérez Lambán, director de Clínica Montpellier; Jesús Paylos, del Laboratorio Electrofisiología Cardíaca del Hospital Moncloa; Araceli Boraita, cardiólogo y especialista en Medicina del Deporte del CSD; y Fernando Garza, del comité organizador del Aula Montpellier.

En la sesión ha quedado patente que el deporte a cualquier edad es beneficioso para prevenir muchas enfermedades y producir cambios positivos en nuestro organismo. Sin embargo, los cardiólogos advierten de que tanto deportistas profesionales como aficionados deberían someterse a reconocimientos preventivos para saber si su corazón está en perfecto estado y descubrir anomalías que puedan desembocar en una muerte súbita cardiaca. Estos episodios son poco frecuentes pero tienen un gran impacto social. Pueden ocurrir a cualquier edad y por causas muy diversas.

Tal y como ha señalado Boraita, el deporte a alta intensidad puede producir situaciones de riesgo, incluso fatales, en sujetos con anomalías cardiovasculares. Según ha manifestado, las principales patologías de riesgo en los deportistas menores de 30 años son las miocardiopatías, cardiopatías congénitas y cardiopatías arritmogénicas; y en los mayores de 30 años la cardiopatía isquémica. Araceli Boraita ha indicado que los grupos de edad con mayor riesgo son los jóvenes y la 5 quinta década de la vida, y que los deportes más implicados en estas patologías en Europa son: fútbol, ciclismo y carrera a pie. Mientras que en USA son: fútbol americano, baloncesto y béisbol.

La doctora Boraita ha defendido que “es fundamental un diagnostico precoz de las cardiopatías si queremos disminuir el riego”. Para ello ha señalado que los avances tecnológicos en las técnicas de imagen permitirán hacer un diagnóstico más precoz y más fiable. También se ha referido al estudio genético de la muerte súbita, que debe hacerse en aquellos casos en los que el estudio clínico no sea concluyente y en las cardiopatías con riesgo de MS con fines pronósticos, ha señalado.

Finalmente Boraita ha defendido que en aquellos deportistas con sospecha de cardiopatías de difícil diagnóstico clínico será necesario un abordaje multidisciplinar para la aptitud deportiva. La mejor manera de detectar a tiempo estas cardiopatías en menores de 35 años es la realización de un electrocardiograma. Para anomalías congénitas de la arteria coronaria se recomienda un ecocardiograma y para mayores de 35 años, una prueba de esfuerzo. El tratamiento inmediato es fundamental en los casos de muerte súbita.

Desfibrilación precoz, único tratamiento efectivo

Por su parte, Jesús Paylos ha señalado cómo un episodio de muerte súbita cardiaca puede ocurrir en pacientes con o sin cardiopatía estructural conocida o demostrable, y en pacientes con o sin canalopatías conocidas o demostrables, "enfermedades del corazón imposibles o muy difíciles de detectar con los métodos diagnósticos convencionales", con lo que existen muchas incógnitas sin aclarar todavía al respecto.

De hecho, el primer trabajo en nuestro país sobre muerte súbita fue la tesis doctoral de Jesús Paylos en el año 1990. Para su autor "el único tratamiento efectivo para la muerte súbita es la desfibrilación precoz". El director del Laboratorio de Electrofisiología Cardiaca y Unidad de Arritmias y Sincope del hospital Moncloa de Madrid ha asegurado que los conocimientos sobre muerte súbita han avanzado enormemente desde 1992, sobre todo en casos de pacientes sin cardiopatía estructural conocida como son las canalopatías.

Paylos ha resaltado la importancia de la historia clínica del paciente como prueba diagnóstica. Un simple “mareo”, puede ser precursor o avisador de un riesgo potencial de muerte súbita, y por ello, trivializar, banalizar, o minimizar síntomas ante la descripción de un simple “mareo” puede acarrear consecuencias funestas. "Cualquier médico debe diferenciar un simple mareo, pérdida brusca de conciencia o visión borrosa transitoria de un episodio causante de muerte súbita. Estos fenómenos deben ser estudiados en profundidad, ya que es raro que un paciente que sufre muerte súbita no haya tenido síntomas con anterioridad, ha indicado". En tales circunstancias, ha defendido, y ante un riesgo potencial de muerte súbita es mucho mejorpasarse (por exceso) que quedarse corto (por defecto). Si la historia clínica sugiere un episodio de muerte súbita cardiaca, es obligatorio realizar un estudio fisiológico y un cateterismo eléctrico, ha concluido. "Una vez estudiado el órgano se establece el tratamiento más adecuado, que en un alto porcentaje de los casos conlleva el implante de un desfibrilador", ha manifestado.

Además, el experto ha diferenciado entre la muerte súbita y el síncope, "que produce una pérdida de conocimiento debido a una mala interpretación de las señales del sistema nervioso de la que el paciente se recupera sin desfibrilación". Jesús Paylos ha recordado que el único modo de prevenir la muerte súbita es un tratamiento adecuado y por eso aconseja a pacientes con historia clínica sugerente o antecedentes familiares acudir al cardiólogo: lavaloración clínica minuciosa y los antecedentes familiares constituyen la piedra angular del “Screening” e identificación de estos pacientes.
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