Nuevas tecnologías de imagen permiten detectar y evaluar el impacto del consumo frecuente de cocaína sobre el corazón



7 nov. 2014 12:21H
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Redacción. Valencia
El 71 por ciento de los adictos a la cocaína, sin síntomas de enfermedad cardiaca, presentan algún tipo de afección en el corazón, según el proyecto de investigación de la Unidad de Imagen Cardiaca del grupo médico Eresa, la Unidad de Conductas Adictivas del Hospital La Fe, el Departamento de Psiquiatría del Hospital General de Valencia y Cibersam. Nuevas tecnologías de imagen permiten detectar y evaluar, incluso en sujetos asintomáticos, el impacto del consumo frecuente de cocaína sobre el corazón.

Alicia Maceira, coordinadora de la Unidad de Imagen Cardiaca.

“Como trastornos más frecuentes, los pacientes estudiados presentan, fundamentalmente, dilatación y disfunción contráctil del ventrículo izquierdo y derecho, e hipertrofia del ventrículo izquierdo, así como focos de fibrosis focal”, explica Alicia Maceira, coordinadora de esta investigación, quien asegura que “hay muy pocos estudios que incluyan sujetos cocainómanos asintomáticos, fundamentalmente por la dificultad en su reclutamiento y también porque su seguimiento es muy complicado, dado su estilo de vida”.

La cocaína provoca problemas cardiovasculares en un alto porcentaje de los consumidores habituales; aunque muchos de estos trastornos pasan largo tiempo inadvertidos ya que no se asocian con síntomas, pueden provocar graves consecuencias para la salud. Es la segunda droga ilegal más consumida en España, es un producto simpaticomimético altamente adictivo y con efectos potencialmente letales; es cardiotóxica y puede causar isquemia, infarto, hipertrofia miocárdica, disfunción sistólica, arritmias y muerte súbita.

En su segunda fase, este estudio valora la posibilidad de que estas anomalías cardíacas pudiesen desaparecer al dejar de consumir cocaína, y también determinar qué factores de consumo (vía de consumo, dosis, años de consumo, etc.) influyen en la aparición de estas alteraciones. Ahora se está estudiando qué ocurre cuando estos pacientes dejan de consumir cocaína y, según Maceira, “la función ventricular mejora y las dimensiones del corazón regresan progresivamente a la normalidad”. “En el futuro queremos intentar determinar qué mecanismos fisiopatológicos llevan a la aparición de las alteraciones cardiacas en los cocainómanos”.
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