Cuatro nuevos ambulatorios en Bilbao darán asistencia a 44.500 personas

Redacción. Bilbao
El consejero de Sanidad, Rafael Bengoa, y el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, ya han comenzado a planificar la ubicación de cuatro nuevos centros de atención primaria en los barrios de Santutxu, Bilbao La Vieja, Miribilla e Irala, que atenderán a unas 44.500 personas.

Iñaki Azkuna y Rafael Bengoa.

Tras mantener una reunión con el alcalde de la capital vizcaina, Bengoa aseguró que el actual centro de salud de El Karmelo, en Santutxu, tiene "escasas dimensiones, condiciones mejorables de confort y problemas estructurales", por lo que Osakidetza está negociando la compra de un local de 750 metros cuadrados en la calle Esteban Pernet para sustituirlo.

Según el consejero, los trámites del proyecto de rehabilitación y concurso público para acondicionar este local, que atenderá a 13.000 vecinos de Santutxu, podrían comenzar en un mes. Los trabajos tendrán un periodo de ejecución de entre doce y catorce meses.

En Bilbao La Vieja el nuevo centro de salud se construirá en un local de 350 metros cuadros que el Ayuntamiento tiene en la plaza Saralegi y que cederá a Sanidad para que el barrio cuente con su propio centro de salud, ya que en la actualidad sus 4.500 vecinos son atendidos en los centros del Casco Viejo y La Merced. El consejero ha calculado que este nuevo ambulatorio podría comenzar su actividad dentro de un año.

En Irala, los arquitectos de Osakidetza están analizando dos locales de unos 400 metros cuadrados -uno del Gobierno vasco y otro de titularidad privada- para elegir el más adecuado para un centro de salud que atenderá a 12.000 vecinos.

Por últiomo, el ambulatorio de Mirbilla será el de mayor tamaño (1.500 metros cuadrados para atender a 15.000 personas), contará con algunas especialidades y se ubicará en los bajos de un edificio de viviendas cuya construcción aún no se ha iniciado.

El alcalde de Bilbao ha precisado que en esta zona está pendiente la construcción de dos bloques de pisos y se ha comprometido a ceder a Sanidad los bajos del edificio que esté terminado en primer lugar para no retrasar la operación.