“El médico español está muy mal pagado”, afirma



16 may. 2014 17:36H
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Cristina Mouriño / Imagen: Pablo Eguizábal y Miguel Ángel Escobar. Madrid
Entusiasmo. Esa es la palabra con la que define el presidente de los médicos cántabros sus  casi tres años al frente de la institución. En una entrevista con Redacción Médica, Tomás Cobo denuncia el “agravio comparativo” que supone “el complemento específico”. “Junto con Asturias”, señala, “creo que somos la única comunidad que aun tiene este complemento”. “Esta es una de las dificultades”, continua, “que se encuentran los médicos cántabros a la hora de abrir una consulta privada y que les supone ganar 400 euros menos al mes”.

Lleva al frente del Colegio de Médicos de Cantabria desde 2011, ¿qué destacaría de estos años de trabajo?

Entusiasmo, sobre todo. Las cuatro líneas que nos marcamos al principio se han cumplido. Por un lado hemos renovado casi por completo la Comisión Deontológica, la rejuvenecimos. En cuanto a la formación, hemos aumentado los alumnos, alcanzando este año los 1.700 alumnos; y casi el cien por cien ha terminado los cursos que hicimos.

El tercer ámbito importante que nos planteamos fue el Paime y hemos conseguido mantener con la Consejería de Sanidad la subvención que nos venía dando a lo largo de los últimos años. Y el cuarto y último ámbito, unido al Paime, ha sido el tema de las agresiones. En este sentido, hemos alcanzado un acuerdo con la Administración y hemos elaborado un protocolo de prevención y trato de las agresiones de todos los profesionales sanitarios.

Además, en el ámbito de la cooperación hemos hecho grandes avances, como colegio de médicos y  también con la Administración. Participamos activamente en una comisión de cooperación junto con el Servicio Cántabro de Salud y con la Consejería de Sanidad.

A parte de eso, hemos puesto en marcha el carnet colegial, hemos promovido la receta privada y nos hemos abierto, progresivamente, hacia los más frágiles, representados por las asociaciones de pacientes y otras instituciones como Cáritas o Cantabria Acoge.

Tomás Cobo durante la entrevista.

Ha mencionado el Plan de Agresiones que acaban de firmar con la consejería, ¿qué esperan de este proyecto? ¿Existe en Cantabria, como ocurre en otras autonomías, un foro específico que vele por reducir estos sucesos?

Existe una comisión de seguimiento de este protocolo de agresiones que acabamos de presentar para los médicos. Lo que hemos conseguido, con Carlos León como director de Ordenación Profesional, antiguo presidente del colegio y miembro de la comisión para elaborar dicho protocolo, es trasladarlo al resto de los profesionales sanitarios. Lo que esperamos es un plan de prevención en el sentido de ofrecer información a la sociedad de la tolerancia cero a las agresiones y también, que se forme a los profesionales para lidiar con estas situaciones.

Por otro lado, creemos necesario protocolizar la forma en la que tiene que dirigirse el profesional agredido a la Administración o al colegio de médicos, preservando su intimidad. Este plan acaba de salir a flote y creo que es un paso más con ese objetivo de prevención, de existencia y  de tolerancia cero a este tipo de desafortunados incidentes.

¿Cómo está la situación en Cantabria? ¿Habéis observado una reducción de las agresiones?

Lo difícil es recoger los datos. Tenemos un estado meseta a lo largo de los tres últimos años. Lo difícil es la recogida de datos y que éstos sean exactos. Lo que ocurre es que a veces existe timidez a la hora de denunciar estos casos. Pero si que notamos que va llegando la información y los mecanismos de denuncia son cada vez más sencillos. No hemos notado ningún in crescendo.

Ya está en la recta final en el Colegio de Médicos, ¿qué retos de futuro se plantea?

Más que de retos del Colegio de Médicos de Cantabria tenemos que hablar de los colegios de médicos en general. Creo que están sufriendo una transformación y progresivamente están más activos, y son más útiles, y esta es la clave. Es esencial que el colegio de médicos no se vea como una institución estática, sino dinámica.

En formación tiene un aspecto que es el reto futuro del colegio de médicos y que es el certificado de idoneidad. Ya está en marcha pero hay que potenciarlo más. Tiene un valor importante para la Fundación de Colegios Solidarios porque es nuestro pasaporte cuando vamos a otro país a ejercer la medicina. Es de alguna forma, la acreditación de que somos médicos y especialistas. A veces pensamos que los países en desarrollo no tienen su judicatura y reglas administrativas, pues sí la tienen y es complicado que te convaliden un título. Tradicionalmente se ha ido saltándose esas normas porque un médico iba a un hospital en el que le conocían y podía trabajar. Pero cada vez se están poniendo en marcha más reglas administrativas y el certificado de idoneidad ahora tiene esta utilidad, que no es poco. En un futuro deberá servir para que los colegios de médicos realmente sean los que acrediten la revalidación de la acreditación profesional de cada uno de los colegiados. Ese es un reto de futuro para los colegios de médicos fundamental porque eso le dará una razón de mucho peso para existir y trabajar.

¿Cómo se siente el presidente de una institución de la cual han salido distintos altos cargos? ¿Qué relación personal y profesional mantiene con ellos?

Yo me siento muy bien, siempre y cuando, lo que hagan lo hagan bien. Pero creo que esto fueron las circunstancias. Pablo Corral y Carlos León eran chavales muy jóvenes, con 30 años llegaron a la presidencia del colegio de médicos y es obvio que, a lo largo de su desarrollo profesional vayan encajando en aquello que les vaya surgiendo. Pablo encontró  la posibilidad o le ofrecieron la posibilidad de ser director del Igualatorio Médico Quirúrgico, él quería orientar su carrera hacia la gerencia hospitalaria, y así lo hizo. Carlos León coincide en unas elecciones en Cantabria en las que gana el Partido Popular y le proponen como director general y el acepta. Yo no creo que se pueda decir que el colegio genera altos cargos, porque el presidente anterior a Pablo Corral era José de la Lastra, era ginecólogo y sigue siendo ginecólogo. Yo soy anestesista  y lo que quiero es seguir siendo anestesista.

Cobo valora los años al frente del Colegio de Médicos.

El presidente cántabro detalla sus experiencias como cooperante.


¿En qué proyectos colaboran?

Con la Dirección General de Ordenación Sanitaria el protocolo de agresiones que mencionaba antes. Además, colaboramos en la formación con la idea de que no se solapen los cursos que por un lado da el Servicio Cántabro de Salud con los que ofrece el Colegio de Médicos. Participamos también en una comisión de cooperación para dirigir estas acciones y saber qué profesionales cántabros van, y además hemos conseguido, que la mitad de los días de los cooperantes sean, de alguna forma, considerados como cooperación y no necesariamente como vacaciones.

Con el Igualatorio Médico hemos colaborado en cooperación junto con organizaciones como Cáritas, Cantabria Acoge, la Plataforma por los Inmigrantes y la Clínica Mompía, hemos hecho un convenio para que estos pacientes que quedan fuera de la sanidad del Estado puedan ser atendidos en la clínica.

¿Es la llamada Oficina del Cooperante?

Si. La Oficina del Cooperante tiene un ámbito de ayuda no solo a países en desarrollo, sino también de ayuda a aquellas personas que en un momento determinado quedan fuera del marco sanitario. Tenemos colegiados que voluntariamente participan en este proyecto.

Es un apasionado de la cooperación. Ha regresado del Sahara y en diciembre se marcha a Benín. ¿Cómo es la sanidad en estos países? ¿Qué destacaría de estas experiencias?

Sahara y Benín son dos circunstancias diferentes. En el Sahara atendemos varios campos de refugiados en Tinduf, en Argelia. Hay alrededor de 200.000 personas divididas en pequeñas ciudades y dos hospitales de relevancia. Lo que hacemos es llevar misiones quirúrgicas y de Atención Primaria y especialidades para realizar esta asistencia. Hemos conseguido fundar el Colegio de Médicos Saharaui el pasado mes de octubre, con la idea de no solamente hacer misiones de cooperación asistencial allí sino de formar a los profesionales que tienen. Les damos la oportunidad de venir a España a formarse, proporcionándoles ayuda a través de la Fundación de Colegios de Médicos Solidarios y la Organización Médica Colegial.

Benín es un país exactamente igual a como puede ser España. Tiene una infraestructura sanitaria propia de un país en desarrollo, esquelética comparada con el Sistema Nacional de Salud. Lo que hacemos es una cooperación directa con el hospital de los Hermanos de San Juan de Dios en un programa de cataratas y de cirugía plástica. Ahora vienen dos médicos belineses a Cantabria y lo que hay que hacer es crear ilusión en estos profesionales para que ellos puedan mantener en el tiempo estos proyectos.

Tomás Cobo cree que toda la sociedad tiene que contribuir a la sostenibilidad del sistema.

“Los compromisarios son pequeños lobbies que no son interesantes”.


Hablaba de la ilusión en los médicos, ¿cómo ve la situación de los profesionales españoles?

El médico español está muy mal pagado. Venimos a ganar una media de tres veces menos que cualquier compañero de la Unión Europea. Cuando se habla de la eficiencia del sistema, se viene a decir que hacemos lo mismo, por menos dinero. Esto es un bloque importante en cuanto a motivación, eso sí que fulmina entusiasmo.

Por otro lado la formación ofrecida por el Sistema Nacional de Salud es paupérrima. Pretender que un médico hemodinamista sea capaz de implantar una válvula aórtica a través de un vaso sanguíneo con solo cinco de formación que tienen al año por el SNS es escaso. Los médicos que lo hacen tienen que hacerlo en su tiempo personal y buscándose su patrocinio. De ahí que la industria forme un papel relevante en la formación.

A comienzos de año surgió una problemática en torno al kilometraje de los médicos de Atención Primaria que se desplazan a los domicilios. ¿Se ha solucionado?

Aquí hay dos matices. Lo que realmente sucedió es que la Agencia Tributaria consideró que el certificado que expedía la Consejería de Sanidad para la desgravación fiscal no era el adecuado porque estaban contemplando una serie de kilómetros que según la Agencia no se correspondían con la cláusula necesaria para desgravar. Este problema está resuelto.

El siguiente debate sería: ¿están los médicos bien o mal pagados por los kilómetros que hacen? Están radicalmente mal pagados. El médico pone a disposición del servicio de Atención Primaria su coche, se paga la gasolina y el seguro por unas dietas que son completamente ridículas. Este es un debate que está en la Mesa Sectorial y supongo que en vías de solución. 

Tomás Cobo responde a las preguntas de Cristina Mouriño, coordinadora de Comunidades Autónomas de Redacción Médica.


Recientemente en unas jornadas en el colegio se pusieron de manifiesto las trabas legales que encuentran los médicos para abrir un consulta privada. ¿Realmente es tan complicado?

Las dificultades son las de la burocracia. En España aun mantenemos muchos trámites a diferencia de cómo lo resuelven en EEUU o los anglosajones en Reino Unido. Además de esto, en Cantabria seguimos con el problema de complemento específico, es decir, un médico por ejercer la actividad privada que trabaje en el Sistema Nacional de Salud gana líquidos 400 euros menos de lo que gana un compañero suyo por trabajar exactamente las mismas horas. De tal forma que si uno quiere emprender su actividad privada no solamente tiene que pensar en resolver toda esta burocracia, sino que tiene que estar dispuesto a perder directamente 400 euros al mes.

¿Se lo han planteado a la consejería?

Si. Es un agravio comparativo porque efectivamente, Asturias y Cantabria, creo que somos las dos únicas comunidades en España en las que esto se mantiene. Hay varios planes de acción que se están negociando con la Administración. Hay cuatro líneas de actuación: el complemento específico, la auto cobertura y los sustitutos; la de formación; y el pago de la carrera profesional.

Recientemente han recibido la visita del presidente del Gobierno central que ha firmado el convenio para la primera fase del Plan Director de Valdecilla. ¿Qué supone que se finalice el hospital? ¿Qué opina de la judicialización que ha hecho el PSOE de este asunto?

Con lo de los 28 millones que van a invertir estoy encantado. Todo lo que sea dinero para ir evolucionando, que las obras de Valdecilla sigan cuanto antes, y se dé cuanto antes a los profesionales el entorno físico adecuado para poder desarrollar su trabajo, me parece fantástico.

En cuanto a la judicialización, me parece bien que el Partido Socialista esté vigilante porque ha habido movimientos en Madrid y en alguna otra comunidad que parecía que tendían hacia la privatización. En Valdecilla en concreto no han hecho mucho más de lo que ya existía. Han externalizado servicios que no son puramente sanitarios. Aquí hay que diferenciar lo que es sanidad pública y empleo público. Todo lo que sea agilizar recursos para que Vadecilla se finalice, como profesionales tenemos que estar encantados, siempre que se conserve la esencia: que sea una medicina pública y universal.

¿Qué opina sobre las declaraciones del presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, de cobrar a aquellos que hagan “mal uso” de la sanidad?

No es algo que me sorprendiera porque lo he hablado con él en muchas ocasiones. Me parece adecuado que todos participemos en la sostenibilidad del sistema. Para que el SNS y la asistencia sanitaria sea adecuada tenemos que participar todos. Los profesionales sanitarios tenemos una envergadura de sostenibilidad tremenda pero la sociedad también. Lo mismo que cuando uno pasa a 60 por una señal de 40, le para la Guardia Civil y le multa; cuando uno hace un uso indebido de los recursos en perjuicio del otro, obviamente habrá que tomar medidas disuasorias. No sé si el dinero será la más adecuada, pero desde luego, algo hay que hacer. Estoy completamente de acuerdo con él. No sé si la medida será cobrar o no. Quizás si sea la más disuasoria.

Valoración de la situación que vive el Colegio de Médicos de Madrid y las propuestas de reforma que plantean algunos colegiados, como la supresión de la asamblea de compromisarios.

En cuanto a la situación de la presidenta, es una pena. Los colegios vivimos ahora un momento de transformación, en el que empezamos a tomar relevancia y a ser útiles, con lo cual, entrar en rencillas es una pena. Con respecto a la presidenta, me quita las dudas cuando es ella la que convoca la disolución. Lo ideal sería que, si la presidenta no está de acuerdo con el resto de la junta ni la junta con ella, se convocaran elecciones. Cuando la presidenta hace esa proposición y la junta le dice que no, que quieren permanecer, veo intereses que no son naturales.

Sobre la supresión de la Asamblea de Compromisarios, creo firmemente en el sufragio universal puro: que vote la persona. Lo de los compromisarios son pequeños lobbies que no son interesantes.

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