En febrero se pondrá en marcha un plan para aliviar la demanda



14 feb. 2011 18:33H
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Redacción. Bilbao
Un ciudadano vasco que tuviera que someterse a una intervención quirúrgica en 2010, tuvo que esperar una media de 48,210 días para entrar en quirófano, según los datos presentados ayer por el Servicio Vasco de Salud que reflejan, no obstante, una reducción de los tiempos de espera respecto al año anterior de cinco días.

Por su parte, el número de pacientes que engrosaban la lista de espera se redujo en un 0,4 por ciento (de 16.536 pacientes a 16.377).

Según ha explicado el director de Asistencia Sanitaria, Eduardo Gárate , de este modo se ha cumplido el objetivo de no superar los 55 días de demora media y que en cada caso concreto no se superen los 180 días de espera.

La máxima demora, según ha indicado, se ha registrado en operaciones de varices, donde las demora puede llegar a los con 150 días de espera, no obstantye, Garate ha señalado que los casos en los que se supera este período de tiempo de espera se deben, habitualmente, a que el paciente quiere que le intervenga un determinado facultativo.

No hay esperas en las urgencias, donde se practicaron 23.000 intervenciones, mientras que en cirugía oncológica no urgente la demora no supera los 30 días frente a los 90 días de espera parea la cirugía cardiaca no urgente.

Se reducen las demoras en intervenciones y Atención Primeria, pero suben en las pruebas diagnósticas.

Estos datos "razonables", según la valoración de Gárate, se han conseguido por una mayor producción quirúrgica con recursos propios al realizarse 3.500 intervenciones más que en el año anterior, de ellas 1.300 en jornada ordinaria y 2.100 en horario de tarde. Por otro lado, en 2010, según ha dicho, se redujo el número de intervenciones derivadas a la red privada, al pasar de 8.000 en 2009 a 5.000 en 2010.

En las consultas, también se consiguió el objetivo de no superar una demora media de 30 días, salvo en el Hospital de Basurto (35 días). En 2010 se registró una demora media de 23,67 días y se atendió a 90.412 pacientes frente a los 27,71 días de 2009 con 90.558 pacientes. Una menor espera que se ha logrado, según Garate, por la progresiva implantación de la estrategia de atención a crónicos y por una menor demanda de consultas en medicina de familia y pediatría, que disminuye la derivación a la atención especializada.

Sube la demosra en pruebas diagnósticas

No obstante, los datos no son buenos en lo que a la lista de espera de pruebas diagnosticas se refiere. En este apartado las cifras se disparan desde una demora media de 15,70 días en 2009 a 26,80 días en 2010, cuando el número de pacientes ha disminuido de 27.755 a 24.004, algo para lo que Garate ha reconocido que no encuentran “correspondencia”.

Por ello, a partir del próximo mes, van a introducir una nuevo modo de medir que, entre otros aspectos, diferencie las pruebas diagnósticas (muchas se realizan en el momento de la consulta y por tanto no se contabilizaban) y las de revisión.
Y es que, en opinión de Gárate, estos datos demuestran que Osakidetza "no necesita un plan de choque", sino "innovación" a la hora de buscar soluciones, y una de ellas es, además de mejorar el rendimiento y la productividad, "actuar sobre la gestión de la demanda, no solo de la oferta".

"Queremos tener menos demanda y eso supone iniciar una línea que no se ha seguido en los últimos veinticinco años. Este es el salto cualitativo, porque cuanto más ofreces más demanda se genera", según ha dicho.
 

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